Qué lamentable que hasta que ocurre una tragedia causada por error humano, quedan al descubierto las irregularidades toleradas por las autoridades responsables de aplicar leyes y normas para prevenir accidentes.
Lo anterior viene a colación porque la tragedia del miércoles en Villa Ahumada, que dejó un saldo de 10 muertos y 16 lesionados graves, fue causado presuntamente por la imprudencia de un chofer de tráiler que iba sobrecargado, y entró con exceso de velocidad al poblado, donde volcó, arrasando con clientes y locatarios de la estación más antigua de venta de burritos del lugar.
Sobre el lamentable hecho circularon tres versiones: una que se le había tronado una llanta al pesado vehículo; dos, que el chofer perdió el control del volante cuando se le atravesó una camioneta y trató de esquivarla, y tres, que se quedó sin frenos.
Lo cierto es que, ninguno de los tres casos, excluyen de responsabilidad al imprudente chofer, porque al circular con exceso de velocidad cuando iba casi a la mitad del poblado, no pudo detener su marcha, pues al parecer el peso que cargaba la plataforma, excedía las toneladas permitidas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para circular por autopistas, como es el caso.
Aunque las causas determinantes del accidente las revelará el peritaje que realice la Fiscalía General del Estado, los últimos informes revelaban ayer que el chofer aplicó los frenos, pero por la pesada carga de chatarra que llevaba el camión, no soportaron el esfuerzo porque lo desplazó y terminó volcado, impactándose contra vehículos de clientes y vendedores de burritos. La marca del frenado de varios metros que dejó en el pavimento, así lo confirman. La versión de que el chofer se quedó dormido fue descartada.
Otro hecho que pone en evidencia la falta de control en la jurisdicción de Villa Ahumada, es que el camionero entró al pueblo excedido de velocidad y transitó poco más de dos kilómetros sin bajar el velocímetro, hasta el punto del accidente, a pesar de estar circulando por zona poblada, donde se debe circular a 30 kilómetros por hora.
Aquí es donde surge la pregunta incómoda de Mirone: ¿Dónde estaban los celosos agentes de vialidad del municipio de Villa Ahumada, que suelen apostarse en la entrada del municipio para cazar con su pistolita que mide la velocidad, a todos los que cruzan en sus vehículos por el poblado?
La presencia de estos agentes y hasta de la Guardia Nacional, es común en esa entrada durante las temporadas de vacaciones de verano y navideñas porque los paisanos son clientes frecuentes de sus mordidas, pero también lo hacen los fines de semana cuando el flujo de viajeros aumenta.
Ayer, los susodichos mordelones se aparecieron en la escena del accidente hasta que ya nada se podía hacer, más que salvar a los que resultaron lesionados.
El hecho de que los traileros circulen por las carreteras de Chihuahua sin supervisión de los límites de peso que pueden transportar, porque no existen básculas oficiales en la ruta Panamericana de Juárez hasta Jiménez, para regularlos y sancionarlos; y que no existan retenes para revisar las condiciones mecánicas de los pesados vehículos, así como el estado de salud de los choferes, seguirán siendo causales de tragedias si ninguna autoridad, estatal o federal, los atiende y resuelve.
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Para el fiscal general del estado, Roberto Fierro, es más importante asistir a eventos sociales que atender las emergencias que surgen en diferentes regiones del territorio chihuahuense, como la tragedia del miércoles en Villa Ahumada, y la violencia del crimen organizado, que se mantiene al alza.
Así lo evidenció una foto donde aparece con el inútil presidente estatal de Ficosec, Jorge Contreras Fornelli, flanqueando al cónsul general de los Estados Unidos en Juárez, Eric S. Cohan, durante el festejo del 246 aniversario de la Independencia de la potencia del norte, realizado el miércoles en las instalaciones del consulado.
En la gráfica lucen con poses dignas de las páginas de sociales, y en medio de globos blancos, azules y rojos, mientras que, a sus espaldas, hay una luz en neón con las letras del Aniversario del 4 de Julio.
El hecho no sería cuestionable si no fuera porque a la hora en que el fiscal celebraba con los gringos, a 123 kilómetros la tragedia enlutaba a los habitantes de Villa Ahumada.
De imprudente, por decir, lo menos, fue calificada su aparición en esa foto, porque su agenda social contrasta con su agenda oficial, que no ofrece resultados positivos a los chihuahuenses en el combate y persecución del delito.
El mismo miércoles que, Fierro Duarte y Contreras Fornelli compartían el pan y la sal y brindaban con los diplomáticos estadounidenses, una mujer era asesinada en una de las habitaciones del motel La Villita, ubicada en la avenida Tecnológico, escenario de muchos eventos violentos que siguen sin resolverse.
Con ese crimen y los 4 ejecutados registrados ayer, suman ya 22 homicidios dolosos en los primeros 8 días del mes patrio tan solo en Juárez, lo que habla de que otra vez los demonios asesinos andan muy sueltos, mientras nuestras autoridades responsables de la seguridad andan de fiesta.
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Los 15 diputados locales del PAN se pusieron ayer “la del Puebla” para una coperacha de 30 mil pesos por cabeza, para apoyar a las familias chihuahuenses que resultaron afectadas en sus bienes y cultivos con las tormentas que azotaron la entidad.
Es muy loable la generosidad de los legisladores con esta causa, pero considerando que son al menos 28 los municipios afectados por las lluvias, y miles de personas las que resultaron perjudicadas, el monto de lo reunido se queda corto frente a la dimensión del problema.
A falta del Fondo para Desastres, que desapareció el Gobierno federal, este debe responder con los recursos de la Secretaría de Bienestar, porque de eso se trata precisamente la ayuda a los damnificados, de que recuperen el bienestar y sus bienes.
Las despensas y materiales de construcción que les hagan llegar diferentes instituciones, como los legisladores panistas, no aliviarán un problema mayúsculo que tiene a la gente sufriendo y en la incertidumbre.
Aquí es cuando los diputados federales de Chihuahua, de todos los partidos, deberían de preocuparse y ocuparse, para que las secretarías del Gobierno central respondan a la demanda de ayuda de miles de familias que están a la deriva.
Esa es parte fundamental de su obligación como representantes populares, no solamente la de aplaudidores o detractores del gobierno morenista, que en su momento no supo medir las consecuencias de eliminar los fondos para asistir a la población en condiciones de desastres.
Sería bueno también que, si los diputados panistas están en sintonía con las necesidades de la población afectada, le dijeran a la gobernadora que, en lugar de gastar millones en las fiestas del Grito, como pretende hacerlo, lo apliquen en ayudar a los damnificados.
Hacer lo contrario y festejar, cuando primero se deben aliviar las necesidades de la gente, sería un insulto para los chihuahuenses.