Después de los comentarios presidenciales hechos en la semana durante la mañanera, sugiriendo que había una persecución contra Javier Corral y que la detención del exfiscal Francisco G.A. era una venganza, las cuales derivaron en la petición de la Fiscalía General de la República solicitando la carpeta de investigación para estudiarlo, quedó muy clara la intención del Gobierno federal de ejercer el derecho de atracción del caso, que en opinión de especialistas en Derecho, constituye una arbitrariedad.
Juristas consultados sobre el caso, coincidieron en opinar que la ley permite la atracción, solamente cuando se trate de un asunto de trascendencia nacional o de gran envergadura, como lo fueron en su momento el caso Colosio, así como el de los estudiantes masacrados de Ayotzinapa, o bien, cuando se trate de delincuencia organizada.
Asimismo, puede ejercerse este recurso sacándolo del ámbito estatal, si la víctima lo solicita por negligencia o fallas graves en la integración de la investigación.
De darse la petición formal de atracción, porque hasta el momento solo el expediente solicitó la FGR, eso sí, con una orden tajante de entregarlo en 24 horas, el Ministerio Público puede negarlo, como muy probablemente va a ocurrir.
Si el Gobierno insistiera, la Fiscalía tendría que plantear un conflicto de competencias entre el Ministerio Público Federal y el Ministerio Publico del Estado, que deberá resolver la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que, por cierto, tiene también muy controlada el presidente de la República.
Los peritos en la ley, consideran también que, cuando un asunto judicial tiene trascendencia social nacional, o importancia general para el país, como puede ser la seguridad nacional, la Fiscalía federal podrá ejercer la atracción casi por default, lo cual no es tampoco el caso.
Por lo mismo, llevarse el proceso a los tribunales federales solamente por las pistolas del Preciso, podría constituir una arbitrariedad, porque el asunto es un tema de interés estatal en el que el Gobierno federal trata, sin lugar a dudas, de favorecer al exgobernador Javier Corral, quien tiene también un evidente interés en el asunto de “Panchito”.
Veremos en esta semana de cuál cuero salen más correas y de qué madera están hechos los asesores jurídicos de Palacio del Estado, para evitar que les coman el mandado.
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Al que le fue como en feria después de tomar posesión como Fiscal Anticorrupción del Estado, fue al “Bayo” Abelardo Valenzuela Holguín, pues aparte de la impugnación que hicieron en el Congreso los diputados de Morena, que no aprobaron su designación, el fuego amigo de las filas del mismo PAN también le pegó duro.
En la cuenta de Twitter, un joven panista que se identifica en su perfil como Nayo, y que durante los juicios de los Expedientes X hacía transmisiones en vivo, sobre todo de las acusaciones contra Maru Campos, publicó el comentario: “Lo único que me inspira confianza del nuevo Fiscal Anticorrupción, es que salió positivo en un antidoping en el 2007.” Tómala.
Otros panistas identificados con el grupo corralista subieron y circularon en las redes una nota publicada en El Universal de la Ciudad de México, el 4 de diciembre del 2007, con la cabeza “Da positivo antidoping aspirante a dirigir el PAN en Ciudad Juárez”.
La nota describe que en el proceso de renovación del Comité Municipal del PAN de aquel año, se inscribieron cinco aspirantes: Abelardo Valenzuela, Alejandro Ramírez, Javier Palacios, Manuel Rivero y Victoria Álvarez, y esta última solicitó que todos se sometieran a un examen antidoping, antes de continuar aspirando a la dirigencia.
Supuestamente, el único que resultó positivo fue el aspirante que más posibilidades tenía de ganar la contienda, “El Bayo” Valenzuela, quien a su vez acusó al entonces dirigente José Sigala, de haberle armado un plan siniestro para sacarlo de la contienda y mancharlo.
Ahora que accede a la Fiscalía Anticorrupción, le sacan los trapitos al sol y les dan carnita a los diputados morenistas, que están impugnándolo por considerar que ese cargo no puede ocuparlo un militante de ningún partido, y el Bayo tiene tatuada las siglas del PAN.
Aunque el “pecadillo” que le achacan data de hace 15 años, está visto que en la grilla nada se perdona, aunque se trate de canibalizar a alguien de la misma tribu. Todo sea por la lucha del poder.
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Mañana se cumplen seis meses de los asesinatos en Urique de los dos sacerdotes jesuitas y el guía de turistas, y el presunto asesino José Noriel “El Chueco” Portillo sigue prófugo, como el más burdo homenaje a la impunidad, que sigue evidenciando la ineptitud de todas las autoridades policiacas y militares, que supuestamente lo persiguen.
Fuentes mironianas informaron, que nuestras sagaces autoridades están argumentando que, con la llegada de miles de migrantes al Estado, la Guardia Nacional y la Policía Estatal, principalmente, tienen mucho trabajo escoltando a los grupos que están arribando, y por lo mismo la intensidad del operativo de búsqueda ha disminuido.
Nos dicen también que lo más extraño del caso es que, con mil hombres que supuestamente andaban rastreando al Chueco, desde el 20 de junio, ya hubieran recorrido dos veces las zonas de la Sierra Tarahumara, donde el líder criminal tiene todavía su influencia, pero no ha sido así.
Por algo dicen que militares, guardias nacionales, policías estatales y ministeriales que participan en la búsqueda, solo han ido a turistear a la sierra, donde varios de ellos no han desaprovechado la oportunidad y hasta unos terrenitos les andan comprando a los ejidatarios. Hágame usted el refabron cabor.
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Mientras que en la frontera mexicana la policía sigue deteniendo únicamente “charalitos” y “grameros”, de otro lado del río la Patrulla Fronteriza está dando fuertes golpes a los narcotraficantes, como el último decomiso realizado en Falfurrias, Texas donde interceptaron 300 libras de metanfetamina líquida, escondida en 440 botellas de cloro.
Esta incautación es la tercera más grande de metanfetamina realizada en la historia de la Patrulla Fronteriza, que alcanza un valor de 100 millones de dólares en las calles.
De acuerdo con la información de Gloria Chávez, agente en jefe de Patrulla Fronteriza en el sur de Texas, el decomiso se realizó el 8 de diciembre durante una revisión a un camión remolque en el puesto de revisión de Falfurrias, en la ruta a San Antonio, Texas.
Antes, el 2 de diciembre la misma corporación decomisó 11 kilogramos del mortal fentanilo, en estado líquido, en su puesto de seguridad de Valle Grande, Texas, ocultos en el tanque de gasolina de un automóvil.
Esta cantidad de droga, según las autoridades norteamericanas, es suficiente para provocar la muerte de 5 millones de personas, nada más ni nada menos.
Mientras tanto, en la entidad y en Juárez, la Policía Estatal es la única que presume combate al narcotráfico, pero deteniendo únicamente narcomenudistas y grameros, como los que detuvieron el sábado en Parral y en Juárez, con 4 kilogramos de marihuana y 7 “pases” de cocaína, respectivamente.
La pregunta obligada es: ¿no les dará vergüenza presentar estas miserables cantidades de droga requisada, cuando ven los grandes cargamentos de todo tipo de narcóticos, enviados desde la frontera mexicana, que realizan los agentes de la Patrulla Fronteriza? Lo más seguro es que no.