Podemos considerar que las reacciones derivadas de las últimas bombas lanzadas por Palacio de Gobierno en relación a la minigubernatura de dos años y el autodestape del gobernador César Duarte por la Presidencia de la República, fueron sometidas a una buena digestión en petit comité y en cuartos de guerra. Muy pocos saben todavía cómo proceder, y los que saben no actuarán aún públicamente. Ni siquiera los de la casa de enfrente.
La semana antepasada fue de clímax con el tema de acortar el periodo de cinco a dos años que marca la ley para el siguiente gobernador. Cerró en jueves con el anuncio de Duarte que no por sabido fue sorprendente: quiere ser el sucesor de Enrique Peña Nieto en Los Pinos.
Nomás faltó que algún gobernador amigo del mandatario chihuahuense –Durango, Zacatecas, Aguascalientes, etc.– hiciera eco del destape.
La semana del 10 al 16 de mayo fue de calma aparente. Ya no surgieron más sorpresas (salvo que se hubieran presentado durante la tarde de ayer, cierre de Balcón). El suspenso y el análisis de lo ocurrido en ese lapso fueron interrumpidos únicamente por la alumna prodigio de la política y la orataria que pudo “infiltrarse” en la comitiva de Duarte al paso de este por Juárez el miércoles y señalar magistralmente mil cosas negativas del Gobierno y las autoridades.
Dijo la niña lo que todo mundo piensa, sabe y dice por todas partes, pero ella en términos muy resumidos, muy claros y ante la presencia de muchos funcionarios públicos.
Su solo discurso era para reconocerla. El propio gobernador, muy bueno en sus piezas oratorias, debió aplaudir tal claridad. Sin duda hubieran repetido la misma deferencia otros expertos chihuahuenses en al manejo de la palabra hablada: Corral, Jáuregui, Baeza, Tarango, El Hereford (q.e.p.d.)
Las campañas electorales continuaron igual o peor; muy marcada y evidente la estrategia del PRI por obtener el carro completo a través del voto duro que solo se mueve con pago por sufragio, en efectivo o en especie.
Persiste en ello el alto riesgo de confiar en “voto duro” que anda inconforme con las administraciones municipales priístas y la estatal, especialmente en las dos principales ciudades: Juárez y Chihuahua. Si no votan en contra del PRI, al menos se reportarán resfriados el 7 de junio para no acudir a las urnas. No los convencen los candidatos y, como dijo la niña, tampoco los gobernantes.
Los grandes temas, pues, fueron reservados a la discusión en corto al menos por unos días. En materia de seguridad se soltaron de nuevo los diablos con la avioneta tirada por supuestos narcos en la sierra, con seis víctimas como saldo; y el ataque a Leyzaola que fue adjudicado por el propio exjefe policiaco a los actuales mandos de la corporación municipal. Tan grave es este caso para las autoridades chihuahuenses, que la Secretaría de la Defensa se llevó a Leyzaola para su atención a la Ciudad de México.
En Chihuahua capital apareció el miércoles una golondrina que no promete hacer verano. Una organización de papel llamada Movimiento por la Democracia contraria a la intención oficial de achicar la Gubernatura de cinco a dos años.
En Juárez, el presidente municipal Enrique Serrano tuvo varias encerronas con funcionarios y miembros selectos de su equipo para dejar sembrado el mensaje de que va por la Gubernatura; no dijo si la de dos o la de cinco años, pero ahí expresó la inquietud. Igual que Duarte a nivel nacional, a nivel estatal muy pocos se enteraron sobre el pronunciamiento del edil juarense, que ciertamente fue en privado; no fue discurso público ni mucho menos boletín de prensa. Pepe Vidrio es diestro en esos manejos mediáticos.
Y nadie de quienes forman parte del sistema político estatal –fuera del gobernador y alguno o dos de sus asesores– puede moverse con certeza, porque en realidad desconocen lo que está ocurriendo.
Ignoran por qué el gobernador quiere la Gubernatura de dos años e ignoran a qué santo le tiene prendida la veladora para confesar en público que va por la Presidencia de la República con posibilidades serias de conseguirlo. Mirone ha sido testigo de los ojos tamaño plato para corte de t bone que ponen cuando son enterados de las “nuevas”.
De esos dos aspectos –Gubernatura y Presidencia– depende gran parte de la vida política y social del estado. Por eso el domingo pasado hablamos de revolución y de violencia política. Los anuncios han llegado de golpe seco con temas de trascendencia vital. Y agarren aire y tomen café este dominguito, estimados lectores, porque aún falta que sepan, líneas adelante, lo que pasó ayer en Delicias.
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Han transcurrido más de 10 días de que el gobernador Duarte hizo pública su intención de ir por Los Pinos. La bomba detonada tuvo los efectos ya conocidos entre los políticos chihuahuenses, pero pasó inadvertida en el altiplano para la generalidad de los mexicanos.
Seguramente Peña Nieto tomó nota; también Osorio Chong, Videgaray, Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones, pero una vez hecho el apunte, fue metido bajo folder. No hubo ningún comentario; más aún: tampoco fue considerado el anuncio por los medios de comunicación llamados nacionales.
