Está cantado el tiro, como dicen en el barrio. La votación de los diputados de Morena en contra del ajuste a la tabla catastral del Municipio de Juárez, propuesto por la administración de Cruz Pérez Cuéllar tiene más de una lectura y mucha tela de fondo como para advertir que el choque va en serio y va para largo.
Como ya es bien sabido, el Ayuntamiento de Cruz, compuesto por casi todos los regidores de Morena, los del PRI y Movimiento Ciudadano votaron a favor de modificar la tabla de valores catastrales que servirá de base para cobrar el impuesto predial durante el Ejercicio Fiscal 2021.
Como también es bien sabido, la dichosa revaloración traerá consigo un aumento al pago que harán los propietarios de bienes inmuebles por concepto de predial, pues la tasa que deberán cubrir se hará con base en un valor más alto al que tienen registrado actualmente en el Catastro Municipal.
La medida, que ya fue aprobada por las huestes de Cruz en el Cabildo de Juárez, no solo se convirtió en un jugoso platillo político para sus opositores del PAN, quienes no tardaron—con mucha doble vara para medir, por cierto—, en usar el inminente aumento al cobro del principal impuesto municipal para golpear a uno de los aspirantes a la gubernatura de Chihuahua por Morena.
No, no solo esto: también detonó el pleito que desde hace tiempo se trae la tropa de Juan Carlos Loera, delegado de Bienestar en Chihuahua, con la de quien despacha como alcalde morenista de Juárez.
Picuetas fuentes le cuentan a este Mirone que el hígado del morenismo estatal y hasta el nacional ya está lleno de piedritas por las posturas del alcalde que van a contrapelo de las políticas del presidente AMLO de no subir impuestos ni cuotas gubernamentales.
El pasado lunes, la bancada de Morena se la devolvió de una manera en la que, de pasada, hizo ver mal al PAN, partido que condenó el aumento a las tablas de valor en Juárez, pero le dio manga ancha a su alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla.
El voto en contra por parte de Morena fue, nos dicen mironianas fuentes, solo “una de cal por las que van de Cruz”, y esa es solo una de las que vienen, nos cuentan.
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Las primeras regidoras que aplaudieron la decisión del Congreso del Estado, de regresar la tabla de valores catastrales al Ayuntamiento de Juárez, para que reduzca los aumentos que propuso por mayoría el Cabildo, fueron las morenistas disidentes Cecilia Reyes Castro y Vanessa Mora de la O.
Mientras que los integrantes de la fracción crucista, que mayoritearon la aprobación de la tabla catastral, lamentaban el punto de acuerdo de los diputados del PAN y de Morena, los regidores y las dos disidentes que se pasaron al bando loerista, festejaron la decisión.
Bueno, hasta los priistas, que votaron como comparsas de los regidores morenistas a favor de los aumentos, andaban ayer cabizbajos y meditabundos en la presidencia municipal.
La que no dejó pasar la oportunidad de esta postura de los legisladores locales, para pegarle a su viejo rival político, fue la diputada federal Daniela Álvarez, quien, en un mensaje grabado, dijo que el Congreso le dio un manotazo al alcalde Cruz Pérez Cuéllar, al no permitirle el aumento.
Ahora los regidores están a la espera de que el Congreso haga llegar el punto de revisión aprobado, porque de acuerdo con especialistas en la materia, el solo exhorto hecho el lunes pasado, no les da para que les hagan caso a los diputados y la tabla se modifique a la baja.
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Un ábaco necesita con urgencia la Fiscalía de la Zona Norte, porque todas las cuentas de los delitos que registran, les salen mochas.
Como ejemplo más reciente, baste citar que el conteo periodístico diario de homicidios dolosos, con el que cerró el mes de octubre, llegó a 113 víctimas y 3 osamentas, pero en la Fiscalía solo tienen registrados 108, y los cinco restantes han de ser fantasmas.
Con un solo asesinato que se ignore, por omisión y negligencia, los funcionarios de la representación social incurren en violaciones a Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Chihuahua, que establece claramente, que deberán abstenerse de cualquier acto u omisión que implique incumplimiento de las disposiciones jurídicas relacionadas con el servicio público.
En este caso no están omitiendo el registro de un escritorio o un vehículo oficial, sino el conteo exacto de personas que han sido asesinadas y deben recibir justicia, comenzando por la investigación para dar con los responsables.
