No es que se quiera ser ave de mal agüero, sino por el contrario, dada la preocupación sobre la estabilidad y seguridad que deberá tenerse en los próximos días a raíz de la conclusión del Título 42 y una eminente deportación masiva el próximo 11 de mayo y los días venideros es que surge la interrogante, ¿hay un plan ya de emergencia para contener el alud que se nos viene encima?
El cuestionamiento es serio y debe ser respondido por nuestras autoridades de los tres niveles de Gobierno que a raíz de la tragedia del 27 de marzo en la Estación Provisional Migratoria del Instituto Nacional de Migración, donde a raíz de un incendio murieron 40 extranjeros y otros 27 resultaron heridos, a lo único que se han dedicado las distintas esferas gubernamentales es a evadir la responsabilidad de la parte que les toca en este terrible escenario en el que actualmente se encuentra Ciudad Juárez.
Lejos están de informar sobre una estrategia concreta con las medidas que habrán de adoptarse toda vez que el Título 42 expire, esa medida implementada por el Gobierno de Estados Unidos desde marzo de 2020, cuando el entonces presidente Donald Trump argumentó su aplicación ante la pandemia derivada del Covid-19.
Bajo esa excusa, el Gobierno estadounidense hace uso de la regla para atender la emergencia nacional en materia sanitaria y tener la facultad de expulsión inmediata de migrantes que habrían ingresado a ese país de manera indocumentada o ilegal, como le llaman en el vecino país.
En los testimonios que se han recabado a través de la prensa local y extranjera, se puede observar la desinformación que existe entre las personas en movilidad que a fechas recientes se han apostado a las orillas del río Bravo con la esperanza de que serán aceptados.
Muchos de los migrantes creen que al concluir la aplicación del Título 42, simplemente se abrirán las puertas y se les dejará ingresar, lo cual ha sido negado de manera recurrente por el Departamento de Seguridad Interna de EU (DHS, por sus siglas en inglés).
Tan solo en la reciente semana se han observado grupos de cientos de extranjeros a la espera en las orillas del río, donde ni la presencia de elementos de la Guardia Nacional de EU, ni las barricadas y cercos de alambres de púas han impedido que se aposten en dicho sitio.
El gobernador Greg Abbott ha mantenido durante su mandato una política crítica y dura ante el fenómeno migrante y en días recientes ha comenzado a desplegar un mayor número de fuerzas de la Guardia Nacional a la zona de Juárez y El Paso.
A la par, Abbot hace algunos días anunció la creación de algunas leyes que vendrán a reforzar la clasificación como delito grave, el ingreso de manera indocumentada a los Estados Unidos por el suelo de Texas.
Entre tanto, son cientos de migrantes extranjeros los que rondan a las orillas del río, en campamentos improvisados en las calles y edificios abandonados, en hoteles o vagando en las calles a la espera del 11 de mayo, muchos de ellos con la esperanza de ingresar al vecino país en busca del sueño americano, sin saber que habrá miles de regreso, expulsados, después del primer minuto del próximo jueves.
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Mirone insiste en preguntar cuál será el plan que tienen nuestras autoridades mexicanas para trabajar ante el regreso masivo de extranjeros deportados por EU.
Hace 112 años, Ciudad Juárez fue escenario de uno de los episodios más importantes en la historia del país, cuando un grupo de mexicanos, apoyados por uno que otro extranjero, protagonizaron la Revolución Mexicana y pusieron fin a una era y cimentaron las bases del México que hoy conocemos.
Nos referimos a la Batalla de la Toma de Ciudad Juárez, hecho histórico de un combate que inicia el día 8 y culmina el 10 de mayo de 1911, con la victoria de las fuerzas revolucionarias maderistas.
Haciendo un poco de historia, hay que recordar que la Revolución comienza con el estallido social el 20 de noviembre de 1910, teniendo como principal caudillo a Francisco I. Madero, quien recorre el país en busca del derrocamiento del presidente de México, el general Porfirio Díaz.
Tras haber sostenido distintos enfrentamientos en contra del Ejército Federal, ninguno de ellos fue tan significativo como el acontecido en Juárez, ya que marcó la culminación de una era de dictadura a manos del general Díaz.
Juárez era considerada como un punto estratégico por los revolucionarios, dada su cercanía a los Estados Unidos, convirtiéndose en un objetivo prioritario para los rebeldes, quienes desde los primeros días de 1911 llegaron a esta tierra que había ascendido al rango de ciudad, apenas 23 años atrás.
Las fuerzas comandadas por Francisco I. Madero, Pascual Orozco y Francisco Villa, se establecieron a orillas del río Bravo, y no fue sino hasta que en un acto de rebeldía de estos dos últimos, que dio inicio la batalla, atacando con 3 mil 500 hombres a las fuerzas federales que se encontraban principalmente en la zona que hoy se conoce como el Centro Histórico.
Al tercer día de batalla, el 10 de mayo de 1911, poco antes del mediodía, las tropas federales comandadas por el general Juan Navarro, se rinden, dando paso a uno de los más grandes triunfos, y considerado por muchos como el más importante, por parte de los revolucionarios, ya que puso fin a toda una era, ya que se pactaron los Tratados de Ciudad Juárez, en los que se incluyó la renuncia del presidente Díaz, quien posteriormente se exilió en el extranjero.
