Como hay quienes quieren convertir (a conveniencia) el caso del aseguramiento de la casa de El Campestre en que vivía Cruz Pérez Cuéllar en telenovela tipo Rosa de Guadalupe, llena de pobres víctimas, ya Mirone tiene muchas reservas respecto a toda la información que circula.
En el último capítulo, se armó toda una historia de supuesto truene (otro más) del alcalde suplente Martín Chaparro con el alcalde con licencia Cruz Pérez Cuéllar, colocando al secretario de Seguridad Pública Municipal, César Omar Muñoz, como centro de la discordia.
Así que se tejió una versión en el sentido de que el secretario fue corrido de su cargo por Chaparro, supuestamente porque el ahora alcalde en funciones se encabritó porque Muñoz armó el operativo de presencia policial en las afueras de la casa de El Campestre, la tarde del aseguramiento, sin tomarlo en cuenta.
Incluso se llegó a comentar que Chaparro echaba chispas porque el secretario recibió la orden de apersonarse en El Campestre con múltiples patrullas, directamente de su jefe, o sea Cruz, aunque ya no era el alcalde en funciones, sin notificarle a quien dejaron encargado del changarro.
Después se circuló la versión de que no había sido corrido, sino que simplemente César Omar Muñoz estaba solicitando una licencia, como la que pidieron muchos otros funcionarios para entrarle a la campaña de su jefe.
El propio secretario ayer en la tarde declaró a un medio de comunicación que estaba sentado en su oficina “chingándole”. “Qué bueno fuera y me dieran vacaciones”, dijo, cuando se le comentó que circulaba la versión de que ya se había ido.
Lo que le afirman a Mirone es que no hay ningún truene, ni Chaparro dejó de confiar en Muñoz, ni quiere afectar a Cruz. Simplemente parece que hubo cambio de jugada, a raíz del escándalo del aseguramiento, para que sea el propio jefe de la Policía, el que se vaya a cuidar, literalmente, la espalda de Pérez Cuéllar en la campaña.
Si Muñoz se va, lo haría nada más temporalmente y con el acuerdo de los alcaldes.
Lo que está viendo este Don es que ahora se hace todo el ruido posible y se le sigue dando cuerda a lo que abone a la estrategia de victimización del alcalde con licencia.
Con lo que está pasando, ya muchos se empiezan a preguntar qué habrán encontrado en la casa de El Campestre los sabuesos de la Fiscalía Anticorrupción.
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¿Qué tienen en común Jeff Bezos (Amazon), el Coronel Sanders (KFC) y Daniel Pando (exfuncionario municipal de Juárez)?
Sencillo. Los tres empezaron desde abajo, y lograron, cada uno en sus respectivos ramos (guardadas todas las proporciones) un éxito empresarial que hoy asombra por igual a niños y adultos mayores.
En los años noventa, desde el garaje de su casa, Bezos creó el embrión de lo que después sería el gigante del e-commerce Amazon. Jeff se ponía gustoso unas rodilleras para empaquetar, en el suelo, los libros que vendía en línea cuando nadie creía en este tipo de comercio. El resto es historia.
Años antes de que Bezos se la rifara desde su garaje, con sus rodilleras hidráulicas reforzadas, el Coronel Sanders patentó su legendaria receta secreta de pollo frito, que incluye 11 ingredientes y litros y litros de aceite, para después crear una de las cadenas de comida rápida más grande del mundo: KFC.
Por su parte, Daniel Pando, ejemplo local y hasta nacional para nuestras infancias y juventudes, empezó, como Jeff y Sanders, desde abajo.
A primera vista, muchos envidiosos podrían suponer que Pando, cual cuento del Galatzia con su peluca rosa, llegó un día cualquiera a un Oxxo cualquiera y compró una bolsa de Rancheritos (chiquitos), una coquita de seiscientos, y que en la bolsa de papitas le pegó al gran premio de una magna promoción: varias lujosas propiedades con un valor estimado en decenas de millones de pesos.
Nada de eso. El compadre de Armando Cabada y, hasta hace muy poco, arrendador de Cruz, inició su meteórica trayectoria como funcionario en la primera administración del legendario Divino, en el Gobierno de la arroba independiente, allá por el 2016, cuando Daniel ocupó la dirección administrativa en la Dirección de Tránsito Municipal.
Luego, entre tanto trámite administrativo de vialidad, arduas jornadas de trabajo y pocas horas de sueño, Pando nos dejó claro que “el puesto no hace al hombre, sino el hombre al puesto”, catapultándose, en una jugada maestra, a la Dirección General de Servicios Públicos, cargo que ocupó por tres años, hasta que concluyó el segundo periodo de gobierno de Armando Cabada.
Pero como tan tremendo elementazo no podía desperdiciarse, Armando, El Divino, generoso como es, le heredó a Pérez Cuéllar a Pando, su mejor hombre, gesto que aún hoy, al recordarlo, conmueve hasta las lágrimas a Mirone.
Ya con Pérez Cuellar, en septiembre de 2021, Pando fue nombrado director de Regulación de Comercio, en donde brilló con luz propia todo un año, y concluyó, como todo servidor público extraordinario, en medio de polémicas y envidias propiciadas al calor de sus geniales resultados. El resto, como en el caso de Bezos y Sanders, es historia.
Después de tantas peripecias y desvelos, Pando es hoy un exitoso empresario y arrendador de bienes inmuebles, que no está exento, como no lo está ningún crack, de persecuciones tramposas y acusaciones sin fundamento.
Así que, estimado lector, ¿quién dice que usted necesita esperar el momento ideal para iniciar el camino a las estrellas? Como dicen por ahí, de toda crisis nace una oportunidad, y con tantas crisis en la ciudad, la vida nos colma hoy de oportunidades. ¡Aleluya!
