Para ser una ciudad gobernada por Morena, el evento del festejo del 11 aniversario de este partido, realizado ayer en el Monumento a Juárez, estuvo desairado por los seguidores de este movimiento.
Con las personas sentadas en las 25 hileras de sillas, colocadas en el centro del teatro abierto del parque, y los que permanecían de pie en las gradas, no pasaban de 700 los seguidores de Morena que asistieron a las 10:00 de la mañana a festejar al partido guinda.
Algunos morenistas con chalecos de brigadistas, prefirieron irse a chacharear al tianguis de antigüedades, que domingo a domingo se instala en el Monumento, pero, aun así, la asistencia fue muy pobre.
En el presídium estuvieron la nueva dirigente estatal impugnada, Brighite Granados De la Rosa, los diputados morenistas Gustavo de la Rosa, Benjamín Carrera, Rosana Díaz, María Antonieta Pérez, Cuauhtémoc Estrada, Leticia Ortega y Oscar Avitia; así como la regidora del mismo signo político Cecilia Reyes Castro.
Con excepción de ésta última, no se vio representación del Gobierno municipal, ni del alcalde Cruz Pérez Cuéllar, quien se encuentra fuera de la ciudad.
Llamó la atención que tampoco asistiera la presidenta del Congreso Adriana Terrazas, ni el profesor Martín Chaparro. De la diputada era de esperarse su ausencia, porque su grupo parlamentario sigue sin superar el hecho, de que ocupe el lugar que deseaban para Benjamín.
El colmilludo profe Chaparro no asistió, para evitar la ninguneada pública, porque la que fue presentada como la legítima presidenta estatal de Morena fue Brighite, la sobrina de Juan Carlos Loera.
En su breve mensaje, Brighite dijo que está lista para las tareas que le han encomendado y recordó la tragedia de Tlatelolco del 2 de octubre, a cuyas víctimas honraron también en este aniversario de Morena con un minuto de silencio.
Durante el programa del acto conmemorativo, se vitoreó en repetidas ocasiones el nombre del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, y se presentaron 4 videos sobre la historia del Movimiento de Regeneración Nacional.
Aunque la ceremonia fue transmitida en vivo por Facebook, tuvo muy pocos seguidores, aunque hubo morenistas que, desde Chihuahua, Guachochi, Delicias, Cuauhtémoc, Santa Bárbara, Rosales y Parral dijeron presente.
En fin, el festejo de aniversario puso en evidencia que la división en las filas de Morena de Chihuahua es real, no mentira, como lo calificó en días pasados la nueva dirigente estatal. Ahí están los hechos.
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Y hablando de esa fragmentación de las fuerzas morenistas, es casi un hecho que esta semana se le arme la bronca y hasta una denuncia por violencia de género, a la regidora Cecilia Reyes Castro, quien en la pasada sesión de cabildo le dijo “pinchi loca” a su compañera de fracción, Mary Adame, pensando que su micrófono estaba cerrado.
Como se recordará, en la acalorada sesión, Mary defendió la abstención de su voto, en la propuesta de retirarle la presea Fray García de San Francisco al sacerdote Aristeo Baca, condenado por delitos sexuales, y eso bastó para que su compañera la denostara con un léxico digno de carretonero, no de una representante del Ayuntamiento de Juárez.
La agresión verbal y la risa burlona de la morenista Reyes Castro, quedó grabada en el minuto 38 de la transmisión que se hace semana a semana, de las reuniones del ayuntamiento, por lo que no puede decir que fue inventada o que se refería a otra persona.
El asunto será tratado en la próxima sesión del miércoles, donde varios regidores pedirán al secretario del Ayuntamiento, que haga un extrañamiento enérgico a la grosera regidora, por la falta de respeto al resto del cabildo y a la ciudadanía.
Esto, independientemente de que la regidora Adame solicitó a sus asesores la integración de la denuncia que podrán hacer llegar a la comisión estatal de los derechos humanos y al Instituto Chihuahuense de la Mujer, por tratarse de un hecho que encuadra en la figura de violencia política de género.
Por todo eso, se le va a poner buena la fiesta a Xóchitl, quien recientemente cambió del bando crucista, al de Juan Carlos Loera.
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Este lunes entra en vigor la reforma laboral y deja sin efecto el viejo sistema de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, que hasta el viernes pasado recibieron demandas laborales, para dar paso a los nuevos tribunales laborales, que dependerán del Poder Judicial del Estado.
Con las modificaciones a las leyes en materia del trabajo y la creación de nuevas instituciones de justicia laboral, se da cumplimiento a los compromisos adquiridos por nuestro país en el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEX), y serán los tribunales laborales los que resuelvan las controversias que no sean competencia de las autoridades jurisdiccionales federales.
Todos los conflictos presentados hasta el viernes, serán desahogados en el viejo modelo de las Juntas de Conciliación, algo similar a lo que paso cuando se implementó el nuevo sistema de justicia penal acusatorio, en el 2006.
En el modelo antiguo, un juicio laboral podía resolverse hasta en un período de 5 años. Ahora, con el nuevo modelo de Justicia Laboral, se pretende disminuir dichos procesos.
Por ello, uno de los cambios importantes que llegan con la reforma laboral, es que, antes de ir a juicio, se debe agotar la etapa de Conciliación, sin que sea obligatorio que los trabajadores y patrones lleguen a un acuerdo.
No obstante, ahora como en aquel año en que se entró en vigor el sistema penal acusatorio, los especialistas en la materia, reclaman que no se ha capacitado debidamente a toda la nueva estructura de la burocracia judicial, para llevar con eficiencia el nuevo modelo.
Esas voces de peritos en derecho laboral, están recomendando que las universidades que llevan la carrera de Derecho, se sumen de manera activa al proceso de cambio, para que se capacite sin pretexto a los nuevos funcionarios y a los abogados laboralistas.
Las nuevas habilidades que reclama la reforma a los abogados, los obligará a desenvolverse en la litigación oral, habilidad que solo se adquiere con capacitación de especialistas, por lo que la participación de las facultades de Derecho será fundamental en esta etapa de la implementación del cambio de las Juntas de Conciliación, saturadas por coyotes y empíricos, a los nuevos tribunales, que ya no dependerán de la Secretaría del Trabajo, sino del Poder Judicial.