Uno de los problemas que heredó la pasada Administración estatal del binacional Javier Corral, junto con su adorada comadre, Lucha Castro, prolífica autora de inolvidables capítulos del famoso “cochinero judicial”, fue el enorme rezago de expedientes en proceso en prácticamente todos los distritos judiciales de la entidad.
Bueno, pues el diputado panista Luis Aguilar publicó el viernes pasado un boletín informativo donde da a conocer que, en compañía de la presidenta del Tribunal Superior, Myriam Hernández, realizó una visita por los tres distritos judiciales de la región centro-sur del estado para “agradecer al personal por el trabajo que han realizado en materia de procuración de justicia, además de reiterarles el compromiso de sumar esfuerzo por el bien de los chihuahuenses” (sic).
Primero que nada, vale recordarle al legislador corralista, para que lo registre, si le es posible, en su limitado acervo cultural, que los tribunales no procuran justicia, sino que la administran e imparten, que es muy diferente.
En segundo lugar, el legislador debería enfocarse, más que en las relaciones públicas, que dan la impresión de que sigue en campaña, en pedir un diagnóstico del grave rezago que existe, no solamente en los distritos judiciales de su demarcación legislativa, sino de todo el estado.
De nada sirve que vaya a echarle porras al personal del Poder Judicial y a felicitarlos por algo que no es cierto, cuando lo que debe hacer es velar porque la impartición de justicia sea realmente pronta y expedita, lo cual no hizo cuando le tocó ser integrante de la pasada Legislatura y miembro del gabinete como secretario de Desarrollo Social.
Que ahora salga con el cuento de que todo está muy bien y que hay que “reconocer el esfuerzo de todo el personal que fortalece el sistema de justicia chihuahuense”, es como querer tapar el sol con un dedo y ocultar el batidero que la gestión de la barzonista Castro dejó.
Si insiste en ser complaciente y palero en un tema tan importante para los chihuahuenses, que primero muestre los números sobre el rezago real que existe en cada juzgado, no solamente de los penales, también de los civiles. Eso se lo puede pedir a la magistrada presidenta, aprovechando sus buenos oficios, y nadie duda que le entregue la información.
De otra forma, todo lo que diga será puro rollo y podrá ser usado en su contra, por mentiroso y oportunista.
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Suban el piano, bajen el piano, así estamos en el asunto del regreso a clases presenciales, que hoy lunes iniciarían pero que, de última hora, fueron suspendidas por los contagios de Covid que mantienen a Chihuahua en el semáforo naranja.
Son buenas las razones para cambiar la fecha del regreso a las aulas, sobre todo la del contagio de niños en aumento, pero muy desafortunadas las indecisiones de nuestras autoridades de Salud, que una vez más se muestran titubeantes, producto únicamente de la desinformación que prevalece en el tema.
Si en lugar de poner fechas que no se van a respetar y de ser puramente especulativos, se pusieran a vigilar el cabal cumplimiento de las medidas de sanidad, sancionando o amonestando a todos los que en la calle o en el transporte público se pasan por el arco del triunfo las recomendaciones oficiales, así como con los que realizan eventos masivos, como el de ayer del PRD en el recreativo Las Fuentes, otras serían las condiciones de contagio que tuviéramos.
Pero en lugar de eso, seguimos enredados en los números y estadísticas, que además no son reales porque no existe un seguimiento puntual de contactos de contagiados, ni pruebas Covid suficientes que muestren la virulencia que tiene el estado y las tendencias a corto, mediano y largo plazo, como lo hacen otras entidades.
Por ello nuestras autoridades del consejo estatal de Salud siguen dando palos de ciego, tratando de adivinar y dar en el clavo, jugándole al pitoniso, como si no hubiera buenos especialistas médicos, científicos ni investigadores que les puedan dar un rumbo correcto con base en la ciencia, no en las ocurrencias políticas.
Por eso también la molestia de algunos padres de familia, que ayer desfilaron en sus vehículos de lujo dando vueltas a la Plaza Hidalgo, de la ciudad de Chihuahua, exigiendo el regreso a las aulas con elocuentes mensajes que decían, entre otras leyendas: “Abre mi escuela”, “Presencial es presencial”.
Si los titubeos de las autoridades en el combate a la pandemia son de todos los días y en todos los niveles, es normal que exista incertidumbre y que ésta sea aprovechada por activistas de todos colores y sabores, para llevar agua a su molino.
Por eso es importante recordar que, en ninguna crisis, y mucho menos en una de salud que pone en peligro la vida, pueden dejarse los hechos a la libre interpretación del público, porque generan otras crisis, que ya estamos viendo en gestación.
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Casa llena donde no se respetaron los protocolos sanitarios de sana distancia y uso general de cubrebocas, tuvo ayer el evento perredista donde el mandamás nacional del partido, Jesús Zambrano Grijalva, le tomó la protesta a Javier Meléndez como delegado en funciones de presidente de ese instituto político en Juárez.
En su visita a la frontera, el líder de los Chuchos formalizó también los cargos de los nueve delegados distritales, con los que comienza la reestructura del PRD, con excepción del tercer distrito, que está congelado, porque al parecer el candidato tiene su corazón en Morena.
De los 80 asistentes, se vieron algunos de los escasos liderazgos del sol azteca conocidos en la ciudad, como Pavel Aguilar Reynal, Luis Ernesto Lozano Arana, Alfredo Ramírez Rentería, Jesús Manuel Márquez y Nohemí Aguilar Rayos.
También estuvo el presidente de la Asociación de Criminalistas y Criminólogos del estado, José Pereda, el empresario Sergio Alba y el presidente seccional de Samalayuca, Jaime Sotelo.
Llamó la atención la presencia del doctor Óscar Fidencio Ibáñez, representante de la gobernadora en la ciudad, porque no se trataba de un evento propio de la función pública, sino de un acto político y partidista, que tampoco es del signo de la Administración estatal.
Si asistió como un acto de elemental cortesía gubernamental, se vale, aunque se preste a malas interpretaciones por falta de información pertinente. Nomás falta que se boletine y entonces sí hay ruido en el ejido, como dijo el ranchero.