El fiscal general del Estado y el secretario de Seguridad Pública quedaron “como amigos”.
Eso nos cuentan comunicativas fuentes cercanas a ambos funcionarios, quienes coinciden en la versión de que “todo quedó aclarado “.
Ambos, César Jáuregui, el fiscal y Gilberto Loya, el secretario, fueron la comidilla el pasado lunes, cuando, recién salidos de la reunión de seguridad en el Palacio de Gobierno, se separaron sin que mediara el coloquial apretón de manos que ya se ha reinstalado después de la pandemia.
Quienes vieron el video que se hizo viral podrán apreciar la imagen en la que Gilberto Loya le extiende la mano a Jauregui para saludarlo de despedida, pero el Fiscal lo dejó ahora sí que con “el saludo en la mano”.
Esto ocurre a la salida del elevador del Palacio de Gobierno, en un momento en el que el estado vive un rebrote de delincuencia de alto impacto.
O sea que el mal genio de ambos queda en evidencia cuando más necesitamos de su trabajo coordinado.
Esa misma noche, se pusieron en contacto vía telefónica –no aciertan a decirnos quién le marco a quien– y se aclaró que todo fue un mal entendido.
Más vale que sea así y no que se van a andar volteando la cara en un momento en el que se requiere toda la fuerza del Estado para enfrentar a la delincuencia.
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Tal como lo adelantamos en este espacio desde hace ya tiempo, la diputada por Morena –al corte de este día– Adriana Terrazas no tiene asegurado un lugar dónde ponerse a trabajar una vez que entregue la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso del Estado.
Desde el último de septiembre pasado y hasta el 1 de octubre próximo, la diputada por Juárez ha despachado en la oficina de la Presidencia, ubicada en el piso 17 de la Torre Legislativa, dos pisos arriba de donde se encontraba su cubículo original.
Este, su despacho personal, estaba en el piso 15, al lado del de Cuauhtémoc Estrada, el coordinador parlamentario de Morena, cuando ella fungía además como vicecoordinadora de ese mismo grupo.
Pero todo cambió el día cuando aceptó asumir la presidencia, a contrapelo de su bancada, que había propuesto al también juarense Benjamín Carrera Chávez para ese cargo.
Desde entonces, los diputados morenistas le han aplicado la “Ley del hielo” y hasta han pedido su expulsión del partido fundado por el presidente AMLO, pero nomás no han podido.
Sin embargo, ahora que le entregue la batuta a, probablemente, una diputada del PRI, deberá buscarse otro lugar que no será el que tenía en el piso 15, porque ya Estrada ha advertido que dicho lugar lo ocupan otros operadores del frente legislativo bajo su cargo
La opción que ha planteado el morenista es que, quien asuma la presidencia, le deje su cubículo a Adriana Terrazas. Es decir, como si fuera inquilina en busca de “depa”, deberá esperar a que la presidenta “ahueque el ala” y le deje todo limpio para sentarse en algún lugar a trabajar.
Todavía falta saber si el PAN le dejará al PRI la presidencia –pese a que hay un acuerdo en ese sentido, uno de esos que se rompen fácilmente y con frecuencia– y, de ser así, Ivón Salazar o Georgina Zapata dejarían su oficina “vacante” como para que la ocupe su compañera de Legislatura.
No cabe duda, esos de Morena sí que se llevan pesado.
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Desde que Morena llegó a figurar en nuestro país, específicamente en el estado grande, a raíz del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, durante aquella campaña en la que también se supliría al Poder Ejecutivo de Chihuahua, ha habido una constante de yerros y desencuentros con la 4ª Transformación.
Juan Carlos Loera de la Rosa, indiscutible morenista de cepa y comprometido con la causa Lopezobradorista ha sido también su propio juez y verdugo, por las desafortunadas intervenciones que ha tenido, que le han valido primero, perder las elecciones por la gubernatura y más recientemente la popularidad entre los siervos de la nación a quienes ha dejado desamparados.
El manejo que tuvo en el asunto del agua, hace un par de años, en el que lejos de apoyar al sector productivo agrícola de la entidad, los evadió y no dio una respuesta que les diera certeza de contar con el vital líquido para sus cultivos, fue el detonante para que su candidatura se viniera abajo.
Aquel mes de enero de 2021, cuando ya siendo precandidato a la gubernatura fue abordado primero en Delicias y después en Rosales por agricultores que le reclamaron por el agua y lo despidieron a mentadas, incidente del que aún existen videos en las redes sociales,son la constancia del lamentable desencuentro.
