Cuando, durante un periodo determinado, la demanda de agua es más elevada que la cantidad disponible, o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad, podemos hablar de lo que los especialistas llaman estrés hídrico.
Este grave problema ya lo estamos padeciendo en Juárez y el influyente Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) lo clasifica como extremadamente alto, con un 80%, en un rango del 1 al 100.
Tal estrés hídrico, que no se han atrevido a reconocer y mucho menos explicar la Comisión Nacional del Agua, lo estamos padeciendo ya los fronterizos, con una disminución notable en la presión del agua de las tuberías que alimentan los servicios básicos.
Escuelas, colonias completas y ahora hasta el aeropuerto internacional de la ciudad, están sin agua, porque la presión de la red general no se da abasto con la demanda que registra la población, por las altas temperaturas de la ola de calor que ha elevado el termómetro hasta los despiadados 42 grados centígrados.
Aunque el mismo presidente de la Junta Municipal de Agua de Juárez, Sergio Nevárez, ha declarado que, al ritmo que llevamos con el alto consumo y el grave desperdicio del agua en la ciudad, las reservas de Juárez durarán solamente 15 años, no hace falta esperar esos años para sentir los estragos que ya estamos padeciendo en algo tan básico, como lo son los servicios sanitarios de un puerto aéreo que no están funcionando por falta de agua.
El Instituto de Recursos Mundiales es una organización global con presencia en 60 países, incluyendo México, que analiza los problemas de agua en el mundo, y ha desarrollado una aplicación en fase beta, el Atlas de Riesgos del Agua denominado Aqueduct, que registra, en tiempo real, los niveles de estrés hídrico de las regiones más áridas del mundo, como es el caso de Chihuahua y Juárez.
Mirone se pregunta, si a pesar de que las autoridades pertinentes están viendo los problemas que tienen para abastecer a la población de agua para los servicios básicos, como el aseo personal, limpieza del hogar y servicios sanitarios, ¿qué están haciendo para mitigar el problema, para conservar los recursos que nos quedan para 15 años y motivar a la población a hacer un uso responsable y racional del agua?
Cuando los administradores de recurso hídrico han detectado albercas improvisadas en colonias proletarias como Anapra y Praderas de los Oasis, sectores que históricamente han presentado problemas de escasez de agua, estamos viendo actitudes irresponsables y egoístas que se propagan rápidamente, porque nadie les dice que es criminal desperdiciar el agua.
Por eso abundan los hogares con fugas de agua en sus tuberías y las personas que, con toda la concha del mundo, limpian sus banquetas y hasta el pavimento frente a sus casas, con agua a presión de sus mangueras, como si tuvieran su propio manantial o planta de tratamiento.
La falta de una cultura del uso responsable del agua, ha permitido que muchos necios sigan sembrando pasto en sus jardines y plantas de ornato que requieren mucha agua para subsistir, pero no les importa, porque siempre salen con el argumento de que pagan el agua.
Esa falta de cultura alimenta precisamente la ignorancia en los usuarios del servicio, que piensan que pagan el agua, cuando lo único que pagan con sus recibos es el servicio de transportarla hasta sus hogares, porque el agua no tiene precio.
Urge una cruzada de información y concientización para socializar el problema en todos los sectores, en todos los niveles y en todas las edades.
Una cruzada que involucre a las tres instancias de gobierno, a las organizaciones sociales, a los ambientalistas, a los derecho humanistas, a los clubes de servicio, a los colegios de profesionistas y a todos los planteles escolares, desde preescolar hasta universidad, para decirle a la gente que el uso responsable y el ahorro del agua ya dejó de ser una opción, para convertirse en una obligación de todos.
No hace falta ser geólogo, hidrólogo, ni meteorólogo, para entender que la sed nos está alcanzando, porque las altas temperaturas que tenemos, más la intensa sequía en nuestra zona árida, generan los altos consumos que están agotando las cuencas que compartimos con los vecinos de El Paso, acercándonos peligrosamente a una crisis que nadie queremos vivir.
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En el transcurso de esta semana, el secretario de Seguridad Pública Estatal, Gilberto Loya, dará a conocer el sitio donde será construida la Torre Centinela, sede de la corporación que encabeza, después de que la gobernadora Maru Campos decidió moverla del estacionamiento del Museo de la Revolución en la Frontera, en la vieja Aduana Fronteriza.
Terrenos aledaños al aeropuerto, los del complejo deportivo Altavista y hasta en el parque industrial Juárez, de la Carlos Amaya, se han mencionado como posibles puntos de la obra que tardarán 8 meses en construir, según los proyectos ejecutivos.
