La calificadora HR Ratings, versión México, le puso una “estrellita” en la frente al banco chihuahuense Bankaool, por haber mejorado su situación financiera.
Según el comunicado emitido por la calificadora, la financiera local pasó de tener un “C” a una “BB-”, con perspectiva estable, lo que, en lenguaje bursátil, representa una mejoría considerable, aunque todavía lejos de la “Triple B” que andaba buscando.
La información no pasaría de ser un boletín más de los muchos trimestrales que se emiten en este mes, de no ser porque Bankaool tiene una profunda raíz en el estado una historia que pasa por las finanzas públicas del gobierno y de los contribuyentes chihuahuenses.
Dicha banca es la “heredera” de la Unión de Crédito Progreso, aquella que estuvo en el centro de una controversia mediática, financiera e incluso penal por haber recibido depósitos del Gobierno del Estado en tiempos del gobernador César Dee Jay.
Aquel hecho quedó en calidad de denuncia ante la Fiscalía General del Estado, ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y ante la Fiscalía General de la República por los presuntos delitos de peculado, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones y uso indebido de atribuciones y facultades.
Fue el abogado Jaime García Chávez quien presentó aquella querella, misma que en su momento fue desestimada por todas las entidades que la recibieron.
Sin embargo, fue el propio César Dee Jay quien, siendo gobernador del estado, le declaró a la periodista Dennise Maerker que, en efecto, su administración habría invertido en Unión de Crédito Progreso porque era una institución que estaba “a punto de colapsarse” (sic), en perjuicio de más de 100 mil ahorradores, dijo.
O sea, que no se conformó con depositar dinero público, sino que, además, lo puso en riesgo al invertirlo en una financiera que estaba al borde de la quiebra.
La auditoría Superior del Estado nunca hizo observación alguna por esos depósitos y Unión Progreso no quebró.
En el 2018 se transformó en Bankaool y esa firma, como ya dijimos al inicio, es hoy en día un banco boyante que, de seguro, le rinde grandes réditos a sus accionistas.
¡Felicidades! Y al menos dennos las gracias a los contribuyentes de Chihuahua, porque fuimos nosotros los que salvamos a aquella crediticia. No lo dice esta columna: así lo dijo el entonces gobernador.
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Esos del Frente Amplio por México piensan que uno, de plano, nació ayer o que tiene memoria de la pececita Dori, la de “Buscando a Nemo”, a quien todo se nos olvida después de unos pocos minutos.
Resulta que el viernes pasado emitieron un comunicado que dice esta perla: “El Frente Amplio por México no trabaja con pase de lista, no trabaja con el intercambio de la torta, el refresco y los 500 pesos ni con dádivas para que la gente vaya a un evento político”.
Pregunta ¿sigue el PRI en ese Frente amplio, dichoso? Porque esa era justamente la acusación que le hacían los panistas a los tricolores, hasta con idénticas palabras.
En otra época, un poco más rupestre, decían los azules que hasta sombrero nuevo les daban a los campesinos, a cambio de asistir a los actos de campaña priistas.
El comunicado que envió ayer el coordinador de la campaña de Xóchitl Gálvez en Juárez, Carlos Angulo Parra, se vio bastante descoordinado con el discurso histórico de su partido, el PAN, cuando dijo que el frente que ahora comparte con el PRI está compuesto “de la ciudadanía que asiste libre y conscientemente a esos eventos”.
A ver, señor Angulo, explíquenos, ¿o sea que todas aquellas denuncias que hizo su partido en contra del ex “partidazo” eran mentiras?
¿Nunca existió la “operación tamal”, la “operación menudo”, el “ratón loco”, la compra de votos y todo aquello que denunciaban a gritos, sobre todo, cuando el resultado electoral no les favorecía?
Tal vez se le olvidó ya que fue su partido el que acuñó el término “acarreados” para referirse a las personas que acudían a los actos de campaña del PRI, o de “mapaches”, para los operadores electorales de ese partido que ahora es su aliado.
