La Presidencia Municipal de Ciudad Juárez no es aquella novia que Teto Murguía dibujó al modo de ávido lector de Hugh Hefner como la de grandes curvas, atrayente pechonalidad y posaderas de relieve poético.
No son esos los atractivos de la Alcaldía. Indudablemente Teto se refería a los 3 mil 500 millones de pesos anuales que maneja de presupuesto aproximado del Ayuntamiento juarense. Si bien es una cantidad muy lejana de los 55 mil millones manejados por el Gobierno estatal, no es para nada despreciable.
En el 2010 Murguía buscaba manejar los 55 mil pero le ganó el tirón César Duarte y lo dejaron con los 3 mil 500 que, multiplicados por tres, hacen esa buena bolsa que fue comparada con los atributos anatómicos de una mujer anatómicamente irreprochable. Si Teto hubiera sido mujer seguro habría hecho la comparación en sentido inverso, con las mismas palabras; ni naciendo fémina hubiera cambiado ese lenguaje y esa actitud que lo traen en los cuernos de la luna de las encuestas. Aclara Mirone el punto de género antes de que se le vaya a echar encima doña Emma Saldaña, por hoy la heroína en esa materia. Y el escribidor tampoco quiere broncas con el abnegado y eficiente notario marido de ella, don Sergio Granados.
El monto del presupuesto que maneja la Alcaldía efectivamente es atractivo. Son muchos millones de pesos. Es el mayor presupuesto que maneje Municipio alguno de los 67 que tiene el estado por la obvia razón que aquí habita cerca del 40 por ciento de la población de la entidad.
A pesar de que la cantidad es mucha, la realidad es que debiera ser tres o cuatro veces más ese monto de 3 mil 500 millones. El presupuesto para esta frontera debiera ser entre 12 y 15 mil millones de pesos anuales, según cálculos desprendidos de investigaciones realizadas por NORTE desde hace años.
Esos números son así porque Juárez aporta varios cientos de miles de millones de pesos a la economía estatal y nacional. Ese dinero se va a las arcas del Estado y a las arcas de la Federación y son regresados algunos centavos que no alcanzan para pagar ni el costo de los servicios urbanos requeridos para generar la riqueza que se llevan de aquí.
Entonces, aquí está el 40 por ciento de la población del estado, que trabaja mucho, genera utilidades estratosféricas para la industria maquiladora –por citar un ejemplo–, paga impuestos a lo loco pero la calidad de vida es bastante menos que aceptable.
De ninguna manera quiere sonar Mirone negativo, solo realista, porque ya es hora de que quienes desean sacrificarse por la “bella novia” Presidencia Municipal lo hagan con la idea de los grandes defectos que tiene ella, o él (Ayuntamiento, Municipio, etc).
La ciudad y sus alrededores sufren tremendos déficits en materia de cobertura policiaca, educativa, médica, vial, pavimento, en servicios públicos, etc., Faltan médicos, policías, transporte público digno, muchas escuelas, control en el crecimiento de la ciudad, cultura de respeto, etc., etc.
Faltan detalles hasta en el sentido de frenar por completo los abusos de constructores que meten conjuntos habitacionales sin pensar más que en el dinero que se embolsarán y no en la infraestructura necesaria integral para que las familias se desarrollen adecuadamente con escuelas, centros médicos, etc., en las mismas zonas donde residen. Lo más que cumplen en sus “ofertotas” de casas son con parquecitos pinchurrientos que terminan como basurero porque son espacios pequeños, de tierra, sin más atractivo que columpios de dos pesos que, apenas son estrenados, mandan a tierra a los imponderados mocosos por la ínfima calidad de sus materiales.
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Todo el rollo tiene qué ver con los nombres que se han venido perfilando de quienes buscan administrar Ciudad Juárez. Hablamos mucho de los precandidatos y precandidatas a la Gubernatura y hemos hablado poco de “los sacrificados” y “sacrificadas” por la Alcaldía.
Para los lectores y gobernados (no necesariamente los mismos) es clara la realidad sobre la situación del Municipio. Nadie ignora lo dicho párrafos antes, lo difícil es saber quién puede con el paquete y la gran responsabilidad de ponerle mano a los déficits sufridos.
Hablaremos de los nombres que más se repiten en el PRI como posibles sucesores de Enrique Serrano, porque son quienes tienen más posibilidades (hasta el momento) de conseguir el cargo, lo cual no quiere decir que alguno(a) o todos(as) cuenten con el perfil requerido completo: decencia, autoridad, firmeza, disciplina, organización, independencia, autonomía… compromiso con la ciudad.
