Francisco Garduño Yáñez debe de responder por la crisis migratoria que enfrenta Ciudad Juárez.
Como comisionado del Instituto Nacional de Migración a él corresponde plantear las soluciones integrales para lograr una migración ordenada y segura en todo el país y, particularmente, gestionar los flujos migratorios que permitan despresurizar esta frontera.
Nunca ha podido hacerlo, tampoco hizo nada en la otra vertiente a que su cargo le obliga: garantizar la protección de los derechos humanos de todos los migrantes, independientemente de su estatus jurídico.
La tragedia ocurrida en la estación migratoria de Ciudad Juárez el 27 de marzo, donde 40 personas perdieron la vida por la falta de instalaciones, protocolos y personal adecuados, es clara muestra de ello.
Es increíble que a poco más de seis meses del infierno que se vivió en las instalaciones carcelarias a cargo del Instituto Nacional de Migración, Garduño permanezca en su cargo, con todo y que fue vinculado a proceso por el delito de ejercicio indebido del servicio público.
Difícil aceptar que el funcionario pueda tener la capacidad y la calidad moral para hacer frente a una problemática que, lejos de solucionarse, parece complicarse con el tiempo, no solo por los fenómenos globales y estructurales que expulsan a miles de migrantes de sus lugares de origen, también por la crisis presupuestal de los gobiernos locales que deben de recibirlos, por la crisis humanitaria que detona su presencia y por la industria criminal que hizo de la migración su mejor negocio.
Lo más increíble es que todavía deban de utilizarse recursos públicos para que el funcionario señalado pueda acudir a Ciudad Juárez a atender los requerimientos judiciales sobre su caso.
Para eso ha venido frecuentemente, no para solucionar la crisis migrante que en Juárez alcanza hoy su clímax, con miles de personas arribando en los vagones del tren, para luego aglutinarse en el bordo del río e intentar entregarse a las autoridades estadounidense que terminarán regresándolos a esta u otras fronteras del país.
De suyo es indignante ese proteccionismo a Garduño para que permanezca en el cargo. El colmo es que existe información originada al interior del propio Instituto Nacional de Migración, respecto a otro motivo más, mucho más personal que haría venir al funcionario a Juárez.
Se trata de una supuesta relación sentimental con una funcionaria del propio INM con oficinas en Ojinaga. Alguien que habría escalado cargos, precisamente por esa relación.
Otra desgracia estaría incluso en el origen de ese affaire, el asesinato del agente federal y representante del INM en la zona de Nuevo Casas Grandes, Lorenzo Gabriel Pico Escobar, lo que hizo venir a tierras chihuahuenses al comisionado Garduño, cuando entabló relación con la funcionaria que despacha hoy en Ojinaga.
Así que Garduño vendría sobre todo a atender esa relación, cada mes. De pasadita deja su firma en los juzgados y pues ya tiene quién lo traslade, de un lugar a otro.
Por cierto, antier tuvo una de esas visitas a Juárez, casi secretas, para atender los asuntos que más le distraen su agenda. Traer solución no es lo suyo. Parece que le interesa más salvar su pellejo legalmente y, de pasada, jugar al sugar daddy.
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Con problemáticas tan serias en curso, como la de la crisis migratoria en Ciudad Juárez, no puede más que celebrarse el que se le haya cerrado la puerta al conflicto, como el que se mantenía abierto en el frente por los libros de texto de la SEP.
La Suprema Corte de Justicia desechó la controversia constitucional promovida por el Gobierno del Estado y hoy hasta los promoventes deben estar contentos porque finalmente vieron la luz al final del túnel.
Ya se veía venir, no solo por el activismo que se articuló desde la Presidencia de la República para darle palo a la controversia que frenaba el reparto de los libros de texto, también porque el propio Gobierno del Estado había mandado señales de retirada. No únicamente pesó la grilla que al río revuelto articularon los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, incluso desde el más alto nivel, también crecía el descontento de gran parte de la comunidad escolar, desde docentes y administrativos, hasta los padres y madres de familia.
Desde los lugares más apartados del estado, llegaban los testimonios por las dificultades de no tener opción frente a la ausencia de los libros, ya que el acceso a internet o incluso a las fotocopias, no es nada sencillo en las áreas más pobres y marginadas.
Si a eso se agrega que se les hizo bolas el engrudo con los cuadernillos que pretendían sustituir a los libros de texto, ya pedían paz los funcionarios estatales que por doquier recibían los reclamos, con independencia de que sean legítimas las preocupaciones de padres de familia por el abordaje en temas sensibles como la sexualidad y la diversidad.
A ver si en ambos bandos se ponen ahora más constructivos. Nada más que con las campañas encima, seguramente seguirán los reclamos, reparto de culpas, exhibidas y cobro de facturas políticas.
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Al evento de presentación del Festival Internacional Chihuahua (FICH) le quisieron dar todo el realce posible, aunque se quedó corto en algunas formalidades políticas, y cuestiones más de fondo o de contenido.
