Como el conejo Energizer los accidentes de transporte de personal en las calles de la ciudad siguen y siguen y siguen y siguen y siguen sin que haya manera de que el personal laboral de las maquiladoras, sea trasladado a sus centros de trabajo sin enfrentar el casi infaltable choque nuestro de cada día.
Como los carritos chocones de las ferias, no falta el despistado, el acelerado, el adormilado o el audaz chofer de transporte privado que, en su afán de sentirse el Checo Pérez de la frontera, no dimensiona el riesgo en el que pone a quienes presuntamente debería trasladar con todas las garantías de seguridad a sus centros de trabajo.
El más reciente accidente ocurrido la noche del sábado que involucró a dos camiones, uno de los cuales terminó volcado en plena carretera a la altura de Riberas del Bravo, solo deja ver que las políticas de control que presume el subsecretario de Transporte del Estado, no pasan de ser puro jarabe de pico.
Menos mal que la situación no pasó a mayores gracias a que el camión volcado viajaba sin pasajeros, aunque las ocho personas lesionadas que viajaban en el otro camión no han de verlo con tal optimismo.
Ya en días pasados Norte Digital daba cuenta del 60 por ciento de incremento en la cifra de accidentes que el transporte local protagonizó en los primeros dos meses del año con respecto al año pasado.
Y aparte de promesas incumplidas y una buena dosis de atole con el dedo, lo único que hace la “acéfala” Dirección local de Transporte manejada a control remoto desde chihuahuitas tierras, es actuar “a toro pasado”, encajando multas y sanciones presuntamente ejemplares, pero en cuestiones preventivas, nada de nada de nada… pero de nadita, nanay.
………………
Las estrategias de seguridad anunciadas con bombo y platillo por parte de los tres niveles de Gobierno no han funcionado, y ya nadie cree en eso de que “estamos avanzando en la lucha contra la delincuencia”.
El mes pasado hubo casi 100 asesinatos, algunos de ellos de alto impacto que llamaron la atención, como los crímenes contra jovencitas, cuyo caso más reciente sucedió en el periférico Camino Real, donde fue encontrada una mujer muerta que había sido reportada como desaparecida, y cerca de ahí, fue localizado el cadáver de su pareja. ¡Terrible!
El promedio diario de homicidios, en Ciudad Juárez, ronda la penosa cifra de 4.5, una estadística que nos recalca la razón por la que Juárez no ha podido abandonar el top ten de las ciudades más violentas del mundo. Apenas el pasado fin de semana 14 personas fueron asesinadas en la localidad, mientras que la madrugada del lunes se bañó con la sangre de tres víctimas.
¿Qué sucede con tanto elemento de la Guardia Nacional, del Ejército y de agentes municipales y estatales que realizan patrullajes?, ¿por qué no disminuyen los crímenes?, ¿está la ciudad condenada a vivir en una guerra permanente?, son algunas de las preguntas que se hacen ciudadanos que tienen que lidiar con la violencia en las calles.
Pareciera que las reuniones de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz son solo para que los funcionarios y militares aparezcan en la foto, porque no hay resultados de su trabajo. Si hubiera una estrategia y coordinación real, la ciudad no tendría el grave problema de seguridad.
La última sesión fue el pasado 24 de febrero en el Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata (CERI). Ahí se destacaron varios temas, entre ellos el aseguramiento de armas de fuego, personas detenidas por delitos contra la salud y arrestos por robo de automóvil, logros que ni siquiera deberían sobresalir, pues son parte de la obligación que tienen que cumplir los agentes policíacos de los diferentes niveles de Gobierno.
………………
La Secretaría de Seguridad Pública Municipal en su apartado operativo, integrado por la Policía Municipal como por la Coordinación General de Seguridad Vial ha demostrado en años recientes que si hay necesidad de fajarse contra los grupos delincuenciales e imponer el orden para recuperar la tranquilidad en las calles, lo hacen pese a exponer sus propias vidas.
Casos recientes de la triste historia de nuestra ciudad como lo fueron el Jueves Negro y la fuga masiva en el Cereso 3 así lo demuestran, donde gracias a las agallas de los elementos, principalmente municipales, fue que se lograron los aseguramientos de generadores de violencia que mantuvieron en zozobra a la ciudad.
Por eso nos sorprende la desafortunada intervención que se presentó hace unos días en la zona centro, en un espacio que es considerado un recinto para la paz, como pudiera ser las instalaciones de la catedral.
El que un grupo de policías haya atacado a los migrantes que ahí se refugian marca un triste retroceso en lo poquito, pero bien cimentado que ya venía logrando la SSPM en materia de confianza ciudadana.
