En varios lados se armaron los despapayes con el tema de los sustitutos o suplentes de quienes pidieron licencia en sus cargos para buscar la reelección o aspirar a otro puesto.
Luego del zafarrancho que se presentó en el municipio de Guadalupe entre alcaldes (el interino y el que solicitó licencia para buscar la reelección), también trascendió la corredera que operó la suplente en la Sindicatura Municipal de Juárez.
Dicen que trae la instrucción de su jefe político y protector, el alcalde (también con licencia) Cruz Pérez Cuéllar, pero el caso es que Mireya Torres ya corrió al menos a una docena de personas, desde que llegó a suplir a Esther Mejía, quien tronó con Cruz y con Morena, para terminar como contrincante y abanderada de Movimiento Ciudadano por la alcaldía.
Y como con el truene se acordó Esther que su función era fiscalizar a la administración municipal, y se puso a hacer denuncias públicas de corrupción y hasta penales (firmó dos expedientes que fueron a dar hasta la Fiscalía Anticorrupción de Chihuahua), pues claro que Pérez Cuéllar le cobró la factura y pidió el ajuste de cuentas que pasó por los despidos de toda su gente más cercana.
Mireya Torres, incondicional de Pérez Cuéllar, cumplió a rajatabla y le entró al descabezadero, sin importar que nomás estará en su cargo hasta que pase la jornada electoral y regrese a su silla Esther Mejía.
Incluso Torres ahora hace señalamientos contra la titular con licencia, en el sentido de que habría caído en algún tipo de responsabilidad por no firmar en su momento una centena de oficios sobre supervisiones de obra pública.
La síndica que se puso fosfo-fosfo, debió salir a responder que esa no era su función ni se trataba de algo sustantivo, pero también de pasada se quejó de la limpia vengativa en la Sindicatura, donde aseguró que despidieron sin ninguna justificación prácticamente a la mitad del personal.
Se supone que Mireya, quien ya trabajaba en Centros Comunitarios, se llevó a la Sindicatura a su propia gente para llenar todos los huecos.
Por cierto, el abogado derechohumanista, Carlos Gutiérrez Casas, a quien Mireya Torres corrió cuando acababa de ser recontratado por Esther Mejía para hacerse cargo de las denuncias en contra de Pérez Cuéllar, denunció públicamente que la síndica suplente “desapareció” los 2 expedientes que él armó para presentar ante la Fiscalía.
Gutiérrez Casas afirma que Mireya también “borró” todo rastro de otras 8 denuncias que el abogado preparaba sobre casos de corrupción en la administración crucista.
Incluso, uno de los casos que Carlos revisaba, tenía que ver precisamente con Centros Comunitarios, la dependencia en donde Torres laboraba antes de suplir a Esther Mejía.
A ver qué pasa después del 2 de junio, cuando Mejía recupere la silla y despache por otros tres meses más, antes de entregar el cargo a su relevo, muy seguramente su “amiguis” morenista y también incondicional de Cruz Pérez Cuéllar, la actual regidora con licencia, Ana Carmen Estrada.
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Fausto González Pérez, candidato de Morena para ser reelecto como presidente municipal de Guadalupe Distrito Bravos, subió a sus redes sociales un video en el que intenta explicar lo acontecido el lunes durante la sesión de Cabildo que se convirtió en un circo romano.
Como recordará el apreciable lector, la irrupción de González Pérez al recinto para reclamar que le despidieran a su secretario del Ayuntamiento, pasó de los gritos y empujones hasta trancazos entre regidores a favor y en contra del candidato morenista.
En el video de la trifulca del lunes, se observa a don Fausto cuando luego de empujar al presidente en funciones, Miguel Ángel Amaya Alvillar, quien acusa presuntos actos de corrupción de funcionarios afines al alcalde con licencia, terminó por ser zarandeado y también empujado contra la pared.
La escena nos hizo recordar aquellas escenografías de la Carabina de Ambrosio, cuando el personaje Gulp, parodia de Hulk, el hombre verde, terminaba destruyendo el escenario de cartón y hule espuma.
El hoyote en la pared que dejó la humanidad del candidato fue lo más lamentablemente divertido, para algunos de los presentes en la pelea, que hasta les sacó un genuino grito de “¡ándele, güey!”.
La pared de tablaroca arruinada, es lo de menos. La reputación del candidato quedó en entredicho, por lo que se vio en la necesidad de subir a sus redes un video explicando lo acontecido.
El edil que busca ser reelecto, dijo que acudió el lunes a la sesión de Cabildo, para reclamar el despido de su secretario del Ayuntamiento, Raúl Villa, a quien se le acusó de no acudir a trabajar por andar metido en la campaña.
González Pérez negó el señalamiento sobre proselitismo, se dijo traicionado, pero aseguró que no ha ejercido ningún castigo contra los que no lo apoyan.
