En la carrera de las “taparroscas” de la oposición ocurrió un verdadero milagro: no fueron cinco, no fueron seis, no: fueron siete los aspirantes a ocupar la Presidencia de la República los que lograron conseguir la friolera de 150 mil firmas para inscribirse en la carrera.
De no creerse: además de la puntera, según diversas encuestas, Xóchitl Gálvez, del “señor plurinominal” Santiago Creel, y de la exmuchos cargos Beatriz Paredes, se sumaron a ese selecto club Enrique de la Madrid “El hijo de su apá”, y los exgoberandores Francisco Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Silvano Aureoles, de Michoacán y Miguel Mancera, de la Ciudad de México.
Fue algo así como la “Multiplicación de los PRIANes”.
De no creerse: Cabeza de Vaca logró juntar esas firmas sin pisar la calle, porque nadie sabe exactamente dónde está, pues se sabe que el Gobierno de la 4T lo tiene en jabón; de Silvano Aureoles, pues se ha movido allá por sureños territorios y acá a Juárez nunca alcanzó a llegar.
Ahora que lo del exjefe de Gobierno y senador de la República, Miguel Ángel Mancera, está como para darle entrada al “sospechisismo”, porque él, al igual que los dos antes mencionados, ni presencia mediática traían, y mucho menos trabajo de campo.
Aquí en Chihuahua recibimos la visita de Xóchitl –quien no alcanzó ir a Juárez, la ciudad más poblada– y a Enrique de la Madrid. A Cabeza de Vaca y Mancera no les vimos ni de lejos.
Santiago Creel estuvo en una reunión celebrada en la sede del PAN estatal, pero cuando aún no iniciaba esta carrera que ya sufrió una baja dolorosa, la del senador José Luis Preciado Rodríguez, quien no nada más se quitó de la carrera, sino que dejó su militancia panista. También Silvano Aureoles había visitado la capital del estado antes de esta recta final.
La verdad es que cuesta trabajo creer que, en tan poco tiempo, hayan logrado tal cantidad de apoyos autógrafos, pues incluso el pequeño módulo que se instaló en el centro de la ciudad tuvo una pobre respuesta.
Así ni cómo ayudarles. ¿O será que se trataba de echar por tierra la acusación de Preciado, en el sentido de que ya estaba amarrado el “hexagonal final” con Xóchitl, Creel, Paredes, De la Madrid, Cabeza de Vaca y Albores? Si es así, ¡qué manga tan ancha tienen para sacarse de buenas a primeras a un senador del que ya nadie se acordaba, como Miguel Mancera!
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El ataque cibernético a los servidores de Pensiones Civiles del Estado (PCE) registrado hace una semana, obligó a la dependencia a realizar algo que ya no se usa: el trato de humano a humano.
Por increíble que parezca, la automatización de los trámites, si bien tiene muchas ventajas, también ha llevado a los servidores públicos a desprenderse de su función real, que como su propia labor lo dice, es servir.
La derechohabiencia merece que se contagie entre los empleados de Gobierno, de todos los niveles, ese virus que se llama trato amable.
La situación que obligó a los empleados de Pensiones para el otorgamiento de citas médicas y de laboratorio, así como el reparto de medicamentos, debe aprovecharse como un recurso que permeé en otras dependencias de Gobierno, que hoy en día se encuentran tan ajenas e insensibles a los usuarios.
¿Será mucho pedir?
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A Mirone le llegaron voces de que, durante la presente semana, los trámites para los alumnos de nuevo ingreso en el Colegio de Bachilleres, especialmente los referentes a uniformes, están más lentos que la llegada del otoño en Ciudad Juárez.
Los padres y madres de familia tienen que esperar horas para que los estudiantes, que habrán de ingresar al primer semestre, se midan sus nuevos uniformes, ya que toman medidas de uno por uno, porque no hay devoluciones; pero eso es lo de menos.
Lo que ha molestado, por un lado, es que les venderán uniformes con nuevo diseño y, por el otro, que no les ponen los precios de los mismos en sus páginas oficiales.