Después de perder en las urnas ante la hoy gobernadora María Eugenia Campos Galván, quien obtuvo 576 mil votos, contra los poco más de 444 mil para Juan Carlos, es decir por un margen de 131 mil sufragios, a Loera de la Rosa no le quedó otra que regresar, tras un tiempo de reflexión, como superdelegado de Bienestar.
Es en esa posición del Gobierno federal donde Juan Carlos Loera se ha mantenido desde entonces, mejor ni para qué profundizar su opaco actuar en el asunto del incendio de la estación provisional del Instituto Nacional de Migración, tema en el que lejos de reposicionarse atrayendo soluciones como un apoyo ante tan sensible hecho que dio la vuelta al mundo, se dedicó a repartir culpas a otras esferas de Gobierno.
Sin embargo, los acontecimientos registrados a fechas recientes ante el despido de 60 empleados a su cargo y las protestas que han llevado a la toma de oficinas y huelgas de hambre en la ciudad capital del estado, hablan de que algo no está bien y el superdelegado se está superdesinflando.
En días recientes los desencuentros que ha tenido el representante federal en Chihuahua con las mujeres que lo han encarado ante el despido que ellas consideran injustificado, son otra prueba de ello.
Loera ha reiterado que no tuvo nada que ver y que ni siquiera tiene manejo de quién trabaja a su lado.
Es decir, Juan Carlos les admite a las mujeres despedidas, algunas de ellas que son madres de familia solteras, pero asumieron el rol de cabeza de hogar y aceptaron el trabajo de la delegación a su cargo, que las decisiones no las toma él, sino un sistema centralista y que por esa razón de la noche a la mañana las echaron mediante una llamada telefónica, sin mayor explicación.
Está la constancia en distintos medios periodísticos de lo anterior, hay videos donde se observa cómo Loera habla con ellas y solo para decirles que podía escucharlas el tiempo que quisieran pero que no podía hacer nada, incluso en el tono molesto y cortante que le caracteriza, casi casi les dijo que le hagan como quieran.
Luego no se quejen que comienzan las desbandadas o chapulineadas a otros partidos, porque son las costumbres y ya se acercan los tiempos.
Lo increíble del caso, es que aún y con la casa cayéndose a pedazos, el buen Loera, no renuncia a sus aspiraciones a tener un cargo público ya sea como senador o presidente municipal y por el contrario, ha sostenido que cuenta con los méritos y la experiencia suficiente para seguir creciendo el proyecto de la 4T. Hasta ahí nomás.
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Y ya que andamos con el tema de los Juan Carlos, otro que también tiene como encomienda representar en el estado al Gobierno federal, es el traumatólogo recién nombrado titular del Instituto Mexicano del Seguro Social en Chihuahua, nos referimos al doctor Juan Carlos de la Fuente Zuno, quien durante esta semana anduvo por Juaritos.
El titular del IMSS en Chihuahua realizó una gira de trabajo el lunes y martes por Juárez para visitar diversas unidades médicas y administrativas y para revisar su funcionamiento, detectar áreas de oportunidad y con ello, fortalecer el servicio.
Es decir, les vino a dar su pase de lista y leída de cartilla a todos los que integran el personal de primero y segundo nivel en el Municipio.
De la Fuente Zuno aprovechó la vuelta para supervisar el avance de la construcción del Centro de Mezclas y del Hospital General Regional de 260 camas.
Esta es la primera visita –y esperemos que sean muchas– que el nuevo delegado del IMSS lleva a cabo a esta fronteriza tierra y durante su primer recorrido, donde fue acompañado por los integrantes del Cuerpo de Gobierno delegacional, visitó los hospitales generales de Zona (HGZ) No.06 y No.35.
Según dio a conocer el propio departamento de Comunicación del IMSS, el objetivo fue tener un primer acercamiento con los directivos de estas unidades médicas hospitalarias para conocer de cerca la problemática de las mismas.
Aseguran que De la Fuente Zuno estará por acá con frecuencia, porque los trabajos del nuevo hospital así lo ameritan, pero también urge que en estos viajes, de vez en cuando baje a las áreas de urgencia, que conozca de viva voz de los usuarios el trato que reciben y que no todo se quede en versiones administrativas o de médicos de oficina, por el bien de la derechohabiencia juarense.