A 112 años de esa épica batalla, pocos son los vestigios arquitectónicos de aquella época, que permanecen en pie en el centro; los campamentos improvisados de extranjeros a las orillas del río Bravo, recuerdan por momentos, aquellos donde esos héroes revolucionarios permanecieron a la espera de dar su sangre, por alcanzar un mejor México.
A diferencia de los connacionales que fortalecieron la Patria al tomar la ciudad, las personas en movilidad se mantienen a la expectativa, por una nueva toma, la de alcanzar su sueño y cruzar a los Estados Unidos, mientras el tiempo avanza y la inminente culminación del Título 42, mengua las puertas del país de la libertad, esas que creyeron que se encontraban abiertas.
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Como no hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se venza, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza puso ayer en marcha la operación de contención de la ola migrante en el sector de El Paso, que incluyó reducción de carriles en los cruces internacionales, el cierre temporal y sorpresivo del puente Paso del Norte, pero principalmente, el procesamiento y deportación de migrantes que aún califican para cualquiera de los dos títulos de expulsión: el 42 o el 8.
De acuerdo con este operativo específico para El Paso, desde las 10 de noche del lunes, personal de operaciones de campo de la CBP redujo “temporalmente” los carriles de procesamiento y los ingresos de pasajeros en el Puente Paso del Norte.
En su informe sobre estas restricciones, la oficina de Aduanas y Control Fronterizo, dijo que están evaluando si son necesarias reducciones adicionales en los cruces y alentaron a los viajeros a utilizar puertos alternativos.
Esa advertencia se hizo realidad ayer a las 9 de la mañana, cuando el puente de la avenida Juárez fue cerrado completamente para vehículos y peatones por casi una hora, y nadie pegó de gritos en el puente, solamente en los grupos de las redes sociales, donde el público informa del tiempo que duran las líneas para cruzar a los Estados Unidos.
Por otro lado, personal de CBP y del ICE comenzaron a procesar a los migrantes que tienen en sus albergues, para determinar si son candidatos a cualquiera de las siguientes alternativas: uno, la expulsión en caliente por el Título 42; dos, que sean “removidos” a un centro de detención temporal para su posterior deportación, de acuerdo con el Título 8 o, tres, que al representar una amenaza para la seguridad nacional o la seguridad pública, serán transferidos a ICE para su detención.
En ninguno de los tres casos, el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos habla en este reporte de que los migrantes podrán permanecer en suelo estadounidense.
Todas las acciones de contención seguirán vigentes en las áreas consideradas protegidas, como los puentes internacionales o la barda a lo largo del río Bravo, salvo los albergues donde los agentes del ICE y CBP no intervendrán, por tratarse de sitios de acceso a servicios esenciales para los migrantes.
Sin embargo, la disposición no dice que esta restricción aplique también al personal de la Patrulla Fronteriza, que será la dependencia que más trabajo tenga a partir de mañana jueves, cuando se derogue el Título 42 y comience la locura de miles de extranjeros por alcanzar el sueño americano.
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En la protesta del pasado lunes, estudiantes del Cbtis 128, demandaron seguridad a una semana del ataque a balazos a dos de sus compañeros donde murió un alumno de cuarto semestre.
La manifestación sirvió como catarsis para que la comunidad escolar se quejara por diversas anomalías que prevalecen en la institución, desde la tolerancia al ingreso de drogas por parte de las autoridades, hasta las condiciones antihigiénicas en que funcionan la cafetería y los servicios sanitarios.
“Queremos una escuela digna”, “No queremos pláticas, queremos seguridad”, eran dos de los elocuentes mensajes que mostraban los estudiantes que siguen traumados por los hechos del pasado 2 de mayo.
En la entrevista realizada por Norte Digital a uno de los estudiantes y amigo de la víctima mortal del ataque, este sintetizó ese malestar general que priva en la comunidad del Cbtis.
Con voz entrecortada y manos temblorosas, el joven Gael denunció sin cortapisas que desde el año pasado, denunciaron a la dirección del plantel la inseguridad, porque los asaltaban y los amenazaban con armas de fuego, pero nunca hicieron nada.
Agregó sin titubeos: “aprovechamos para reportar también que dentro del plantel hay falta de todo, los docentes no sirven, los baños no sirven, no hay seguridad y ponen al Cbtis como una institución que es respetable y no sirve para nada”. ¡¡¡Tómala!!!
Otra alumna evidenció lo grave del hecho de que puedan asesinar a un estudiante a plena luz del día sin que se haga nada, pero también aprovechó para quejarse del servicio de cafetería que hasta ahora que pasó la tragedia, trata de resolver el director.
Otros alumnos hablaron del tema tabú en el plantel: el tráfico de drogas y el consumo entre el estudiantado.
En lo que todos los alumnos entrevistados coincidieron con los medios, fue en el hecho de que el narcomenudeo es tolerado por las autoridades del plantel y por los jefes de estos, que no los llaman a cuentas.
Una triste realidad que lamentablemente no es privativa del Cbtis 128 ni de Juárez, y que las autoridades investigadoras, aparentan ignorar para no despertar a los demonios.
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Mirone les desea de todo corazón a todas las mamás de Juárez, un feliz Día de las Madres.