Apenas el año pasado el Cobach se metió en un broncón al imponer uniformes que cobró a precios altos, algo así como 2 mil 315 pesos por cinco piezas, muchos paquetes de los cuales nunca entregó y tuvo que ir devolviendo la lana.
Eso provocó el enojo generalizado de los progenitores y la salida del entonces director, Marco Licón Barraza, cuando la responsabilidad de la Secretaría de Educación y Deporte, recaía en Javier González Mocken, quien meses después también se marchó del cargo por la puerta de atrás.
En este ciclo escolar, aunque los uniformes no alcanzan los precios que pretendieron meses atrás (rondan por ahí de los mil 460 pesos, el paquete del uniforme deportivo y formal), la molestia se generalizó porque no se hicieron públicos los precios.
La inconformidad residió en que el pago de los uniformes se tiene que hacer en efectivo, cash, biyuyo, moneda constante y sonante, no vía transferencia o depósito bancario, como debería ser lo conducente y pues ahí tiene a más de tres persignándose para llevar su dinero con la esperanza de completarlo.
Hasta eso, los maestros y encargados del trámite de la compra obligatoria de uniformes nuevos, fueron bien buena onda, porque le dijeron a los papases y mamases que, si no completaban, podían pasar para hacer un acuerdo e ir pagando poco a poco.
¿Qué le cuesta al Bachi mantener un solo modelo de uniforme? No hagan cosas buenas que parezcan malas. ¿Qué nece(si)dad?
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Si desde una toma fotográfica aérea contemplamos la actual mancha urbana de Ciudad Juárez, es fácil concluir que los planes para el crecimiento no se han seguido de acuerdo a los estudios y esto provoca agravamiento de los problemas citadinos.
Durante la administración municipal de Francisco Villarreal Torres, hace tres décadas, se reencauzó el crecimiento con orden y planeación, y hacia las zonas que presentaban mayor factibilidad para llegar a tener una ciudad mínimamente ordenada.
El crecimiento explosivo ya nos había rebasado, desde el boom maquilador en los años 60s, y los parques industriales se establecieron donde los empresarios tenían terrenos, seguramente no siempre con la mejor planeación, pero al menos había terrenos y el crecimiento se fue dando por los rumbos de dichos parques.
Lo que se hizo con Villarreal fue un Plan Rector, con la creación del IMIP, que estableció no solamente el territorio apropiado para el crecimiento, sino las condiciones para vialidades, especificaciones para los tipos de construcción y zonas industriales y comerciales, un orden, pues.
Había también zonas que debían preservarse por su naturaleza, como las de uso agrícola próximas al río. Se impulsó el crecimiento hacia el suroriente y es donde actualmente se contemplan corredores comerciales e industriales, vialidades amplias y fraccionamientos en orden, con reglas mínimas para casas habitación.
Mal que bien, esta planeación se sostuvo hasta la entrada del nuevo milenio, pues con los cambios políticos de un partido a otro, del PAN al PRI, en el municipio, otros intereses surgieron y ya no se obligó el plano rector.
Ahí está Riberas del Bravo, asentada en lo que era el lecho del río, con construcciones sin especificaciones mínimas y vialidades inapropiadas. Miles de problemas para la ciudad y sobre todo para quienes viven ahí.
Estaba contemplado desarrollar el corredor de la salida a Casas Grandes, pero parece que ahí no hubo empresarios y políticos que les interesara y mejor se pusieron a construir el Camino Real de Teto Murguía, obra monumental muy abandonada y que es un riesgo en materia de seguridad.
En cambio, las vialidades para la ciudad siguen sin desarrollarse. Los ejes norte-sur y oriente-poniente, que son las avenidas Adlfo López Mateos y Plutarco Elías Calles, más anchas y en un solo sentido, así como Municipio Libre en conexión a Ejército Nacional, son los que se construyeron desde la administración de Villarreal. Ahí seguimos en el abandono.
Don Mirone