Cruz Pérez Cuéllar y Juan Carlos Loera de la Rosa han entrado en un juego de vencidas para ver quién gana en eso de colocar candidaturas a alcaldías y diputaciones locales, y al parecer, en eso se están acabando sus municiones.
Ya hemos comentado en este espacio que Crucito se ha jugado el resto por sus candidatos en Cuauhtémoc, Hidalgo del Parral y hasta en Chihuahua, con el mega apoyo que le ha ofrecido al expanista Miguel Latorre.
La cuestión ahora es que no tuvo llenadera y se fue por todas las canicas a ganar las candidaturas en municipios que, si bien no tienen una gran cantidad de votos, sí son fuente importante de operaciones en una elección estatal, como la que habrá dentro de tres años.
No es gratuito que haya salido a defender a la dirigencia estatal de Morena después de que un grupo de “loeristas” se manifestara frente a las oficinas de ese partido en la ciudad de Chihuahua para demandar una rectificación en la asignación de candidaturas y que se respete el llevado y traído “consenso”.
¡Cómo no iba a defender a su dirigencia, si la presidenta, Brighite Granados de la Rosa, no tiene ojos mas que para los ex “algo”, o sea, los recién llegados procedentes del PRI y del PAN! Ya la vimos en una pelea de box, acompañada de Cruz, de su hermano Alejandro y del aspirante a candidato a alcalde de la capital, Miguel Latorre.
Tampoco es gratuito que Loera se haya apostado en el lugar y fuera él quien encabezara la discusión con los actores de la dirigencia morenista que accedieron a atender a los manifestantes.
Lo que nos cuentan fuentes internas del partido de la 4T es que Loera hizo compromisos que ahora no puede cumplir, porque simplemente, se quedó sin “power” para impulsar candidaturas.
Ahora, nos comentan, busca disidentes por donde haya y les arma manifestaciones de rechazo a los candidatos morenistas, pero son tan raquíticas que hasta inadvertidas pasan.
En fin, que Loera tendrá qué enfocarse en ganar su escaño, y tal parece que la moreniza de base se quedará viendo cómo Crucito les gana todas las piezas de este ajedrez que ya empieza a moverse con rumbo al 2027.
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La gobernadora María Eugenia Campos Galván, Maru, llega a su segundo informe de gobierno en un escenario en que sus relaciones y las de su gobierno con la administración federal pasan por un difícil momento, por decir lo menos.
El camino se comenzó a llenar de espinas en algún punto del 2022, después de que la mandataria chihuahuense tuviera momentos de cercanía y hasta expresiones de gratitud hacia el presidente AMLO, a grado de hablarle de “Andrés” y de invitarle unos burritos en Villa Ahumada.
Sin embargo, a lo largo del 2023, las declaraciones de un lado hacia el otro fueron subiendo de tono, a grado de llegar a la grosería y al lenguaje retador.
Primero, aquello de que a Morena “le vamos a romper el hocico”, pronunciado en el cierre de campaña del PRIAN en el Estado de México; luego, el reclamo hacia el presidente con palabras que no corresponden a la etiqueta de la política nacional: “…que el gobierno federal deje de ser omiso, si no es que decir pendejo”.
Ahora, a dos días de su informe, dijo que no se iba a “bajar los pantalones” ante la 4T.
Si bien el discurso ha sido rudo y el que ha venido de regreso de parte del morenismo no está muy amable que digamos, el verdadero punto de quiebre entre ambas administraciones no ha sido el lenguaje florido de ambas partes, sino aquel litigio en contra de los libros de texto gratuitos.
El encono entre ambas partes fue tan grande, que por primera vez en casi 30 años hubo un paro de labores del magisterio, en demanda de que se procediera al reparto de los libros.
De todos los estados que expresaron disconformidad hacia esos materiales educativos, el único que lo llevó hasta sus últimas consecuencias jurídicas fue el de Chihuahua.
No es gratuito, entonces, que a unas horas de que se presente el II Informe de Gobierno, hubiera pocas confirmaciones de gobernadores o gobernadoras—la mayoría son morenistas—y no se tuviera noticia de la presencia de un representante del Gobierno Federal.
Y así, pues nada más no se ve para cuándo mejoren las relaciones entre ambos gobiernos, el federal y el estatal, pero en medio quedamos los ciudadanos, que más allá de las luchas por el poder, de cuestiones políticas, requerimos hechos y soluciones a los temas que más nos agobian. Un ejemplo, el tema de seguridad, que en el estado de Chihuahua está que arde.
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La familia es primero, ni duda cabe, y los Fuentes, los de Juárez, no se quedan atrás en el seguimiento a ese principio sagrado.
Así irán en las contiendas políticas que se avecinan, donde Adriana Fuentes Téllez, la ex diputada local por el PRI, la buscó hasta donde pudo para ser la abanderada de la coalición PRIAN-PRD a la Presidencia Municipal de Juárez.
Pero una vez que el camino se complicó y que, al más puro estilo priista, se diera una especie de “cargada” hacia otros aspirantes, la política y empresaria apoya a hora a una miembro de su familia.
Este viernes 2 de febrero, Adriana Fuentes publicó un “post” en su cuenta de Instagram en el cual anuncia su apoyo para su sobrina, Denisse Fuentes, porque contenderá por una diputación local.
Según lo dio a conocer la dirigencia del PRI municipal, Denisse iría por el Distrito III, que actualmente está en manos de Morena, con el actual diputado y probable candidato a repetir en el cargo, Óscar Daniel Avitia Arellanes.
Sería la segunda ocasión en los últimos ocho años en que una integrante de la familia Fuentes llega hasta la tribuna más alta de Chihuahua, eso, si ganara su distrito.
En el 2016, cuando los priistas perdieron hasta el conocimiento, Adriana logró colarse a la 65ª Legislatura, en un grupo parlamentario de apenas cuatro diputadas, el más reducido que ha tenido el partido tricolor hasta ahora en el estado de Chihuahua.
Otro miembro de la familia, Angélica, fue representante del Gobierno del Estado en la Ciudad de México, allá por el año 2004, cuando iniciaba la gestión de José Reyes Baeza al frente de la administración estatal.
O sea, que todo queda en familia. ¡Ni Pompín Iglesias lo habría descrito mejor, con su “qué bonita familia, qué bonita familia”!
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Viene una buena noticia para los ciudadanos “chiwa-tex” que nada más no han podido tramitar su doble nacionalidad, ya sea por falta de un documento o, sencillamente, porque no tienen dinero para pagarlo.
Fuentes cercanas a la gestión nos comentan que está en puerta la eliminación de requisito de la apostilla para los documentos que tengan que ver con el trámite de nacionalización.
Como se recodará, el Gobierno del Estado, en coordinación con el Registro Nacional de Población, emprendió campañas de nacionalización de ciudadanos nacidos en los Estados Unidos, pero de padres o madre o ambos mexicanos.
Todos y todas ellas tienen pleno derecho a gozar de los beneficios de la nacionalidad mexicana, sin perder su status de ciudadano estadounidense.
Fue así como casi 15 mil personas se “volvieron chihuahenses” sin perder su acta estadounidense, y lo hicieron a un precio muy accesible.
Sin embargo, fuera de temporada, el cobro de la apostilla frena a muchos ciudadanos hijos de padres chihuahuenses, pero nacidos en Texas, porque ese estado no ha “perdonado” el cobro de la apostilla.
Se espera que, de prosperar la iniciativa en Chihuahua, todos esos chihua-tex se afiancen como México-americanos sin tener qué gastar tanto. Así, hasta gusto les va a dar venir a su país.