¡La mujer “Maruvilla”! Qué bien salió en el Excélsior
Lo que describe la nota firmada por la reportera Ivonne Melgar no parece una entrevista. Más se acerca a una especie de épica donde la gobernadora se presenta como la “Mujer Maruvilla”.
Toda una plana, un video y una amplia cobertura a su trayectoria política, desde que era niña y acompañaba a su mamá al Parque Lerdo de la ciudad de Chihuahua a visitar al entonces alcalde en huelga de hambre, Luis H. Álvarez.
De ahí en adelante, todo el trayecto del reportaje es una elegía de lo que ha sido la carrera de la política chihuahuense que ha sido diputada federal, diputada local, dos veces presidenta municipal de Chihuahua y, actualmente, gobernadora constitucional del estado.
La nota abunda en textos de elogio y autoelogio, como por ejemplo, la que aparece en el primer párrafo del quinto apartado: “Orgullosa de su resiliencia y sin negar que cotidianamente contiende con expresiones machistas, precisa que los desafíos de los gobernantes no distinguen género…”
La larga entrega periodística, que incluye un video, no podía cerrar de otra forma: las aspiraciones presidenciales de la hoy gobernadora.
“La reconquista de México puede empezar en Chihuahua”, dice en el primer párrafo del último apartado, dedicado a la sucesión presidencial del 2024.
“Pero tampoco oculta la mano dura cuando se refiere a los casos de presunta corrupción que se investigan en la entidad”, agrega el texto, sin atribuirle la frase a la entrevistada. Suena como a nota del propio editor.
“No toleraremos la corrupción de ningún exgobernador, no hay perdón ni olvido”, repite”.
El extenso texto no podía quedar sin una galería de sus colaboradores, con fotografía y toda la cosa.
Vale decir que no hubo ni una sola cita a la violencia que vive el estado desde hace años, pero que ahora le toca enfrentarla a ella. De los sucesos en Cerocahui y en San Juanito; de la entrega de un megacontrato por 4 mil mdp para construir la Torre Centinela sin licitación de por medio; de las cuentas públicas sin observación alguna que le aprobó a César Duarte y ni qué decir de los regalos multimillonarios a los constructores de naves industriales.