Pero, independientemente del sitio donde quede el edificio, la corporación ya debería estar funcionando al ciento por ciento, una vez que su estado de fuerza ya se trasladó a esta frontera para trabajar en un cuartel provisional, mientras tienen su torrezota mágica.
De los 7 ejes de trabajo que Loya mencionó en su modelo Chihuahua del Plan Estatal de Seguridad Pública, comenzando por el fortalecimiento de las policías municipales, no se han visto que empiecen y cada corporación sigue su propio rumbo.
Los juarenses ya queremos ver en acción a los detectives de las fuerzas estatales, poniendo en juego su sagacidad para encontrar a cientos de criminales que andan sueltos en las calles de Juárez; y que el equipo Swat estrene sus uniformes de comandos para que revienten las casas de seguridad de narcos y sus sicarios, para decomisar sus armas, sus drogas y su dinero, para ver si como roncan duermen.
Ya es tiempo de dejar la planeación y las palabras para pasar a la acción, porque el que mucho habla, poco o nada hace.
O acaso, los juarenses tendremos que esperar a que les construyan su torre para verlos actuar y mostrar resultados tangibles, no las cifras alegres que dan semana a semana los responsables de las mesas de seguridad.
A lo mejor están esperando que los delincuentes se acojan al programa de desarme voluntario y entreguen sus juguetitos al Ejército, para ir por ellos cuando solo cuenten con pistolas de agua, para sofocar el calorón.
Hasta ahora, el trabajo que han mostrado es mediocre, pero eso sí, con muchas inconformidades de la tropa porque no les gusta el hotel, porque la comida no es a la carta, porque las camas son duras, porque se tienen que bañar 4 en una sola regadera, y hasta por los descuentos que les hacen de su sueldo.
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Durante la duodécima sesión extraordinaria del Instituto Estatal Electoral realizada el sábado pasado, se acordó el cambió de 14 funcionarios integrantes de los órganos ejecutivos y técnicos, nombramientos que asumieron de inmediato notificándolos al Tribunal Electoral del Estado, así como a la Sala Regional de Guadalajara y al Instituto Nacional Electoral.
En la sesión transmitida por el canal de YouTube del mismo IEE, dieron a conocer los nombres de los 14 nuevos burócratas que suben al presupuesto estatal, pero no se dijo la razón de los cambios, si fue una purga de la herencia del corralato, o una renovación por vencimiento de los tiempos que marca la ley.
El secretario del Instituto dijo, al leer el orden del día, que con la aprobación del proyecto en cuestión dejaron de tener efecto los nombramientos que amparaban los mismos cargos ocupados desde 2016 y 2017, los dos primeros años del gobierno de Javier Corral.
El acuerdo le añade atribuciones a la Dirección de Comunicación Social del organismo con el control de las unidades de Prensa, Radio y Televisión.
De acuerdo con el organigrama de estructura básica del IEE, cuenta con una plantilla de 30 funcionarios en los órganos ejecutivos y técnicos, de los cuales 14 fueron removidos el sábado pasado.
Los nuevos burócratas que se suben al tren de la abundancia, son los siguientes:
Arturo Muñoz Aguirre, titular de la Secretaría Ejecutiva; María Guadalupe Delgado Cota, titular de la Dirección Ejecutiva de Administración; Mariselva Orozco Ibarra, titular de la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos Políticos.
Silvia Ivonne Ortega Magallanes, titular de la Dirección Ejecutiva de Organización Electoral; Jesús Ortega Pineda, titular de la Dirección Ejecutiva de Educación Cívica y Participación Ciudadana.
Alan Daniel López Vargas, titular de la Dirección Jurídica; Héctor Enrique Martínez Dorador, titular de la Dirección de Sistemas.
Kathy Barragán Peña, titular de la Dirección de Comunicación Social; Nancy Ivonne Ruelas Nevárez, titular de la Unidad de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.
Paola Contestabile Frayre, titular de la Unidad de Igualdad de Género, Derechos Humanos y No Discriminación; Jesús Manuel Molina Murillo, titular de la Unidad de Fiscalización Local.
Marcelo Ávila Nájera, titular de la Unidad de Vinculación con el Instituto Nacional Electoral; Leticia Rojas Torres, titular de la Unidad de Archivos; y Berenice Duarte Anaya, titular de la Unidad de Gestión de Calidad y Mejora Continua.