Entre los posibles y sus posibilidades se mantiene en primera línea el diputado federal, Fernando Uriarte Zazueta, expresidente de la Junta Municipal de Agua y Sanemiento, exsecretario de Desarrollo Social y secretario de Desarrollo Urbano durante el actual sexenio estatal.
El ahora legislador es doctor, hombre preparado y con mucha actitud de autonomía; de los escasísimos que se habla de tú con su padrino político, el gobernador, y tiene la fuerza para decirle no cuando considera que es no.
Tiene Uriarte la capacidad para ganar la Alcaldía pero el problema no está ahí, sino en la obtención de la candidatura, la cual conseguiría solo si Serrano no fuera el candidato a gobernador y Los Pinos–PRI en la negociación le cedieran a Duarte Juárez.
¿Uriarte le cumpliría a Juárez más que a su interés personal? La respuesta se la dejamos a los lectores que ya lo conocen, igual que en los casos siguientes.
Adriana Fuentes Téllez es exdiputada federal, pertenece a una de las familias más acaudaladas de Juárez; dinero no necesita pero sí el poder público. Su hermana Angélica está hoy en medio de una controversia internacional por la disputa de cientos de millones de dólares entre ella y su esposo magnate del futbol de primera división y Omnilife, Jorge Vergara. Es un elemento este que no debiera intervenir en el proceso político–electoral pero indudablemente ahí estará presente.
No hay antecedentes de Adriana para evaluar su manejo en la administración pública, pero sí de su habilidad para colarse en los altos círculos del poder y obtener posiciones como la que ahora tiene en el PRI nacional.
Su principal operador electoral ha sido quien también es mencionado para la Alcaldía, Enrique “Tetito” Licón, pero este forma parte del equipo de Teto Murguía (a regañadientes y empujones, pero ahí permanece). En la hipótesis de que Murguía fuera el candidato a gobernador, Adriana quedaría borrada de la lista porque no le darían esa posición al ahora titular de Políticas Públicas.
“El mejor gallo de Serrano” para la Alcaldía, la también diputada federal Adriana Terrazas, es de empuje aunque poca independencia. Baila al son que le toque su partido y/o su padrino. También es indudable que no tendría mayores broncas para ganar la elección constitucional porque se maneja muy bien entre las bases priistas encargadas de operar elecciones.
Si es Serrano el candidato a gobernador, Adriana podrá ser lo que quiera en su eventual Administración, pero no alcaldesa. Se repite aquí el proceso de la negociación. Si no es Serrano el abanderado, obtendría la nominación solo abriéndose cancha entre el mandatario estatal y el alcalde para superar a Uriarte, lo cual es algo guajiro.
Víctor Valencia de los Santos le anda tirando a la Gubernatura pero le puede pegar a la Alcaldía. Ha soñado con esa novia durante muchos trienios. Cuando ha estado a punto de conseguirla ha recibido baldazos de agua fría en las figuras de Cuchi Cuchi Ferriz y del propio Murguía.
Tiene el actual administrador de Progresa bastante autonomía personal pero tiene también tanto apego a las reglas del PRI que las patadas a las que se ha puesto con sus opositores internos no han pasado de los medios informativos. Es un bronco con las limitantes de su larga pertenencia al PRI.
Sobre la cabeza de Valencia pende la amenaza de veto por parte del gobernador Duarte, pero el final de la Administración y la fuerza cupular adquirida por el equipo al que pertenece, el baecismo, le podrían permitir (entre comillas) quedar entre los negociados. Su actitud y su capacidad para gobernar Juárez no están en duda; su obstáculo, su gran desventaja, es la aún poderosa mano de quien manda y mandará en Palacio hasta dar la bienvenida al sucesor o a la sucesora (ya lo veremos estos días que haya nuevos cambios en el Gabinete).
Entre los aspirantes está sumado el diputado local Antonio Andreu Rodríguez, algo bonachón, algo diplomático, pero entregado por completo a sí mismo. Su interés personal y nada más, según su hoja de ruta por la Presidencia de la Cámara de Comercio y su paso por otros periodos legislativos.
El padrino o madrina de Andreu puede ser cualquiera de los precandidatos. Apenas tome protesta como abanderado(a) el nominado(a) por la Gubernatura Toño será el primero en la fila para entregar su currículum y solicitud de la candidatura a la Alcaldía. Se frotará las manos y le rezará fervorosamente al santo del momento para pedir le sea concedida la nominación, como antes le fue concedida alguna posición en el Municipio, otra en la Federación y otras en el Estado… todas en nombre de su “representación” de los comerciantes de Juárez agremiados a la Canaco.
