Tremendo madruguete le dio la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, al morenista de hueso colorado, Benjamín Carrera, al decidir que la nueva presidenta de la Mesa Directiva, para el segundo periodo de sesiones, sea la expriista Adriana Terrazas, convertida al morenismo por obra y gracia del chapulineo en el 2021.
El reporte oficial de la Jucopo, dice que fue tomada la decisión por mayoría de votos, cuando en realidad el acuerdo se cocinó desde la tarde del miércoles, cuando se decía que Carrera iba solo por la Presidencia y que las otras aspirantes, María Antonieta Pérez y Adriana Terrazas, se habían alineado.
Nada de eso ocurrió, pues Terrazas cabildeó con el líder de los panistas Mario Vázquez, que no iba a respetar el acuerdo de que la sucesión de Georgina Bujanda fuera para un diputado de Morena, y se inclinó por el rival más débil.
El colmo del arreglo en lo oscurito, fue que Benjamín Carrera quedó totalmente fuera de la nueva Mesa Directiva, pues como primer vicepresidente fue nombrado el priista impulsado por el dirigente estatal del tricolor, Alejandro Domínguez.
El nombramiento de Terrazas sacó ronchas a la fracción morenista, principalmente a aquellos que son considerados Morenos de sangre pura, no chapulines ni arribistas.
Aunque la decisión ya está tomada y solo falta que se someta a votación del pleno, hay quienes le dicen a Mirone que todavía pueden darse sorpresas, porque el ambiente en la Torre legislativa está muy caldeado.
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Los priistas recuerdan ahora con nostalgia aquel período del pleistoceno de la política chihuahuense, cuando el líder parlamentario del PRI era todo un figurón al que ese le respetaba y hasta se le temía en el ámbito del Congreso local.
Cuánta nostalgia sienten aquellos priistas de cepa que vieron a Mario Tarango ejercer la presidencia estatal del PRI, la coordinación parlamentaria de su partido y la presidencia del Congreso al mismo tiempo. ¿Alguna duda?
Cómo olvidar aquellos años del autoritarismo patricista, cuando Víctor Anchondo Paredes era llamado como “número dos”, porque sólo el gobernador Patricio Martínez estaba por encima de él. ¡Y qué lejos se ve aquella cercana legislatura, cuando a Enrique Serrano le decían “el señor coordinador”!
Hoy en día, el coordinador parlamentario del PRI es alguien que se sienta en una de esas sillas del Congreso que les dicen curules. Se llama Noel Chávez Velázquez y es diputado por el Distrito XXII con cabecera en Guachochi, por si alguien no se acordaba.
Su menguado poder no le dio ni para proponer a alguien para la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, ahora que se fusionaron con el PAN para negársela a Morena. Omar Bazán, expresidente estatal del PRI, se le adelantó y, por sus pistolas, sin tener asiento en la Junta de Coordinación Política, propuso a Georgina Zapata, representante del priismo corporativista tan de bajada en todo el país. Ni para eso le alcanzó la mano al buen Noel Chávez.
Tan menguada está la figura del coordinador priista que, según mironianas fuentes, antes de dar la señal de voto a sus correligionarios, voltea a ver a Mario Vázquez Robles, líder formal del grupo parlamentario del PAN, pero también, jefe de todo el bloque PANPRIPTMC.
“¡A dónde hemos llegado!” exclaman los del pleistoceno priista. A estos no les queda más que recordar tiempos idos que no volverán. Difícilmente volverán a ser mayoría y, peor aún, van camino, si no a desaparecer, sí a convertirse en una especie de PARM, aquel partidito que le completaba los mayoritazos al PRI cuando tenía ganas de humillar a sus contrincantes.
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Hasta la redacción de Don Mirone llegó el comentario del lector Normando Sagarnaga, para negar que Ulises Pacheco, el aspirante a dirigir el Comité Municipal del PAN, sea corralista y que esté siendo apoyado por Lety Corral, hermana del exgobernador Javier Corral.
Asimismo, presume que Pacheco cuenta con el apoyo de más de 300 delegados, independientes de los funcionarios del Gobierno del Estado, donde no suman más de 120 delegados con voz y voto, para la convención donde se elegirá al nuevo presidente del PAN local el próximo 11 de septiembre. También dice que la que es muy corralista y fue aliada de Lety Corral es Xóchitl Contreras, la rival de Pacheco por la dirigencia del PAN.
Sin embargo, el mismo Ulises está identificado en el grupo de la hermana del exgobernador, a tal grado que, durante la etapa de transición del gobierno de César Duarte al de Javier Corral, en el 2016, palomeó junto con ella y con Ramón Galindo, a varios candidatos para ser funcionarios para Juárez.
Que ahora lo quiera desmarcar Sagarnaga, es muy válido y está en todo su derecho de hacerlo, pero no ocultando lo que es una verdad en el panismo juarense.