Un paso atrás que ya provocó reacciones por parte de la Diócesis de Ciudad Juárez y de agrupaciones en distintos países que exigen justicia ante la arbitrariedad, el abuso y la falta de garantías para los migrantes.
Haciendo un poco de historia, con las caravanas migrantes que se han venido intensificando en los últimos años, que no se detuvieron ni con la presencia de la pandemia generada por el Covid-19, la necesidad de procurarles un albergue fue también en crecimiento.
Pero fue con la llegada de decenas de familias de extranjeros integradas por gente proveniente de Haití, cuando a finales de 2021, grupos y asociaciones católicas dedicadas a la ayuda de las personas en movimiento, vieron la necesidad urgente de abrir un comedor, refugio y centro de apoyo, para este grupo en específico, al que se fueron sumando gente de otras nacionalidades.
Dicho albergue a la fecha sigue brindando apoyo a decenas o tal vez cientos de migrantes que diariamente tienen la necesidad de alimento, cobija o un techo dónde pernoctar; por lo general se trata de personas que no interactúan con las personas locales, en su mayoría se trata de personas que permanecen algunas horas o días, salvo que se encuentren integrados ya a alguna actividad laboral en el primer cuadro de la ciudad.
Por eso sorprende y entristece ese viejo modus operandi de la Policía Municipal que hostiga y reprime, que persigue y criminaliza, que ataca y no defiende a quienes se deben, a las personas, independientemente de su lugar de procedencia.
¿Qué sentido tenía entrar a un espacio de esta naturaleza y abiertamente agredir, asaltar y amenazar a quienes allí se encontraban? Los crudos testimonios de quienes se dicen haber sido víctimas de atropellos policiacos, al menos en el Centro Histórico, y no solamente se trata de una corporación en específico, porque entre las sombras son indistintos, al igual que el miedo de quienes se dicen víctimas y por temor a una represalia, se han mantenido en silencio.
………………
Aparte de supuestas revisiones y detenciones arbitrarias, los migrantes que se encuentran en la ciudad han denunciado robos de sus pertenencias por parte de policías preventivos.
Al menos así han circulado en las horas recientes testimonios de esta naturaleza a través de grupos en la plataforma WhatsApp.
Una persona que se identifica como Enrique, narró que el pasado viernes 3 de marzo, él y otros dos acompañantes extranjeros sufrieron un robo por parte de oficiales que patrullan a pie la Zona Centro.
Explicó que era de noche y caminaban en busca de un lugar para dormir, cuando dos uniformados, sin precisar de qué corporación, los abordaron para una revisión, como si fueran delincuentes fueron puestos contra la pared manos arriba y les sacaron de sus bolsillos algunos cientos de dólares y varios miles de pesos.
Esos abusos fueron tan frecuentes contra borrachines y gente de aspecto ‘cholo’, que con el tiempo han quedado invisibilizados, porque ya se volvieron parte de la rutina, lo que no convierte al hecho en un actuar menos delictivo y penoso, por parte de los que portan un uniforme de seguridad.
Ahora, los menesterosos del centro, catarrines han quedado de lado ante la veta que representan estos grupos de personas en movimiento, que en el audio difundido claman por la intervención de alguna autoridad de Derechos Humanos.
“Somos seres humanos y tenemos nuestros derechos, que alguien haga algo, estos individuos no pueden andar así en las calles, haciéndose pasar como autoridades, porque no lo son”, clamó con la voz entrecortada el migrante.
………………
Aún hay mucho en que trabajar en el tema de Migración y Derechos Humanos por parte de los cuerpos de seguridad de los tres niveles de Gobierno, pero en el caso específico de la Policía Municipal urgen los cursos intensivos, las leídas de cartilla o los manotazos que vengan a poner orden.
Se debe detener el descaro con el que se están cometiendo los abusos que han crecido de tal manera que ya comienzan a repercutir en la opinión no solo local o nacional, porque el tema ya llegó a niveles internacionales. Este lastimado tigre, llamado Ciudad Juárez, tan lleno de estigmas generados por la violencia, el narcotráfico, los feminicidios, este dolido tigre, no necesita otra raya en su cuerpo, generada por los abusos contra los derechos humanos de los migrantes.
Quienes cometieron algún abuso, no solo municipales, sino estatales o federales deben ser retirados de sus cargos, ingresar a terapias y cursos relacionados con el respeto al ciudadano, hasta en tanto no sean investigados y en su caso procesados.
Pero, sobre todo, a los malos elementos no se les debe proteger con un cambio de plaza o de turno, porque con ello solamente se permuta o mejor dicho, se amplía el área de posibles futuros abusos en contra de otro sector poblacional.