En los resultados de las ecuaciones pudiera figurar también el secretario del Ayuntamiento, Jorge Quintana Silveyra, quien posiblemente no esté del todo contemplado por su equipo el reyesbaecismo debido al fiasco que resultó el experimento impulsado por él y Proal llamado Cuchi Cuchi Ferriz –ahora desterrado del país–, pero en los estirones de último instante pudiera salir beneficiado.
El grueso del baecismo no ve con buenos ojos al “número” dos del Municipio, no tanto por el Cuchi Cuchi, sino por la poca autoridad personal que ha exhibido en el actual sexenio. Lo retiraron sin contemplaciones de una diputación y también lo hicieron a un lado de la Secretaría de Educación para colocarlo al servicio del precandidato a gobernador Serrano.
Es casi hecho ineludible que de entre esta lista saldrá el próximo presidente o presidenta municipal. Un independiente sería remoto y un panista o una panista también, a menos de que se alinearan astros estatales y jalaran la elección de Juárez hasta el blanquiazul u otras siglas extraordinarias
Hay muchos otros priistas anotados aparte de los susodichos(as): Aguirre Carrete, González Mocken, Franco René (operador de Graciela Ortiz), su cuñado y primo de Palacio, Duarte Nacho, etc., pero sus posibilidades se limitan a lo excepcional.
Los precandidatos y precandidatas a la Gubernatura son de carácter fuerte, aunque algunos(as) parezcan dóciles a sus padrinos políticos. No hay duda que, aún negociada la Alcaldía, el ganador o ganadora no permitirá que le rebase quien obtenga Juárez, así que el escenario futuro para esta frontera y los fronterizos que en ella habitan estará dibujándose con mayor nitidez en unas semanas.
Las reglas electorales han cambiado para dar oportunidad a los ciudadanos de elegir y reelegir a sus alcaldes, dejarle esta decisión exclusivamente a las estructuras partidistas sería como resignarse a tener la ciudad como hoy está, o peor. Debemos hacernos la pregunta: ¿entre los mencionados y mencionadas como eventuales nuevos administradores puede tener la frontera mejores expectativas? Hay que ir desmenuzando nombres.
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Como anotación final para el análisis queda el cónclave llevado a cabo ayer en Parral, indudablemente convocado en los hechos por Palacio de Gobierno pero que oficialmente, formalmente, surgió del más duartista que el duartismo, el expanista alcalde de Parral Miguel Jurado Contreras.
El alcalde “invitó” –y le hicieron caso– a todos los diputados locales, a todos los diputados federales (del PRI por supuesto), a todos los presidentes de las juntas municipales de agua en el estado, a todos los recaudadores de Rentas, a todos los presidentes de los comités municipales, priistas, a todos los alcaldes priistas, a la dirigenta estatal del PRI, Karina Velázquez; al delegado nacional del PRI en el Estado, Julián Luzanilla. No estuvo convocado ni un solo funcionario estatal ni los senadores, por lo tanto solo se apersonaron allá de los precandidatos, justamente los delfines Javier Garfio y Enrique Serrano, quienes tuvieron oportunidad de hablar ante los invitados –casi mil– y fueron los únicos en armar acto proselitista, uno con tambora y maracas y el otro repartiendo revistas con su imagen en portada.
Ni Teto, ni Lilia, ni Marco, ni Valencia, ni Marcelo, ni Nicolás, ni Salcido. Hay quienes dicen que el objetivo era “dar un tablazo” del gobernador a quienes no respetan los tiempos; los más ingenuos dicen que fue para “arropar” la figura del gobernador en su último año de régimen. La realidad es una e irrefutable: toda la estructura del PRI estatal en un solo evento y precandidatos autorizados para estar ahí, solo dos.
P.D. En la sucesión por la Rectoría de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) ha prendido la pólvora. El jueves le exigieron la renuncia al director de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física y del Deporte, Francisco Javier Flores Rico, porque armó un batuque con la elección de consejeros universitarios y consejeros técnicos. Así andan la mayoría de las facultades de alma máter por la intervención innegable de dos fuerzas: James Barousse, Roberto Anchondo y Juan Pablo Zaldívar, y por otro lado el secretario general de Gobierno, Mario Trevizo, que sueña cerrar su jubilación universitario como rector.