De El Campestre, el alcalde Cruz Pérez Cuéllar se fue a Campos Elíseos. Por lo visto no quiere ya abandonar las zonas más exclusivas de la ciudad. No le interesan ni la austeridad ni la medianía que, se supone, son marca de los servidores públicos de la 4T.
El movimiento de su caravana de seguridad se hizo cotidiano ahí, en el mero corazón de Campos Elíseos, en una de las propiedades de la familia Zaragoza, los desarrolladores y dueños originales del residencial.
De ahí salen las camionetas de su escolta que siguen su agenda y otras montan la respectiva guardia. Aparentemente, es esa su residencia temporal, una finca de ubicación estratégica, con entrada por el estacionamiento de la sucursal de Applebee’s, para conectar inmediatamente a la avenida Campos Elíseos.
Desde que tuvo que desalojar la mansión de la calle Del Fresno 1564 en El Campestre, Pérez Cuéllar no ha declarado públicamente a dónde se mudó. Tampoco ha dicho cómo solventa su nuevo gasto o si simplemente vive en casa prestada.
No es extraño que utilice bienes muebles o inmuebles que no le pertenecen ni son propiedad municipal. Ya antes ha recibido favores de los potentados de la ciudad.
Es de dominio público que, en el periodo de transición, cuando ganó la primera elección de 2021 por la alcaldía, vivió en casa prestada en otro desarrollo contiguo a Campos Elíseos, justo en la primera residencia al cruzar la caseta del fraccionamiento privado Quintas del Bosque, al que se llega por la calle Víctor Hugo, poco más adelante del Hospital Ángeles.
Son desarrollos todos impulsados en tierras originales de la familia Zaragoza, aunque en aquel tiempo se señaló que la propiedad era de algún integrante de la familia Küchle.
Incluso se comentó que ese contacto específico había sido herencia del anterior alcalde, Armando Cabada Alvídrez, luego de que las familias Cabada y Küchle convergieron en algunos negocios, como la promoción de funciones de box y lucha libre.
También fue público que el alcalde Pérez Cuéllar utilizó en un tiempo de su actual gestión, una camioneta prestada para su traslado personal. Se averió la unidad oficial y cuando se le preguntó de quién era la Yukón que usaba, únicamente señaló que de un amigo.
En aquel momento se manejó de manera extraoficial que la camioneta pertenecía a otro empresario desarrollador, Rodolfo “El Güero” Martínez, quien mantenía en Juárez la franquicia de Movimiento Ciudadano, pero recientemente declaró ser apoyador de Cruz. Antes fue también colaborador de Armando Cabada, como suplente y “administrador” de la ciudad.
A El Güero Martínez también se le relacionó con la propiedad en la que Cruz Pérez Cuéllar instaló su casa de campaña para la reciente elección. Esa finca se ubica sobre Manuel Gómez Morín, también muy cerca de El Campestre. Lo dicho: Cruz no ha querido salir de ahí.
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De su amistad con los Zaragoza, Cruz Pérez Cuéllar dejó constancia desde el 13 de junio de 2020, cuando publicó en su cuenta de Facebook una foto junto a Tomás Zaragoza y su hijo del mismo nombre, con el siguiente mensaje: “Aquí comiendo con mis buenos Amigos de Grupo TOMZA!! Tomás Zaragoza Padre e Hijo!!”
Grupo Tomza es un emporio gasero, con más de 100 plantas de gas LP en México y más de 40 en centroamérica, dos terminales marítimas y su propia flota de buques-tanque. Tiene más de 700 estaciones de carburación en el país, además de fábricas de tanques y cilindros.
Cuando Pérez Cuéllar compartió la foto en Facebook, el medio de comunicación La Política Online (LPO México), publicó un texto el 27 de julio de ese año, en seguimiento a trabajos periodísticos que involucraban a Grupo Tomza y sus propietarios con el escándalo de corrupción que llevó a la detención del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya.
“Tensión en Morena: El senador Pérez Cuéllar presume apoyo del ‘Zar del Gas’ vinculado a Lozoya”, tituló ese trabajo en el contexto político de la lucha interna en Morena por la candidatura a la gubernatura que desde entonces buscaba el hoy alcalde juarense.
“Los tentáculos del zar del gas en México Tomás Zaragoza, quien ha construido un emporio de empresas que acaparan más de la mitad del mercado en la cadena de producción de gas LP, se fortalecen en el norte con el apoyo y amistad que presume con el senador y aspirante de Morena a la gubernatura de Chihuahua, Cruz Pérez Cuéllar”, dice la entrada del reportaje que todavía puede verse en internet.
