Concluido el proceso del referéndum, queda la pregunta incómoda: ¿fue un fracaso o un éxito la votación por la revocación de mandato?
Si aplicamos el ejercicio del vaso de agua medio vacío o medio lleno, utilizado cuando se habla de optimismo o pesimismo, podemos decir, por un lado, que fracasaron los pronósticos del porcentaje de participación ciudadana que esperaban los morenistas, porque del 40 por ciento que se requería, apenas se llegó al 17.6 y, por lo tanto, su resultado no es vinculante.
Por otro lado, de los 16.4 millones de mexicanos que votaron, 15 millones lo hicieron a favor de que el presidente continúe en el cargo hasta el 2024, y solamente un millón sufragó por la revocación de mandato, lo cual es suficiente para cacarear el huevo, como si el proceso hubiera sido todo un éxito.
Los seguidores de AMLO confiaban en que cuando menos tendría la misma votación con la que ganó en las elecciones del 2018, de 30 millones de mexicanos, pero la triste realidad fue que la mitad de esa gente no participó en este ejercicio, que estaba viciado de origen. Recordemos que dicha consulta no fue solicitada o requerida por la ciudadanía, sino que se construyó desde el poder y con objetivos muy específicos.
Los amlovers argumentan que si el INE hubiera instalado el mismo numero de casillas que en el 2018, el resultado superaría los 40 millones de votos. Pero como el hubiera no existe, tendrán que conformarse con los 15 millones que obtuvieron, de los 90 que tiene el padrón.
En el estado de Chihuahua la votación fue de 301 mil votos, lo que significó un 10.4 por ciento de una lista nominal de 2 millones 874 mil 454 electores. Con este porcentaje, la participación de los chihuahuenses quedó 7 puntos porcentuales por debajo del promedio nacional, que fue de 17.6 por ciento.
Para los morenistas, que desde el domingo comenzaron a buscar culpables de la debacle, la culpa de esta baja votación la tuvo el INE, por la poca difusión que se le dio al proceso y el bajo número de casillas instaladas, una tercera parte de las que se abrieron en el 2018.
Sin embargo, la realidad es que ni sus huestes salieron a votar, a pesar de la intensa promoción que hicieron en la entidad los diputados y hasta el propio secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
¿Desencanto o fidelidad a la 4T? Ese es el meollo del asunto, porque en el caso específico de Juárez no se cumplieron las expectativas al registrar una votación de 173 mil ciudadanos, 40 mil menos de los que obtuvo Cruz Pérez Cuéllar al ganar la alcaldía en el 2021.
De los cuatro distritos federales de la ciudad, el primero fue donde mayor votación se registró con 51 mil 159 personas, de un padrón de 332 mil 79, o sea, apenas el 15 por ciento. El distrito 3 fue el que menos votación tuvo, con la participación de 38 mil 288 personas, cifra que representa el 12 por ciento de un padrón de 269 mil 375.
Ni los resultados nacionales, ni los estatales y menos los locales, son alentadores para los morenistas que el domingo proclamaron que Chihuahua es lopezobradorista. Al final de cuentas, ya nada importa, porque los morenistas seguirán viendo el vaso medio lleno, al presumir que el 90 por ciento de los pocos que votaron en todo el país, pidieron que Andrés Manuel López Obrador siga en el cargo hasta el 2024.
Son números con verdades a medias, de un show que costó mil quinientos millones de pesos. Una bicoca si de construir instrumentos de chantaje político o de satisfacer egos se trata.
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Armando Cabada dijo el domingo en Juárez, que la denuncia de la síndica por el desfalco de 205 millones de pesos en la renta de 400 patrullas durante su administración, le causa risa.
Aunque también el nerviosismo puede mover a risa, hay que ver que la risa que le dio al exalcalde fue una simple argucia, para mostrarse impasible frente a los reporteros convocados en la casilla donde acudió a votar el domingo, durante la jornada de revocación de mandato.
O sea que, aparte de uñas largas, ahora resulta que el diputado morenista es también cínico, burlón y hasta tiene la desfachatez de declarar que las denuncias que tiene en su contra son para afectar su proyecto nacional.
¿A cuál proyecto nacional se refiere el locutor de marras? ¿Estará pensando que después de sus dos periodos fallidos como alcalde, tiene todavía posibilidad de llegar a la gubernatura o al menos a una senaduría?
¿O acaso piensa que la diputación plurinominal que le regalaron en Morena, para darle fuero y mantenerlo fuera de los ceresos, se la ganó por su gris desempeño como alcalde?
Las cuentas alegres que hace sobre la renta de las patrullas y el supuesto beneficio que le dieron a la ciudad, solamente hablan de su ignorancia y su limitada preparación académica, que le impiden sumar y restar con mediana solvencia.
Alguien debe orientarlo con el apoyo de palitos y bolitas, o con un ábaco, para explicarle que, si contrató y pagó durante 3 años por el servicio de 400 patrullas y solo tuvo en funcionamiento 240, existe una diferencia de 160 unidades que no tenían por qué haberse pagado. Una simple operación de sustracción para entender el desfalco y que las risillas nerviosas y sofísticas se difuminen.
Mirone tiene el propósito de buscarlo para preguntarle, cara a cara, si las denuncias formuladas por la auditoría superior del estado, por el pago a un despacho para que recuperara la cartera vencida del predial que nunca se realizó, también le provoca risa.
O bien, la que tiene por haberle entregado contratos por mas de 52 millones de pesos a la empresa de su familia, el canal 44, a pesar de existir un descarado conflicto de intereses.
Qué tipo de risa esbozará cuando le informen que también lo perseguirán por el sobreprecio que presumiblemente pagó por el terreno para la ampliación del panteón municipal San Rafael; o por las supuestas irregularidades que habría autorizado en los desarrollos de la constructora Altozano; o por las despensas del DIF, cuyos precios aparentemente también fueron inflados; o los talleres mecánicos que no eran talleres, sino simples cocheras, para los que se compraron refacciones de segunda, sin facturas.
Mucha tela hay de donde cortar, para que el “Divino Armando“ se siga riendo. En lugar de adoptar la hilaridad como filosofía barata o como último escudo, debería de prepararse para dar las respuestas a las que por ley está obligado.
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Tan grave está el asunto de las desapariciones y feminicidios en Nuevo León, que el diputado federal Víctor Pérez, propuso ayer implementar el “Protocolo Alba”, creado en Ciudad Juárez por primera vez en 1993, y formalizado 10 años después, en los momentos de más violencia contra las mujeres.
Con los primeros feminicidios registrados en Ciudad Juárez, en 1993, las familias de las víctimas pusieron en marcha tácticas de localización de las desaparecidas, siendo una de ellas la búsqueda desde el alba, de ahí el nombre del protocolo que hasta el 2003 se implementó desde el poder público, con la participación de los tres niveles de Gobierno.
En Nuevo León se han registrado 15 desapariciones de mujeres durante el último mes. Una de ellas, María Fernanda Contreras de 27 años, fue localizada asesinada el jueves de la semana pasada en un domicilio de Apodaca.
Por ello, las protestas de ciudadanas de Nuevo León subieron de tono este domingo en Monterrey, donde 15 colectivos protestaron, pidieron la renuncia del secretario de Seguridad Pública Aldo Fasci, por las estúpidas declaraciones que ha hecho minimizando el grave problema, y terminaron quemando la puerta principal de Palacio del estado.