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En varios sentidos, Cruz Pérez Cuéllar sigue arrastrando la herencia de Armando Cabada, su antecesor en la Presidencia Municipal de Juárez.
La última que se aventó el alcalde con licencia, candidato de Morena para la reelección, fue irse a meter a la misma propiedad que utilizó Cabada como su cuartel, cuando también fue candidato.
Sobre la Gómez Morín, luce el cuartel de Pérez Cuéllar, más o menos entre Rincones de San Marcos y El Campestre. Por lo visto, no quiso irse muy lejos de la mansión que tuvo que desalojar la noche del martes, luego de que fue asegurada como parte de la investigación de la Fiscalía Anticorrupción, en contra, por lo pronto, de Daniel Pando Morales, el exfuncionario de Cabada y Cruz.
Sin embargo, es precisamente el propio Pando Morales, la mayor herencia cabadista. No se tenía antecedente de una relación anterior propia entre Pando y Cruz, pero Cabada estuvo justo en medio para incrustar a su compadre en la gestión crucista.
¿Cómo estuvo la cosa? Lo que en su momento trascendió, fue que se trató de un arreglo vinculado con la empresa PASA, justo porque ahí había un muy buen business bajo la mesa. Como director de Servicios Públicos Municipales, Pando habría sido el hombre de los arreglos monetarios con esa compañía que tenía el contrato para la recolección de basura.
Ahí están los registros periodísticos de 2021, cuando en ese año de transición, hubo señalamientos de regidores de oposición respecto a que al final de la gestión cabadista, se hicieron los pagos mensuales más elevados a la empresa, justo cuando menos basura se recolectaba.
Pando le habría pasado el ABC de los tratos con PASA a Ernesto Guevara, el primer director general de Servicios Públicos con Pérez Cuéllar.
Ya iniciada la administración crucista, el 14 de septiembre de 2021, el exfuncionario cabadista fue nombrado por Cruz director de Regulación Comercial, un área que es foco rojo por riesgos de corrupción.
Nadie desconoce que esa dependencia municipal es terreno candente, ya que tiene que entrarle a regular actividades en el mero Centro Histórico, ahí donde las mafias criminales nunca han perdido el control del territorio y mueven dinero a manos llenas.
Al hoy investigado por enriquecimiento ilícito, nunca se le conoció fortuna, hasta que ingresó al servicio público, por eso su evolución patrimonial es justo lo que investiga la Fiscalía Anticorrupción de Abelardo “El Bayo” Valenzuela.
El caso es que, a ese personaje, Cruz lo hizo su colaborador de confianza (oficialmente estuvo en nómina hasta septiembre del 2022) y después su casero. Al menos hasta la noche del pasado martes.
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En el Senado de la República ya se aprobó un acuerdo en el que se “sugiere” retirar a Francisco Garduño Yáñez de sus funciones como comisionado del Instituto Nacional de Migración, el INM, hasta en tanto concluyan las investigaciones en torno a la tragedia del 27 de marzo en Ciudad Juárez.
El punto se refiere en específico al incendio ocurrido en la Estación Migratoria Lerdo-Stanton, cuando un incendio, junto con una larga lista de negligencias, causó la muerte de 40 migrantes y otras 29 personas resultaron gravemente lesionadas.
Hasta este momento, el llamado “El Grupo de Trabajo Plural de Seguimiento” se ha referido únicamente al percance del 27 de marzo, pero no a la larga lista de abusos cometidos por el INM bajo la dirección de Garduño Yáñez acá en la frontera entre los Estados Unidos y la parte chihuahuense de México.
Ya hemos apuntado en este espacio de las deportaciones “fast track” que se han aventado los “Garduño boys and girls” en Juárez e inmediaciones, en las que arrasan por igual a personas que tienen permiso de internación temporal, a niños, a mujeres embarazadas o a quienes se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.
Este Mirone ha detallado situaciones en las que los enviados de Garduño retienen a personas de origen extranjero, por lo regular, de países centroamericanos y, como decía el general Francisco Villa, “fusilo, después viriguo”, o sea, deporta y ya veremos si estaban legalmente internados en el país.
Algo tiene este Garduño que, a un año y meses de aquel desastre, mantiene todo el “power” en el INM y muy en especial en Chihuahua, donde tiene colocadas sus piezas en diversos puntos estratégicos.
Nada más hay que mencionar que el INM en el estado se encuentra a cargo de Esther Martínez, quien ejecuta al pie de la letra la estrategia de “no cenas, pero sí te vas” que le aplica el “garduñato” a migrantes extranjeros.
Al igual que Esther, Carla Olivier Pacheco, enviada por Garduño a Palomas, aplica la misma “llave” de recoger migrantes y mandarlos a estados del sur del país, concretamente a Tabasco, para luego deportarlos a su lugar de origen.
Aquí sí que las Tarjetas de Visitante por Razones Humanitarias que emite el propio Gobierno Federal para el que trabajan, no sirven para maldita la cosa.
Son los “Ángeles de Paco (Garduño)”, quienes han violentado el marco regulatorio del país en materia de migración y, hasta la fecha, nadie las ha llamado a cuentas.
Nada menos esta misma semana se aventaron otra: la detención de un convoy ferroviario en el que viajaban cientos de centroamericanos, incluidos 150 menores de edad y siete mujeres embarazadas.
¡Para atrás todos! No sin antes hacerlos pasar un calvario a mitad del desierto de Samalayuca, sin agua para beber y soportando el golpe inclemente del rayo solar que pega en esa parte del planeta.
A ver si el Senado pide a la FGE que le haga un “apéndice” al expediente de Garduño y le cargue también esas “perlas” por las que aún no rinde cuentas.