No me quieras tanto, compadre: dejan a Loera en la orillita
Lo que es el lenguaje político traducido al idioma del presídium: al superdelegado de Bienestar, Juan Carlos Loera, lo sentaron en los confines de la mesa, lejos, muy lejos del foco central de las fotos, como para que no le hiciera “mosca” a la presidenta del Tribunal Superior, Miriam Hernández, la nueva “consen” de Palacio.
No conformes con ponerlo al borde de la mesa, casi detrás de la pantalla donde se proyectaban las cifras del Coplade, además lo sentaron en una silla más baja que las demás. Como para mostrarle qué hay “niveles”.
Al buen entendedor pocas palabras, ¿qué no?