La continuidad de los sempiternos líderes del Sindicato de los Trabajadores del Municipio, pasó de noche para los juarenses. Tal vez, con más gloria que pena para sus dirigentes.
Y es que el pasado 8 de septiembre, los mil 407 empleados municipales adscritos al Sindicato Único de Trabajadores del Municipio (SUTM), celebraron elecciones para la renovación de su dirigencia.
En este proceso, solo 892 de las 3 mil 514 personas del Sindicato de Pensionados y Jubilados, tuvieron derecho de seleccionar a sus representantes.
Los integrantes de ambos organismos, una vez más entregaron toda su confianza al mismo grupo político que viene haciéndose cargo de su representación desde hace poco más de tres décadas.
Tan solo el ingeniero Arturo Silvadoray Lícera, el anterior dirigente, estuvo a la cabeza de la institución política durante los últimos 27 años, casi los mismos que duró Porfirio Díaz cuando gobernó México.
En el caso que nos ocupa no fue necesaria una revolución armada, ni siquiera un movimiento que se pueda calificar disidente, a la hora de elegir al nuevo dirigente, aún y cuando en el proceso se presentaron denuncias de amenazas en contra del candidato a secretario que a la postre terminó alzándose como triunfador.
El proceso que llevó al triunfo a la planilla amarilla con 903 sufragios contra 796 de la roja, estuvo permeado de golpes bajos, propios de una campaña propagandística negra, para lo cual usaron las redes sociales.
Mientras fue avanzando dicho proceso, el secretario del Trabajo, Héctor Cano Villela, reclamó su derecho a postularse, apoyado por su fiel escudero Jesús Carreón responsable de los asuntos jurídicos, y de otros colaboradores, finalmente disintieron de la propuesta de presentar una formula de unidad y se dividieron. “Una división normal”, declaró Cano a la prensa antes de las elecciones.
No obstante, la renovación de la dirigencia sindical, pasó por un proceso con algunos escollos que los viejos y curtidos lobos de mar de la política sindical supieron sortear, de modo tal que el extesorero del SUTM, Carlos Villegas Ríos, electo como nuevo secretario general, del 2022 al 2025, y los integrantes de la planilla ganadora, ahora ocupan los principales puestos de dirección. Villegas desde tiempos inmemorables ocupó la titularidad de la Tesorería del SUTM.
El ingeniero Silvadoray, otrora líder del sindicato, enfrenta actualmente un problema de salud, situación que lo hizo hacerse a un lado para que pasara Villegas; sin embargo, nadie tiene la menor duda de que Silvadoray por sécula seculórum continuará ejerciendo su capital político al interior del SUTM.
Entre los nombres de la nueva directiva figuran los de Saúl Vásquez, secretario del Trabajo; Rafael Guzmán, secretario del Interior y Julia Partida Frías, tesorera.
Cano Villela, con más gloria que pena, fue jubilado poco antes de la elección, luego que toda una vida acompañó a Silvadoray, durante casi tres décadas, en la Secretaría del Trabajo del SUTM.
Tanto Silva como Cano, antes de la renovación de la dirigencia sindical, fueron quienes negociaron con el secretario del Ayuntamiento, Rafael Ortiz Orpinel, la revisión del contrato colectivo de los trabajadores sindicalizados al servicio de la administración pública municipal.
Con el acuerdo alcanzado entre ambas partes, quedó conjurada la huelga que había sido emplazada el pasado 6 de octubre.
Gracias a lo cual, los trabajadores obtuvieron un 7 por ciento de incremento directo al sueldo, y un porcentaje similar aplicado a sus prestaciones especiales; tales como: canasta básica, bono de transporte, bono de asistencia y puntualidad y arrendamiento de sus vehículos particulares.
El acercamiento de los dirigentes sindicales con el presidente Cruz Pérez Cuéllar, habla mucho de ese consenso y explica cómo algunas de sus reivindicaciones han encontrado respuesta de manera gradual y puntual.
La actual administración asignó la contratación de 100 trabajadores para los programas de salud, requeridos durante la emergencia del Covid-19; esto luego que en la administración sin partido de Armando Cabada Alvídrez, prohibieron reglamentariamente la ocupación de las plazas vacantes, sin el consentimiento del propio presidente.
Los nuevos líderes confían en que con el tiempo reconquistarán las 300 plazas que no los dejaron ocupar, pero aunque las partes no han formalizado un acuerdo, tácitamente este proceso de recuperación de las plazas perdidas se encuentra en curso.
Hoy en día en los estrados de la Presidencia se publican las convocatorias para la contratación de auxiliares administrativos con ofertas de 20 a 25 mil pesos, con al menos estudios de prepa, todas esas plazas cobijadas por el SUTM.
El SUTM cumplió 39 años de su fundación y su primer secretario general fue una mujer: Águeda Sevilla Gallardo (QEPD).
Desde entonces resulta cada vez más difícil que las mujeres ocupen puestos de representación en el SUTM, luego de una larga construcción de un fortalecido Club de Toby. Eternos patriarcas de un poder que representa a la clase trabajadora del Municipio que los eligió en una convención, que cumplió con los requisitos de la ley que desde 2018 rige los procedimientos para la designaciones de líderes sindicales del país.
Y mientras el SUTM continúa afianzándose, las cosas no están nada bien para el Municipio, quien cada vez la tiene más difícil para garantizar la viabilidad financiera del Fondo de Pensionados y Jubilados.
Sobre las mesa de las negociaciones del contrato colectivo no se tocó el tema de las aportaciones de los trabajadores para resarcir el menguado fondo.
Esto porque, dicho con pena, desde hace tiempo se viene advirtiendo la descapitalización de ese fondo, puesto que una gran parte de ese gasto se cubre con recursos frescos que cada año salen de la Hacienda municipal.
Tan solo en el presente 2022, el Ayuntamiento autorizó 471 millones de pesos para subsidiarlo, para el pago de 3 mil 514 pensionados y jubilados, más los servicios médicos para estos y sus familias.
Desde 2016 a la fecha, el fondo se incrementó en casi mil personas jubiladas pasando de 2 mil 633 a 3 mil 514.
El desfondado fondo es el tercer rubro en el que más gasta la administración; después de la gestión de seguridad pública y servicios públicos, no hay una erogación mayor.
Los 2.8 millones de pesos presupuestados para el Instituto Municipal de la Juventud y los 17.5 millones para el Instituto Municipal de las Mujeres, son una bicoca comparados en ese mismo fondo que continúa creciendo y demandado cada año más recursos frescos.
La cantidad de rezagos que esta atribulada ciudad podría atender con esos 471 millones de pesos.