Comenzaron los calorones y con estos llegaron también los apagones del servicio de energía eléctrica en toda la ciudad, a cualquier hora; afectando lo mismo, aunque de diferente manera, a los sectores comercial, industrial y residencial.
La falla de suministro eléctrico se está dando con mayor frecuencia en los parques industriales y en las zonas comerciales perjudicando los tiempos de producción en los primeros y la suspensión de servicios en las segundas.
Sin embargo, las zonas habitacionales, desde los fraccionamientos hasta las colonias de la periferia, están reportando apagones diarios con daños irreversibles a electrodomésticos, refrigeradores y computadoras, por citar algunos.
Los pretextos de la descentralizada son muchos y variados, pero el más común, cuando responden al reclamo de alguna autoridad, es que la demanda de energía aumenta cada año en la temporada de verano cuando todo mundo enciende los ventiladores, equipos de aire lavado y refrigeraciones.
Lo cierto es que la Comisión Federal de Electricidad es deficiente y está caduca, y con el cuento de que es una empresa estratégica del Gobierno federal, esconde la cara de sus funcionarios en la opacidad, porque evitan a toda costa informar sobre la realidad del caro y pésimo servicio que proporcionan a la población.
Empleados de la CFE que pidieron el anonimato revelaron que están trabajando a marchas forzadas con equipos viejos, que le han reducido el pago de horas extras a los sindicalizados y, por lo mismo, solo disponen en la ciudad de dos cuadrillas para atender emergencias y servicios extraordinarios los fines de semana.
Esta situación ha hecho del servicio de urgencias un buen negocio para los técnicos que las atienden, porque en varios fraccionamientos, que son clientes frecuentes de los apagones, les pagan una especie de gratificación cada vez los llaman para reactivar el servicio.
Lo mismo hacen comerciantes de las principales avenidas cuando se quedan sin servicio. Arman entre varios “una polla” y los atienden de inmediato. Con dinero baila el chango, sí señor, de lo contrario, están obligados a esperar hasta 4 horas y, por ende, la clientela se les va y se caen los ingresos.
Por los daños que los apagones causan en los equipos del hogar y del trabajo en comercios y talleres de transformación, principalmente, nadie responde, porque las demandas que se radican en la Procuraduría Federal del Consumidor nunca prosperan en favor de los afectados.
Cierto es que los reclamos ciudadanos contra la descentralizada federal, ya han escalado hasta la gobernadora del Estado, a quien los jerarcas de la CFE le prometieron la instalación de dos subestaciones eléctricas para Juárez; el problema es que no le dijeron para cuándo, y como prometer no empobrece, seguiremos viviendo en la incertidumbre de los apagones.
En la opinión pública domina una reputación negativa de la descentralizada por su pésimo servicio, pero, aun así, presumen en su eslogan que la CFE es una “empresa de clase mundial”, cuando lo correcto sería que dijera que es una “empresa de caridad mundial”, porque lo único que da es lástima por el su mal servicio, además de caro e irregular.
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Otra dependencia que está brillando también por su ineficiencia y opacidad es la secretaría de Hacienda del Gobierno del Estado, que no da pie con bola en el proceso de replaqueo que tantas mentadas de madre ha generado en todo el estado.
Como es de todos conocido, hace una semana exactamente, se suspendió la entrega de placas de identificación vehicular y los irresponsables funcionarios estatales pusieron como pretexto que se les cayó el sistema… y por lo visto también las ganas de eficientar el servicio.
Lo cierto es que se les agotaron las existencias del metal que tenían en las bodegas de Hacienda y no supieron como decirles a los causantes que ya pagaron sus placas, que no se completaron y que tendrían que esperar más tiempo para el canje.
Tan complicado le resultó al jefe de Hacienda Pepe Granillo entregar las placas, que hasta a conferencia de prensa citó ayer en la capital del estado y la transmitió vía internet a los principales municipios, solamente para informar que se mejoró el proceso de replaqueo y que ya no habrá mayores retrasos.
De ese tamaño es la complicación del replaqueo para el funcionario, además de que tuvo que suspender el servicio para ponerse de acuerdo con sus subalternos y planear, durante toda una semana, la forma de entregar dos placas a cada automovilista que presente su respectivo recibo de pago.
Ahora, después de que “afinaron” la estrategia para el complejo procedimiento de toma y daca, reanudarán el proceso el lunes en los centros de canje ya establecidos.
Muchas neuronas tuvieron que gastar los asesores del secretario de Hacienda estatal para encontrar la solución al gran problema, que no fue otra que aumentar el número de ventanillas de atención al público. ¡Brujos!
Lo cierto es que, a pesar de su sesuda estrategia, la situación se complicará en dependencias como Recaudación de Rentas donde además de todos los trámites que deben desahogar, seguirán con el replaqueo y seguirá saturándose el servicio.
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La designación del nuevo cronista de la ciudad tuvo que ser pospuesta hasta el 22 de junio, esto por la inconformidad de los historiadores que forman parte de la “Sociedad Paso del Norte por la Cultura de la Historia A.C.”
Fuentes mironianas de toda credibilidad informaron que, como parte de esa inconformidad, presentaron una demanda civil en los tribunales locales, aunque se desconoce el fondo de la misma, pero obligó a la comisión edilicia a posponer la fecha límite para recibir las propuestas de la sociedad civil.
Los regidores de la Comisión de Educación y Cultura, Austria Galindo, Patricia Mendoza y Jorge Marcial Bueno, fueron los que decidieron el martes pasado, junto con el director del Instituto Para la Cultura del Municipio de Juárez, Miguel Ángel Mendoza, dar más tiempo para la sustitución del licenciado Filiberto Terrazas (qepd), quien fue el último que ocupó el cargo.
Por la Sociedad Paso del Norte estuvo el escritor Darío Sánchez, quien expuso su preocupación por el hecho de que, convocando únicamente al sector académico, la elección del cronista estará basada en criterios elitistas.
Por esa misma razón, fue interpuesta la demanda civil en los tribunales locales, lo que obligó a los regidores a meter reversa cuando ya casi tenían definido al candidato a cronista.
Los historiadores consideran que hay muchas personas con capacidad, experiencia y conocimientos, que no son académicos, pero reúnen los méritos para el nombramiento de cronistas de la ciudad.
Ahora falta ver lo que dicen los académicos, que no en vano se quemaron las pestañas para obtener sus títulos, grados y niveles.