Para empezar, hubo una ausencia notable, aunque bastante explicable. Ya no sabemos si de plano no fue invitado, o no quiso ir, pero el hecho es que no estuvo el alcalde juarense Cruz Pérez Cuéllar.
Ahí estaban los demás presidentes de los municipios a los que llegará el FICH, de gala todos en el Museo Casa Chihuahua. El alcalde de Parral bajo las siglas de Movimiento Ciudadano, César Peña y, desde luego, los panistas de Delicias y Chihuahua, Jesús Valenciano y Marco Bonilla.
Junto a diputadas locales y las titulares de Cultura del Gobierno del Estado y del Gobierno del Municipio de Chihuahua, todos y todas acompañaron a la gobernadora Maru Campos, menos Pérez Cuéllar.
El alcalde juarense trae frente abierto con el Gobierno del Estado por varios temas, el principal el tema migratorio, en el que recién acusó a los funcionarios estatales de emular a Donald Trump.
Claro que para sufrir del ninguneo y del centralismo estatal, no ha sido requisito el de contar con gobiernos yuxtapuestos, pero el caso es que ya en el fondo del asunto, a Juárez no le fue muy bien con este disminuido FICH.
La ciudad de Chihuahua fue, como siempre, la ganona en la cartelera, aunque hay que decir que se debió en parte a que tuvieron que sumar las canicas que antes traía por su cuenta el FICUU. Como quien dice, a Marco Bonilla le tocó ahora subsidiar al FICH, aunque en el discurso se habló de un hecho sin precedente por la conjunción de esfuerzos.
Como quiera que sea, además de una cartelera más nutrida, para la capital del estado se reservó no únicamente el concierto de apertura con Reyli, Río Roma y San Juan, también la clausura con artista sorpresa “de Italia”, según dijeron en la presentación.
Lo que le alcanzó al FICH de estelar para esta frontera fue un concierto de Caloncho, Esteman y La Garfield, para el 27 de octubre en la explanada del Centro Cultural Paso del Norte.
A lo mejor y con las prisas olvidaron que esa explanada ya hace tiempo fue vetada por la Dirección General de Protección Civil, por considerarla insegura para un evento masivo. En uno de los últimos conciertos que ahí se realizaron, literalmente temblaba la plancha de concreto sobre el estacionamiento subterráneo, por lo que se recomendó no usar la explanada para esos fines.
Hay otras presentaciones artísticas en el teatro Víctor Hugo Rascón Banda y en el teatro experimental Octavio Trías. A ver si no terminan cayéndose a pedazos, ya ven cómo padecen la falta de mantenimiento.
Por cierto, en el evento de ayer la gobernadora Campos confirmó una futura inversión para rehabilitar los espacios culturales. Y adivinen dónde empezarán, antes que en Juárez. En la capital, claro.
No se habló de recursos en ese anuncio. Tampoco se dijo cuál es el monto de inversión para el FICH. Habrá que ver si es más o es menos que los 34.8 millones que entre Gobierno del Estado y Gobierno Municipal de Chihuahua pagaron el año pasado (cuando no hubo nada de FICH) para que se montara el musical de “La golondrina y su príncipe”.
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Hablando del deporte preferido de muchos políticos y gobernantes, el de ningunear a Juárez, de plano nada se incluyó extra en proyectos de inversión federal para el 2024 en el Presupuesto de Egresos (PEF).
De acuerdo con el documento del Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, nada se agregó, fuera del proyecto que ya está en curso de tiempo atrás, el Hospital General Regional que se construye en los terrenos del viejo Galgódromo.
En el análisis que compara los presupuestos anuales, se observa cómo lo único que aparece es la inversión en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Para la reestructuración, terminación y ampliación del hospital, se tienen presupuestados 2 mil 117.2 millones de pesos para el 2024, es decir, mil 293.5 millones más que este 2023. Ojalá y en verdad lleguen los recursos y finalmente se concluya con la obra antes de que se vaya el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el comparativo también se puede ver cómo desaparecieron varias inversiones millonarias que en la zona norte, desde Samalayuca hasta Juárez, había realizado la CFE en el presente año. Para el 2024 no se ve siquiera contemplado el mantenimiento para su infraestructura.
El documento enviado a Mirone trae los datos comparativos del gasto federalizado en general para todo el estado.
Ese gasto que incluye distintos ramos de aportaciones y participaciones federales marca para el 2024 un total de 71 mil 453.5 millones de pesos, lo que representa un aumento absoluto de 3 mil 528.2 millones de pesos. Sin embargo, con factores como la inflación, la variación real es de 0.4 por ciento, respecto a los 67 mil 925.3 millones de este 2023.
En ese sentido, prácticamente salen tablas los presupuestos. Con esos números ningún bando de los diputados podrá salir a rasgarse las vestiduras, respecto a que a Chihuahua le recortaron de más o lo favorecieron en el PEF 2024.