A unas horas de la renovación del comité local del sindicato de trabajadores del IMSS, la inconformidad contra el dirigente estatal de la Sección VIII, Luis Gerardo de León Arrellanes, y contra la secretaria del Trabajo, Karla Meza, ha subido de tono hasta radicalizarse en las redes sociales, donde los acusan de dejar a los hospitales sin servicio de ambulancia por comisionar a los choferes en tareas sindicales.

Las protestas ya tienen tiempo, pero crecieron en el mes de junio, cuando 200 médicos que prestan sus servicios en las clínicas del IMSS en Juárez, denunciaron ante el sindicato nacional que fueron engañados por de León Arellanes y Meza, quienes les bloquearon sus contratos y la basificación del personal con más de 5 años de antigüedad.

Con justa razón, los médicos que estuvieron atendiendo pacientes con altas cargas virales y poniendo su vida en peligro, han tachado de mentirosos y transas a los líderes sindicales, pues se habían comprometido a renovar los contratos de todo el personal médico que estuvo en la primea línea del combate al Covid-19 y no les cumplieron.

Ahora que llegan las elecciones del comité local del sindicato, los inconformes elevan la voz otra vez, para acusar a sus dirigentes de favorecer a sus incondicionales y familiares con plazas mejor remuneradas.

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A Gerardo de León lo acusan de que está tratando de manipular las elecciones para que gane su protegido, Cristian Lomas Reyes, actual delegado sindical del Hospital General número 66. A Lomas Reyes lo señalan como el operador de de León, en la venta de plazas y asignaciones de créditos hipotecarios y para comprar automóvil.

En 3 años como delegado, dicen sus detractores, les ha conseguido plaza laboral en el IMSS a dos cuñadas, a un cuñado y a sus 3 hermanos. Toda la querida familia ya cobra en el Seguro gracias al tráfico de influencias de Cristian.

El malestar llegó al extremo de hacer público el informe financiero semestral, del 16 de enero al 16 de julio de este año, donde, en el renglón de egresos, aparecen gastos de personal del sindicato por 9 millones, 219 mil pesos.

En el apartado de pasajes y viáticos en comisión sindical, los abnegados líderes se gastaron 3 millones 48 mil pesos, en 6 meses.

Y en el tercer rubro, que aparece como “contingencia” en dicho informe, el gasto fue de 2 millones 58 mil pesos, pero no precisan qué tipo de contingencia.

En total, son tres los conceptos de gasto sospechoso que en suma superan los 14 millones de pesos, a razón de dos millones 300 mil pesos gastados por mes, que es mucho para una simple sección sindical, pero poco para la vida de reyes que se dan sus dirigentes.

Por eso en las redes le piden al delegado Arturo Bonilla y al líder nacional del IMSS, Arturo Olivares, que pongan orden y les aprieten las tuercas a los mañosos dirigentes locales.

También advierten que muchos derechohabientes pueden agravarse o hasta morir por falta del servicio de ambulancias, y querrán echarles la culpa a los médicos o enfermeras, cuando la irresponsabilidad es de los mandos sindicales.

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Una interesante pregunta circuló ayer en las redes sociales, en torno a la organización de la Feria Juárez 2021. ¿En verdad creerá Cruz Pérez Cuéllar que la gente no sabe que Armando Cabada sigue mandando en la Presidencia Municipal y dictando lo que se hace, cómo se hace y con quién se hace? 

Esa era la pregunta y generó una larga cadena de polémicos comentarios, muchos de los cuales coinciden en que la manipulación de Cruz por parte de Cabada, terminará por marcarlo con la misma percepción que colocó al ahora diputado plurinominal de Morena, como el peor alcalde del país.

El hecho de que Pérez Cuéllar le haya dado seguimiento a las contrataciones de artistas para El Grito y para la feria, solo nos muestra a un alcalde sumiso y con rodilleras, frente a un político bellaco, que en 5 años impulsó una nueva frase en la jerga popular: chango nuevo sí aprende maroma vieja.

¿Qué intereses se esconden tras esa sospechosa relación que pone a Cruz como un simple títere de ventrílocuo? Muchos problemas tiene la ciudad por el abandono y atraso de varias administraciones, y muchos más por los que le dejaron los malos gobiernos de Armando Cabada y Javier Corral, como para que Cruz se convierta en el operador de los negocios del peor presidente municipal que ha sufrido Juárez. Nomás eso nos faltaba.

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Hasta ahora, ni Cruz ni los regidores, y mucho menos la síndica, que lo único que sabe es hacer cortinas, han transparentado los gastos de contratación de los Ángeles Azules, que actuaron en la ceremonia del Grito, ni de los 14 artistas que traerán al teatro del pueblo de la feria.

¿Cuándo se hizo la contratación, quién la hizo, cuánto costó, cuánto les dieron de anticipo, les pagaron transporte, viáticos y hoteles, cuánto recibirá la empresa Don Boletón por la comisión de la venta de boletos? Son algunas de las preguntas que deberán responder tarde o temprano, o tendrán que ser contestadas por el auditor superior del estado.

Cruz justificó la realización del Grito y de la próxima Feria Juárez, con el hecho de que estamos en semáforo verde, pero todo mundo sabe, principalmente los médicos y responsables del sector Salud, que este parámetro es falso, porque de epidemiológico no tiene nada, ya que la definición del color está basada en una decisión política, no científica.

Si en el Grito, que duró unas cuantas horas, no hubo control para que la gente usara cubrebocas y respetara la distancia social, ¿quién cree que lo hará en 18 días que dure la Feria?

Por lo mismo, esa urgencia de realizar la feria al costo que sea, político, económico, social y de salud, nos confirma la existencia de una maniobra cabadista, manipulando a un bisoño alcalde morenista.

¿Qué le dio o le prometió Armando a Cruz, o qué le sabe, que sin chistar está haciéndole los negocios que no pudo realizar Cabada porque el tiempo se le agotó?

A estas alturas del incipiente gobierno, puede ser que Cruz ya esté trabajando la siguiente operación encomendada por Cabada, que bien puede tratarse del negocio del Juárez iluminado, que tampoco pudo concretar don Armando porque, como José José, lo único que necesitó fue tiempo.