Según La Política Online, la Fiscalía General de la República tenía en la mira al magnate gasero “por las relaciones de complicidad que tejió con el exdirector de Pemex Emilio Lozoya Austin, de quien habría recibido descuentos multimillonarios en la compra de combustible, además de haber adquirido, para posteriormente rentar a la paraestatal, los buques gaseros Alberto I, II, III y IV con un valor de cien millones de dólares, posterior a la entrada en vigor de la Reforma Energética”.
El medio aseguró que la relación entre Pérez Cuéllar y Tomás Zaragoza no era nueva, ya que, en el primer informe del juarense como senador, en 2019, el empresario estaba en primera fila.
“Además –indica el texto– empleados de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) han informado que días antes de la suspensión de actividades por la pandemia, al chihuahuense se le vio en las oficinas del bulevar Adolfo López Mateos 172, cabildeando asuntos del magnate sobre una denuncia por irregularidades y actos monopólicos”.
LPO México señaló que otros políticos de Morena consultados en Chihuahua, dijeron entonces que Pérez Cuéllar estaba pagando los favores económicos que le debe al empresario gasero, quien habría patrocinado su campaña como candidato al Senado, además de buscar el beneplácito para mantenerlo como padrino en su sueño por la candidatura morenista al Gobierno de Chihuahua.
Hoy, Cruz Pérez Cuéllar sigue en esa misma carrera, luego de haber conseguido la reelección en la alcaldía.
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¿Qué compromisos adquiere un gobernante cuando recibe el favor de un empresario? No es difícil deducirlo. Así ha operado siempre la política mexicana: el empresario que apoya nunca lo hace de a gratis.
Si no son contratos o favoritismos, lo mínimo es proteccionismo o facilidades para cualquier gestión o negocio. Ahí cuando el interés público se contrapone al interés privado por algún programa, obra o política pública, el gobernante privilegiará en la toma de decisiones el compromiso particular antes que el bien general. Así de simple.
No puede gobernante alguno desvincularse de las implicaciones de sus acciones, aunque se aduzcan decisiones personales, como el lugar en que se reside o el vehículo en que se transporta.
Tampoco se puede desvincular de sus relaciones personales más cercanas, las que demuestran dónde están colocados sus verdaderos intereses.
En el caso del alcalde Cruz Pérez Cuéllar, todavía está abierto el expediente sobre la casa de El Campestre, a propósito del lugar en que decidió vivir el político que también es senador con licencia.
Se mudó a esa mansión que llegó a ofertarse en 27 millones de pesos en páginas web especializadas y que según los registros públicos, está a nombre de Daniel Pando Morales, su exdirector de Regulación Comercial que como tal, ganaba únicamente 31 mil pesos mensuales, pero firmó un contrato para comprarla por casi 10 millones de pesos.
Públicamente, Cruz dijo que pagaba una renta de 70 mil pesos mensuales; de cualquier forma, legisladores de oposición presentaron una denuncia penal por enriquecimiento ilícito en contra de los dos, Pérez Cuéllar y Pando.
La Fiscalía Anticorrupción abrió una carpeta de investigación que derivó en el aseguramiento del inmueble, aunque en su momento aclaró que específicamente tenía que ver con la investigación en contra de Daniel Pando, a quien también se le aseguró otra casa en obra negra en la misma calle.
Pando compró la mansión cuando todavía era funcionario y no declaró tener otros ingresos, aunque en su currículum oficial reportó tener una empresa comercializadora de granos y agroindustrial.
La dependencia que encabezó Pando está vinculada a tareas de supervisión con alto riesgo de corrupción y nadie desconoce que en la zona centro de la ciudad, el crimen organizado ha extendido sus controles a cualquier actividad que genere dinero, incluyendo el comercio informal.
Sin embargo, el alcalde decidió habitar la residencia a nombre de Pando, de quien públicamente reconoció su cercanía cuando dijo que lo invitaría a que lo asesorara, precisamente cuando dejó la Dirección de Regulación Comercial para atender asuntos personales. De colaborador, lo convirtió en su casero.
Después del aseguramiento del pasado 23 de abril, nada ha pasado. No se supo ni siquiera qué se encontró en el cateo donde también se aseguraron los bienes muebles, sin que se especificara si eran propiedad de Pérez Cuéllar o Pando Morales.
Por lo que se ve, al alcalde Cruz Pérez Cuéllar le gusta vivir bien, no importa si residir en alguna mansión le pueda acarrear alguna otra implicación futura o comprometa sus decisiones como gobernante.