La impunidad con que trabajan los grupos criminales que trafican con personas en el estado de Chihuahua, particularmente en la frontera norte, quedó en evidencia con el descubrimiento de una bodega en la ciudad de Chihuahua con 340 migrantes, hacinados y viviendo por meses en condiciones inhumanas.
Y decimos que fue un descubrimiento porque quedó al descubierto con la llamada que los propios migrantes hicieron al 911 para solicitar ayuda, no porque lo hayan encontrado las autoridades.
Los relatos de los centroamericanos hablan de tráfico, corrupción y engaño, en operaciones que involucran a los traficantes, a la guardia nacional y a autoridades locales, que se hacen de la vista gorda frente a un problema de esta dimensión.
Desde el lado que se mire, 340 personas en un solo punto es multitud, y hacinadas en una finca de 100 metros cuadrados, donde duraron varios meses, llaman necesariamente la atención hasta del más despistado; aunque la bodega se localice en una colonia de la periferia de Chihuahua.
Resulta obvio que este campamento de migrantes era del conocimiento de las autoridades estatales y municipales, de las que se fueron y de las que llegaron, así como de los elementos de la Guardia Nacional.
La complicidad de las Policías de los tres niveles de Gobierno es muy evidente, porque los migrantes no llegaron en Uber, ni uno por uno, ni son invisibles. Cruzaron en grupos por las calles de Chihuahua y curiosamente nadie los vio.
¿Cómo iban a verlos si son la materia prima del negocio de miles de dólares que les cobran los traficantes por llevarlos a la frontera?
………………
Si cada uno representaba el pago de 5 mil a 9 mil dólares, el promedio es de 7 mil, que, multiplicado por 340 personas da nada menos que 2 millones 380 mil dólares; o sea, 46 millones 410 mil pesos mexicanos. Un jugoso negocio en el que todos tenían su tajada, indudablemente.
Es obvio que a estas alturas lo van a negar, lo van cubrir, y van a presentar la intervención policiaca como un acto de servicio, casi heroico, por la “sagacidad” y efectividad de sus elementos a favor de la seguridad y el orden. Sí cómo no.
Lo cierto es que fue la llamada que hizo un migrante al teléfono de emergencia, y a un medio de comunicación de la capital del estado, lo que provocó la intervención policiaca y el descubrimiento del mayor número de personas traficadas rumbo a los Estados Unidos.
Y como siempre ocurre en estos casos, los traficantes pudieron escapar y no detuvieron a ninguno. Se esfumaron al estilo Copperfield y no fueron identificados, a pesar de que las autoridades escucharon sus descripciones personales de decenas de migrantes.
Clásico en los operativos policiacos, donde los peritos, ministerios públicos y agentes llegan a las escenas del crimen únicamente a contar casquillos. Aquí llegaron a contar personas, porque los billetes ya se los habían llevado los traficantes.
Nomás falta que salgan con la vacilada de que la finca tampoco tiene dueño, o que el propietario al que se la rentaron o compraron no sabía el uso que le daban.
………………
Ese tráfico masivo de humanos que se está haciendo por el territorio de Chihuahua y su frontera norte, lo confirmó en días pasados un informe de la Patrulla Fronteriza del sector de El Paso, donde se reveló que, en el transcurso del 2021 hasta el 31 de agosto, se han localizado a 20 mil 950 niños no acompañados.
Esta cifra representa un promedio de 2 mil 600 menores por mes, que también fueron abandonados a su suerte por los traficantes, después de que sus padres o parientes que residen en los Estados Unidos pagaron miles de dólares por su traslado.
Esos miles de niños y adolescentes cruzaron también en grupos por el estado grande, hasta llegar a la frontera en Juárez, Palomas y Ojinaga. No pasaron desapercibidos, porque también viajan en grupos con los coyotes.
Pero resulta que ni el grupo Beta, ni la Guardia Nacional, ni la Policía municipal, y mucho menos los agentes del Instituto Nacional de Migración los detectaron. A lo mejor pasaron de noche y ahorita con la austeridad republicana, no hay horas extras en ninguna de las corporaciones policiacas y por eso no los vieron. Ajá.
Gloria Chávez, la jefa de la Patrulla Fronteriza en El Paso, lo dijo claramente: estos niños, que en su mayoría no rebasan los 12 años, están siendo contrabandeados por grupos criminales que los abandonan a su suerte en el desierto, apenas cruzan la línea divisoria.
………………
En números generales, a lo largo de 3 mil kilómetros de la frontera sur de los Estados Unidos, la Patrulla Fronteriza ha encontrado 130 mil 710 niños no acompañados.
Los que cruzan por las fronteras del estado de Chihuahua, principalmente por Juárez, representan el 16 por ciento de ese total, pero representan también miles de dólares para los traficantes, porque ninguno viaja gratis o con descuento.
Estas cifras de niños no acompañados y la bodega con 340 migrantes localizada en la ciudad de Chihuahua, nos hablan de una crisis humanitaria en la región, que nadie atiende por la corrupción que compra la impunidad de los traficantes.
En su toma de protesta en la Plaza de la Mexicanidad, Maru Campos dijo que el tema de los migrantes será prioritario en su gobierno. Estos patéticos casos le dan la oportunidad de demostrarlo con hechos, no con discursos ni proyectos huecos.
Porque quizá la única verdad en toda esta crisis, es que los responsables de ese tráfico inhumano tienen rostro, nombre y apellido; no son invisibles y la mayoría, si no es que todos, cuentan con antecedentes por este delito, que es un jugoso negocio donde entran policías municipales, estatales, federales y hasta la Guardia Nacional.