Acá lo importante, más allá de las filias y fobias partidistas y de la pomada de la campana que deberá aplicarse en la espalda el candidato-presidente, es el seguimiento que deberá darle la Fiscalía Anticorrupción a las denuncias que hizo públicas el presidente suplente, Miguel Amaya, en el sentido de que algunos funcionarios utilizaron lana municipal para pagarse un viajecillo a Mazatlán usando incluso, un vehículo oficial del DIF local.
Fiscal Abelardo “Bayo” Valenzuela, ahí le hablan.
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Trivia: ¿cuánto dinero creen que generan al año los cruces fronterizos de Ciudad Juárez?
Agárrese, porque se va a ir para atrás: 37 mil 809 millones de pesos.
Sí, más de 37 mil millones “del águila”, o sea, cuatro veces más que el presupuesto total del Gobierno Municipal.
O, visto desde otro ángulo, más o menos, equivale al 37 por ciento del presupuesto total del Gobierno del Estado para el año 2024.
Información oficial de la Dirección General de Investigación Aduanera, que ha llegado a estas mironianas manos, nos indica que los Ingresos obtenidos por trámites en las aduanas de Ciudad Juárez, Chihuahua, por los cobros de todos los impuestos federales habidos y por haber, suman ese bultote de dinero.
Ojo: no se trata de toda la operación exportadora que genera Juárez, a saber, el valor agregado de la industria manufacturera o el valor de las exportaciones, no. Ese sería otro titipuchal de dinero, del cual ya nos ocuparemos.
Esta es solo la recaudación, respecto de las operaciones “de comercio exterior realizadas mediante pedimento en la aduana de Ciudad Juárez, desglosada por mes y por tipo de impuesto, en el periodo comprendido de abril de 2023 a marzo de 2024”.
O sea, que la pujante economía juarense le derramó al fisco federal más de lo que recibe, pero muchísimo más, por concepto de obras de inversión, en un lapso de 12 meses.
Nada más por concepto del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA), son 23 mil 218.3 mdp lo que le derrama Juárez a las cajas de la Federación.
Por Derecho de Trámite Aduanero (DTA), son otros 677 millones 503 mil pesos; por IEPS, 11 mil 913 mdp. Y por el “Advalorem”, el impuesto que se cobra basado en el valor de la transacción del bien, mil 439 millones de pesos.
Todavía más: por Impuesto Sobre Autos Nuevos van a la caja otros 538 mil pesos y por “otros impuestos”, 534 mdp.
¿A dónde va a parar ese dineral? Al erario federal, pero como dice el refrán: “ojos que te vieron ir”, porque no los volvemos a ver ni en sueños.
Con una mitad que nos dejaran, seguro le daríamos una buena rebaja al rezago social y urbanístico que tiene nuestra frontera.
Pero no, parece que va para largo, porque ahora que andamos encampañados, no hay un solo candidato que haya puesto sobre la mesa el tema de una reforma fiscal de fondo.
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Parece que la telenovela del Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso del Estado va para largo y con capítulos agregados.
Aunque ya comience a cansar a la audiencia, los actores de ese malísimo melodrama insisten en agregarle elementos, como si no estuvieran ya cerca de la puerta de salida, a punto de cerrar una gris legislatura número 67.
Como se ha informado profundamente en esta columna y en nuestro diario Norte Digital, existe una querella jurídica entre el coordinador parlamentario morenista, Cuauhtémoc Estrada, y la presidenta del Congreso –también de Morena, aunque usted no lo crea– Adriana Terrazas Porras.
Esta acusó a “su coordinador” de ejercer violencia de género en su contra y por eso pidió al Tribunal Estatal Electoral que lo sancionara y en automático lo dejara sin la candidatura a la reelección a la que tiene derecho.
El Tribunal Estatal Electoral, convertido en el fallo más rápido del oeste, para pronto le dio la razón a la diputada y bajó de su caballo al compañero Estrada, pero este se fue a quejar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y desde allá llegó la orden –llámenle como quieran– de volver a hacer todo y emitir una nueva sentencia.
Pues bien, ahora es Estrada el que demanda al Tribunal Estatal Electoral por violentar sus derechos políticos, al impedirle postularse nuevamente como candidato a diputado por el Distrito VIII con cabecera en Juárez.
El líder de la bancada de la 4T en el Congreso de Chihuahua arguye que ninguno de los actos que le atribuye la denunciante corresponde a la contienda electoral, pues se trata –de ser el caso– de asuntos de la vida interna del Poder Legislativo.
O sea, que nada que ver la anestesia con la mostaza, en este caso.
Así que, por lo visto, para como van las cosas, llegará el 2 de junio, los juarenses irán a votar por sus candidatos a diputados, pero el “culebrón” entre Estrada y Terrazas todavía estará en sus últimos capítulos.
Mejor que pongan “Los ricos también lloran”.