En una de esas y nos sale con lo mismo que dijo Xóchitl Gálvez, justamente en Chihuahua: “nos quedamos con lo mejor del PRI”.
Mmm, está por verse, porque los actuales cuadros dirigentes eran los mismos que actuaban en aquel Revolucionario Institucional que hacía todo lo que ahora le atribuyen al frente de la 4T.
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Resulta que, para las autoridades municipales, la violencia que azota a Ciudad Juárez es solo “una mala racha”, por la cantidad de homicidios que se han presentado en los recientes días.
Valdría la pena recordar que esa “mala racha” lleva ya más de 30 años, que inició a principios de los 90s con la irrupción de la violencia en contra de las mujeres y que continuó en esos mismos entonces con la lucha entre grupos delictivos, sobre todo, tras la muerte de Amado Carrillo, presunto jefe del cártel de Juárez.
Cómo olvidar que, desde la primera década de este siglo, la ciudad está catalogada como una de las más peligrosas, no solo de México, sino del mundo.
Incluso, allá para finales de los “dieces” y principios de la segunda década, tenía la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes, más elevada de todo el mundo, por encima de la que tenían otras urbes de países que estaban en guerra.
Pero para no irnos tan lejos en la historia, podríamos recordar el fatídico “Jueves negro”, de agosto del 2022, cuando la delincuencia sembró el terror en toda la ciudad.
O bien, el amargo “Año nuevo” que nos “regaló” el grupo amotinado en el Cereso #3, con un saldo de 17 muertos y 30 internos en fuga, y fue en este 2023.
Eso ya no es mala racha, ni mucho menos. En las últimas semanas, Juárez se ha destacado por tener el doble de homicidios que la capital del estado, y de seguir en el “top ten” nacional en la tasa por cada 100 mil habitantes.
Aquí no hay “mala racha”, sino una descomposición que ni esta ni las anteriores autoridades han podido detener.
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Eso de que en Morena no hay grupos ni tribus, a ver quién se los cree, porque casi a diario brinca uno nuevo que impulsa “los auténticos principios de la 4T” … y una que otra candidatura.
Ayer, en la capital del estado, se “presentó en sociedad” la agrupación “Los de abajo organizados”, integrada por militantes de Morena en el estado de Chihuahua, quienes así, de entrada, leyeron una larga lista de personas a las que su partido las postule para cargos de elección en el 2024.
Así como para abrir boca, pidieron a Eduardo Gómez Caballero para la senaduría y las candidaturas a diputaciones locales por los cinco distritos con cabecera en Chihuahua.
Los enlistados por ese grupo son: Luz María Cisneros Villaseñor, Ana Luisa Rojas Carrasco, Jesús Benjamín Nogueira Morales, Liliana Mediano Santillanes e Hilario Carrillo y Guadalupe Pérez Holguín, por los distritos 12,15,16,17 y 18 respectivamente.
La cuenta no para ahí, porque además quieren a Rosa Lilia Cardona Muñoz con su suplente Mario Alberto Chico Díaz, y ya entrados en gastos, a sus respectivos acompañantes en la planilla de regidores.
Sólo faltó que les preguntaran el sabor del que quieren su nieve, o si es para llevar o para comer aquí.
Pero bueno, pedir no empobrece, así que bien pueden llenar las listas con postulantes para todas las candidaturas.
Lo que sí caló fue el pedradón que le mandaron a las y los acelerados que se han gastado el dineral en hacerse campaña desde hace meses, con miras a quedarse con la candidatura al senado.
Ahí, el golpe duro y a la cabeza fue directo a Andrea Chávez, Adriana Terrazas y Rosana Díaz, todas diputadas—la primera, del ámbito federal—y altas consumidoras de espacios en espectaculares. Los otros a los que también les rozó fueron los juarenses Alejandro Pérez Cuéllar y Armando Cabada y, por supuesto, al morenista que parece prianista —¿o no será al revés? —Rafael Espino.
Así que ya lo saben: quedan pocos días para que se definan las candidaturas y, de aquí a entonces, quién sabe cuántos grupos o “colectivos” surjan así de bote pronto.