Hasta ayer, todo mundo le había entrado a la polémica generada por la carta de los borregos, enviada por la Presidencia de la República al Parlamento Europeo, menos la institución indicada para ventilar asuntos diplomáticos: la Secretaría de Relaciones Exteriores.
El tema de la grosera carta redactada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su vocero, Jesús Ramírez, hizo tanto ruido en perjuicio de la figura presidencial, que, hasta los 18 gobernadores de la Cuarta Transformación, incluida la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tuvieron que salir en defensa de su jefe, que ya no sentía lo duro sino lo tupido en las redes sociales, donde, como en botica, hubo de todo.
El pronunciamiento solidario de los gobernadores morenistas y de sus partidos satélites también calificó de intervencionista y desinformada la resolución de los diputados europeos e incluyó que “lastima severamente la dignidad nacional”, cuando lo único que pidieron es respeto a la libertad de expresión y a los derechos humanos en México.
Hay que recordar que la sobajada a la cacareada dignidad nacional se la dio la torpe respuesta del jefe del Ejecutivo, nadie más.
Ahora que les estalló la crisis, piensan que lo más efectivo es echarles montón a los parlamentarios del viejo continente, con argumentos que solo exhiben sus miserias en materia de diplomacia y respeto a las libertades civiles.
Los diputados y senadores panistas ya les dijeron que calladitos se ven más bonitos, para no seguir haciendo el ridículo después del tremendo oso, pero siguen aferrados a defender una causa perdida en las formas y en el fondo.
Si la Cancillería, la instancia autorizada que debería de responder, no ha dicho hasta ahora «esta boca es mía», lo que digan y hagan los morenistas desde su partido central, o desde sus gobiernos estatales, no tiene el nivel para que el Parlamento Europeo lo debata en sus sesiones, por la simple y sencilla razón de que la vía adecuada es la diplomática, no la política y mucho menos la partidista.
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Otro priista juarense que ya levantó la mano para buscar la Presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI es el diputado federal Hiram Hernández Zetina, quien ya comenzó a cabildear en los grupos fronterizos en busca de apoyos para entrarle a la competencia.
El joven legislador tiene buenas conexiones en el Comité Ejecutivo Nacional, donde ya ocupó la dirigencia juvenil y ha tejido fino en el Congreso, como secretario de las comisiones de Hacienda, Cambio Climático y Sostenibilidad.
En el 2018 compitió por una diputación federal por el cuarto distrito de Juárez, que perdió, y en el 2021 llegó a la Cámara de Diputados por la vía de la representación proporcional.
En la tribuna ha tenido importantes intervenciones, como la que opuso al dictamen por la Ley Federal de Derechos, que aumentó todos los servicios públicos del Gobierno federal; por ejemplo, la expedición de pasaportes y otros documentos oficiales.
Con la intención de Hiram de buscar la dirigencia estatal del tricolor, son dos los juarenses que han manifestado sus querencias por esa posición. El otro es el ingeniero Ernesto Mendoza Viveros, impulsado por el grupo Unidad y Participación.
Ambos se enfrentarán a los viejos liderazgos de Alejandro Domínguez y de Georgina Zapata, que hasta ahora pintan como delanteros y ya se vaticinan vencedores, sin descartar que alguno de los dos juarenses pueda dar la sorpresa, considerando que los leales priistas que aún quedan en el territorio estatal han reclamado sangre nueva en las dirigencias para salir del hoyo en que se encuentra, el que fuera por muchos años el invencible partidazo.
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Circula en las redes sociales el extracto de un documento que habla del vuelo de “familiarización” del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en Santa Lucía, Estado de México, que será realizado con personal militar.
El documento precisa que el vuelo número 9013 se llevará a cabo este martes 15 de marzo, a las 9:00 de la mañana, saliendo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en un avión de Volaris, para regresar el mismo día, a las 14:15 horas, desde el aeropuerto de Santa Lucía.
La instrucción, que aparentemente sale de la comandancia de la base aérea del Estado de México, indica que el personal militar, hombres y mujeres, deberán tener buena presentación y vestir ropa de civiles.
Al término de la comisión, el personal tiene instrucciones de contestar una encuesta de calidad de los servicios ofrecidos por el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
Sin duda alguna, se trata de otra simulación de opinión pública para promover, con personal militar y no con ciudadanos comunes como usuarios de la terminal, las bondades de un aeropuerto que ha estado en el ojo del huracán desde que se suspendió la monumental obra que se construía en Texcoco.
Con el cuento de que «el pueblo sabio es el que decide», y para evitar que éste se equivoque y haga críticas desde el primer vuelo inaugural, los genios de la mercadotecnia presidencial decidieron utilizar militares para levantar las encuestas de calidad, donde, sin duda, dirán que los servicios son tan fantásticos que este nuevo aeropuerto será la envidia del aeropuerto de Qatar, considerado, hasta ahora, el mejor del mundo. Otra raya al tigre.