Se trata sin duda, de un fiel seguidor de Ulises, enviado a quitarle los estigmas de corralista y golpear a la aspirante contraria, que al destapar en días pasadas sus aspiraciones, fue apoyada por regidores y funcionarios estatales.
Sin embargo, le faltó admitir al defensor de Pacheco, que este ocupó posiciones dentro del primer círculo de poder del gobierno de Corral, como secretario ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, nombramiento que le fue dado por el mismo gobernador.
Tampoco dijo que el 28 de abril de 2021, Ulises fue acusado formalmente en la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de Chihuahua, por el uso de vehículos oficiales del estado en actos partidistas, cuando fue candidato a diputado del PAN por el distrito 2, candidatura que le fue entregada por el PAN estatal, después de ser palomeada por Javier.
La denuncia en cuestión fue presentada por el diputado de Morena Gustavo de la Rosa Hickerson, por el delito de peculado, al detectar que utilizaba recursos y bienes públicos para fines partidistas, hechos que fueron probados con las fotografías del vehículo oficial a su cargo en las oficinas del PAN municipal de Juárez.
No debe extrañar ahora, que salió a buscar la dirigencia municipal como chivo en cristalería y sin la bendición de Palacio, la denuncia, que no ha sido cerrada porque al igual que miles de expedientes, duerme en el cajón del olvido, pueda ser reactivada y lo dejaría en automático fuera de cualquier posibilidad. Al tiempo.
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Ayer visitó Juárez el diputado emecista Francisco “Pancho Pistolas” Sánchez para presentar su estrategia “El Imperio Contraataca”, perdón, Juárez Contraataca, y hoy estará en la ciudad el secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, el Dr. José Manuel Del Río, invitado por el excandidato a alcalde, Rodolfo “El Güero “Martínez.
Sánchez es actualmente el coordinador estatal del Movimiento Ciudadano y alfíl de Alfredo “El Caballo” Lozoya, mientras que el Güero Martínez, es el coordinador municipal del partido naranja. Lo curioso del asunto es que ninguno invitó al otro a sus eventos.
Una pregunta flota en el aire: ¿Lo hicieron para no pisarse las mangueras o por celos de Pancho? Quien ya siente pasos en la azotea con su frágil liderazgo, después de la desbandada de la diputada América García y los tres regidores de Meoqui, Elizabeth Terrazas Melero, Vicente Aceves Franco, y José Eduardo Luján Prieto.
Pancho vino a presentar su nueva ocurrencia para combatir la violencia y la inseguridad en Juárez, que incluye denunciar al presidente de la república ante las cortes internacionales, mientras que el Güero trae a su invitado de lujo para dialogar con empresarios y sectores de la sociedad civil en los temas de seguridad, economía, que puede apoyar desde el senado.
El doctor José Manuel Del Río es uno de los hombres más cercanos al presidente del Senado, el presidenciable Ricardo Monreal y brazo derecho de Dante Delgado, el dirigente nacional de Movimiento Ciudadano.
Habrá que ver si Don Ocurrencias olvida el protocolo de la invitación que no le enviaron y hace su graciosa aparición en los eventos que el Güero Martínez tiene programados con empresarios y con el sector social.
Para que vean que hasta los chiquipartidos tienen sus fracturas internas y sus líderes velan armas rumbo a la renovación de sus dirigencias. Lo mismo está ocurriendo en el Verde y en el PRI.
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Siguiendo con el tema del diputado Pancho Pistolas, su plan antinarcoterrorismo, “Juárez Contraataca”, resultó tal y como se esperaba: una reverenda vacilada al grado de que los reporteros que lo cubrieron, no sabían si reír o llorar.
Sánchez dijo que su sesuda estrategia tiene como objetivo “revertir la política de la omisión”, cuando el fondo del problema de la inseguridad, que muy seguramente desconoce, es la corrupción y la ineptitud que le dan impunidad y cobija a los bandidos.
Pretende, solamente eso, porque no dijo cómo va a lograrlo, que la violencia en Chihuahua, pero particularmente en Juárez, sea declarada por instancias mundiales como un conflicto de corte internacional.
Quiere también legislar sobre el narcoterrorismo, lo que indica que anda un poco desactualizado, porque ya el artículo 139 del Código Penal Federal contempla y castiga el delito de terrorismo.
Incluyó el diputado, en su lista a Santa, la revocación de los gobiernos fallidos. Hágame usted el fabron cavor, cuando en el Congreso al que pertenece y donde se le ocurrieron tales sandeces, no pudieron ni siquiera formular el juicio político contra un exgobernador.
De ese tamaño fueron las utopías presentadas como los “10 frentes de batalla contra el narcoterrorismo” por el diputado Sánchez, y habrá que estar pendientes, de cuál es el primero que tiene viabilidad y pone en práctica, porque de lo contrario pasará a la historia como el señor de las ocurrencias.