A partir de ese miércoles 21 de diciembre, las y los diputados de la 67ª Legislatura del Congreso del Estado empezaron un largo período de vacaciones que solo será interrumpido por alguna que otra sesión solemne o extraordinaria, nada que haga importunar el descanso de casi dos meses.

Con excepción de quienes integrarán la Mesa Directiva de la Diputación Permanente, el resto de los integrantes del Poder Legislativo se irá a “trabajar a su distrito”, lejos del recinto parlamentario, de los pases de lista y de las discusiones largas y a veces sin sentido que se dan en los períodos permanentes.

La sesión celebrada el 20 de diciembre fue la última del Período Ordinario y la próxima se llevará a efecto hasta el 1 de marzo, o sea, 70 días sin sesionar de manera permanente.

Dirán que estarán ocupados recorriendo sus distritos, y no se les discute. Mal harían si no, pero un receso de ese tamaño no lo tiene ningún otro trabajador o trabajadora del medio laboral mexicano.

Ya en otras ocasiones se habían presentado iniciativas para acortar los períodos de asueto o alargar los de sesiones, que para el caso es lo mismo. Incluso se ha llegado a hablar de hacer uno solo, pero que dure la mayor parte del año.  Como un cambio de esa naturaleza debe pasar por la aprobación del Congreso en cuestión, claro que no ha recibido la manita levantada de la mayoría.

Hace unas semanas, el Senado de la República aprobó ampliar los períodos vacacionales de los trabajadores mexicanos, de seis días que tenían hasta ese momento, a 12, pero no de manera continua.

Qué ironía, la cámara alta aprueba darle seis días más de vacaciones a los trabajadores mexicanos, para luego irse a tomar el sol durante más de dos meses. Con razón se pelean tanto esos cargos.

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Este jueves, los integrantes del Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso del Estado se presentarán en las oficinas del Instituto Estatal Electoral a entregar una auténtica carta a Santa Claus.

La carta diría algo así como “Querido Santa: Quiero que me traigas para el año próximo un referéndum para tumbar el proyecto de la Torre Centinela”.

El grupo morenista entregará una solicitud para que el órgano electoral, al que querían desaparecer y que no lo hicieron porque no les alcanzaron los votos para una reforma constitucional, les haga el “paro” de organizar un referéndum para echar por tierra el proyecto insigne de la gobernadora Maru Campos.

A ver si se les entiende: primero, le quitan recursos a los organismos electorales, les dicen “burocracia dorada” –tal vez, con razón— y les ponen la espada de Damocles sobre la cabeza con la amenaza constante de hacerlos desaparecer.

Y luego, con la misma boca, van y le piden que se aviente una consulta pública en Juárez en contra de un proyecto que todavía no echa ni el primer cucharazo de mezcla ni pega el primer ladrillo.

Desde el inicio de las discusiones en torno a la Ley de Ingresos-Presupuesto de Egresos y a las llevadas y traídas “Tablas de valor” de Juárez, el grupo de la 4T pidió que, en vez de subir el Predial, se le diera al municipio juarense el dinero que se iba a gastar en la multicitada torre. Sí, ¡cómo no!

Ahora quieren que sea el INE el que les complete la faena para ver si el pueblo juarense hecha abajo esa obra y la cambia por pavimento, limpia y alumbrado.

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La sobresaturación de derechohabientes que tiene Pensiones Civiles del Estado, ya hizo crisis en el servicio médico que prestan a empleados y agentes de la Fiscalía General del Estado, que se quejan de la pésima atención que reciben ellos y sus familias.

No hay día en que agentes del Ministerio Público, ministeriales y personal administrativo dejen de comentar el deplorable servicio hasta para que les den una cita con el médico familiar y ni que decir, de lo complicado que resulta, conseguir el pase a consulta con algún especialista.

Informan que los medicamentos tienen que comprarlos de su bolsillo, porque el inventario de fármacos de que dispone Pensiones es muy pobre.

Hablar de una cirugía, es hablar de un servicio imposible, pues se las ponen inaccesibles porque se los reprograman y agendan hasta con meses de diferencia, obligándolos muchas veces a buscar un servicio médico particular.

Actualmente, la Fiscalía General del Estado, zona norte, tiene alrededor de 280 elementos de la Policía Ministerial, casi 300 Ministerios Públicos y 50 empleados administrativos, y a todos ellos se les hacen los descuentos de sus aportaciones puntualmente.

Se sabe que parte de ese problema que enfrenta Pensiones Civiles, se debe a que la Fiscalía es una de las instituciones que arrastra un adeudo por casi 400 millones de pesos, lo que ha agravado la crisis financiera por la que atraviesa la descentralizada.

Ya nomás falta que, para solucionar el problema, también los quieran sacar del sistema de Pensiones para afiliarlos al Instituto Mexicano del Seguro Social, como lo hicieron recientemente por medio de un decreto del Congreso del Estado, con los empleados del Instituto Estatal Electoral. Entonces sí, arderá Troya.

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Fuentes mironianas dignas de toda credibilidad, informaron ayer que la Fiscalía General del Estado le ha puesto la cazadora al excoordinador de Comunicación Social de la administración corralista, Jesús Antonio Pinedo Cornejo, quien se encuentra refugiado en El Paso, Texas, a cuyas autoridades solicitarán su cooperación para que el exfuncionario sea deportado y haga frente a la justicia.

Pinedo Cornejo está involucrado en las irregularidades que por un total de 9 millones 370 mil pesos, detectó la Auditoría Superior del Estado, por la autorización de 6 contratos adjudicados a 3 empresas vinculadas entre sí, y a la vez con nexos personales con la exdirectora administrativa de la coordinación de comunicación social, pariente de su pareja sentimental.

La exdirectora de administración, Araly Cristina del Rocío L.A., fue detenida por estos hechos y vinculada a proceso durante el pasado mes de noviembre, proceso del cual se desprendieron también presuntas responsabilidades de Jesús Antonio Pinedo, sobre quien ya se había girado con anterioridad una orden de aprehensión por el delito de peculado.

A ver si no le sale también al Toño, un ángel guardián morenista que brinque en su defensa, como le salieron a Panchito.