Hasta ayer, no daban ninguna justificación oficial por la discrepancia en el número de víctimas, que tienen nombre y apellido, y deben tener también su respectiva carpeta de investigación.
Pero en lugar de enmendar el error o explicar los motivos de la grave omisión, los jefes de la Fiscalía decidieron descansar martes y miércoles, como en todas las dependencias del Gobierno estatal, que los declararon días inhábiles por las celebraciones de los Santos Difuntos.
¿Y los difuntos que no están incluidos en sus estadísticas?
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“La golondrina y su príncipe” sigue adelante, ha dicho tajante el alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, al salir a dar un mensaje público durante la tarde del lunes, en el que sostuvo que el millonario presupuesto asignado a la obra de teatro es transparente, defiende a capa y espada a la gobernadora y acusa a corralistas y morenistas de los ataques en contra del espectáculo.
El mensaje del alcalde de la capital del estado, no resiste un análisis a fondo porque acusa, pero no dice los nombres de los autores de la campaña negativa; revela costos de la obra de teatro, pero no explica por qué se concentró el dinero en una sola y se cancelaron otras actividades culturales; admite que hay inconformidad en la comunidad cultural, pero luego dice que son impulsados por corralistas aliados con Morena, para atacar con mentiras al Gobierno del Estado y a su administración municipal.
Son tantas las inconsistencias de su mensaje, las que revelan que el tema del espectáculo de Alberto Espino le hizo crisis a su Gobierno, y fue mandado por los inquilinos de Palacio estatal a dar la cara, por la sencilla razón de que el proyecto se inició precisamente en su administración y salpicó de lodo para todos lados.
Ciertamente que el desglose en porcentajes que hace, del costo total del montaje de “La golondrina y su príncipe”, dan un total de 34.8 millones de pesos, pero en ninguno de esos rubros aparece el monto de los impuestos que dice que se pagaron al Gobierno federal.
Llama la atención que el 68 por ciento del presupuesto, o sea 23 millones 664 mil pesos, se vayan a gastar en el escenario y montaje de pantallas, sonido y luz, aunque digan que parte de ese equipo lo van a traer de Italia y lo coticen en euros.
Está bien que en su mensaje señale a quienes se subieron al tema y lo politizaron, sean corralistas o morenistas, pero de ahí a que omita sus nombres, y al mismo tiempo descalifique a los artistas que han dedicado sus vidas a las obras escénicas, que saben de teatro y lo que cuesta cualquier montaje, de la naturaleza y magnitud que sea, el alcalde se la bañó, como dicen los chavos.
Nadie le está cuestionando que impulse la economía, el turismo y el empleo, que además es su obligación como administrador de la ciudad capital, sino que, por favorecer el espectáculo de su amigo con una sospechosa asignación directa del presupuesto, cancele las posibilidades de otros eventos en el resto del estado, que también necesitan de la cultura.
Ese es el meollo del asunto, porque si presume de ser el segundo municipio más transparente, lo menos que debía haber hecho desde el 9 de junio, cuando firmaron el contrato con la empresa AEFE S.A. de C.V. de Alberto Espino y le entregaron los primeros 7 millones de pesos, del total de 34.8 millones, era haber informado públicamente, igual que lo hizo el lunes, de la generosidad de su gobierno y del Estado para una obra que no fue licitada, porque el dinero es del erario público. Así de simple.
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Y a propósito de Día de Muertos, va la calaverita mironiana, sin más afán que estar a tono con la tradición y ponerle humor a esta edición.
¿Por qué tanto escándalo, por una obrita de teatro?
gritó la Parca alterada
¡Porque se fueron grandes y nos dejaron sin nada!
respondieron los artistas de Chihuahua
¡Beto Espino es el gandalla!
porque con 35 millones
a cualquiera se apantalla,
agregaron los gritones
Mira nomás, tan calladito y gastón,
se me hace que me lo llevo
con golondrina, príncipe y telón
para que actúe en el averno,
sentenció la calaca, al final de su moción
Desde entonces, hay cultura en el estado
pues Espino y compañía
bajo tierra han reposado
y hacen obras sobre cuervos,
con el alcalde Bonilla
y sus invitados de alcurnia,
sentado en las primeras sillas.