Le insisten a Mirone que tanto el tema de la minigubernatura como el autodestape debieran ser del conocimiento al menos de los principales operadores del PRI a nivel nacional, pero que no es así, ni en el Ejecutivo, ni en el Legislativo.
El escribidor no concibe que, teniendo al presidente de la República como primer priista del país y al tricolor manejando gran parte de los destinos de la Nación, Palacio de Gobierno no haya contemplado abordar –y acordar– esos temas en aquellos niveles. Los dos asuntos trascienden hacia el interés del PRI nacional… Faltan muchas preguntas por responder y muchos puntos por aclarar. De ahí la gran cautela de todo mundo en el estado.
Los actores políticos, esencialmente del PRI y del PAN, deben usar gran parte de su tiempo para tratar de esclarecer lo que está ocurriendo y quedar en condición de tomar decisiones. No pueden dar pasos sin saber qué suelo es el que andan pisando, ni azules ni rojos. Fuera del segmento político, los grandes empresarios deben también estar informándose y prever acciones. Qué tal si les aumentan impuestos para pagar dos elecciones estatales casi seguiditas.
Duarte no ha compartido ni con su almohada (en Chihuahua) informaciones ni estrategias. A sus asesores más cercanísimos les hace preguntas generales, pero sin ofrecer opinión a las respuestas, ni mucho menos explicación alguna sobre sus intenciones.
Los integrantes de su equipo, sus caballos negros, sus delfines y hasta sus cachalotes, se cuestionan unos a otros sobre las jugadas porque no conocen más allá de las sorpresas en los medios informativos. Sin preguntar, se dejan colocar mansamente en los tableros de los eventos públicos como el jefe decide, o también quedarse a lo lejos, si se los pide.
Los diputados del PRI en el Congreso del Estado, incluido su coordinador Rodrigo de la Rosa, recibieron minutos antes de iniciar una sesión la instrucción del secretario general de Gobierno, Mario Trevizo, para firmar una iniciativa que presentaría la diputada perredista Hortensia Aragón con el tema de la minigubernatura. Del autodestape nadie supo nada hasta que se publicó.
Y si los cercanos no saben nada, menos los “lejanos” o los opositores en el PAN y dentro del mismo PRI. Jorge Espinoza, dirigente del blanquiazul municipal, sufre tanto con las intrigas que ya decidió ponerle punto final a su permanencia como presidente del PAN juarense. Se ha dado cuenta de las negocias entre los dirigentes estatales de su partido y Palacio, de los acuerdos bajo la mesa entre grupos, así que mejor se va. Hoy domingo o mañana, pero renuncia.
Priistas y panistas saben que el gobernador “es capaz de hacer cualquier cosa” para atraer los reflectores o “jugar a la caja china” y conseguir sus objetivos. De ahí sus reuniones en petit comité y cuartos de guerra. No están ellos con las manos quietas.
La última semana las usaron para digerir los acontecimientos descritos y preparar sus propias sorpresas pasando el 7 de junio. No están con los brazos cruzados ni leyendo noticias acompañadas de café con panes de dulce, o integrales, ahora que andan tan de moda esos alimentos desabridos… ¡¡¡pero sanos, defienden los nutriólogos!!! (Cómo hacerle el feo a una concha de chocolate o vainilla, esponjosa, calientita, aromática, azucarada…)
Igual que la Presidencia de la República, la dirigencia nacional del PRI y las cámaras legislativas no harán nada que ensombrezca la campaña electoral, aunque también operen la estrategia del abstencionismo para el caso Chihuahua y otras partes de la República. Su inmovilismo en otros temas que no sean la campaña, es únicamente para efectos públicos. Es indudable que fijarán posiciones durante junio en los dos mismos rubros : la minigubernatura y la Presidencia. Duarte sí lo sabe y por eso se mueve. No consiguió la candidatura a gobernador echado en una mecedora mientras había “decreto” de veda”
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Estas semanas son cruciales para panistas y priistas opositores a Palacio, porque a partir de junio deberán poner manos a la obra, no empezar a pensar en qué harán.
Es obvio que desconocen por dónde continuará Palacio su estrategia, pero sí están advertidos de que si se quedan quietos el gobernador se seguirá de frente sin ellos y hasta contra ellos los dos años de la minigubernatura, y del 2018 –o 2016– hacia adelante con el Gobierno estatal en las manos hasta sepa Dios cuándo.
El hecho de desconocer la estrategia que seguirá Duarte los obliga a trabajar doble y sin descanso.
Los escenarios son múltiples, aunque guarden relación con circunstancias comunes, como son el resultado electoral del 7 de junio, la posición nacional del PRI en torno a la multidicha minigubernatura y la búsqueda de la Presidencia de la República, la relación de la dirigencia estatal del PAN con Palacio, la ruidosa posición de Javier Corral hacia el interior del blanquiazul y de frente a Palacio, la relación de la dirigencia nacional del PAN con el presidente Peña Nieto, el tamaño de la importancia que le dispensa Duarte a la ciudadanía chihuahuense, el tamaño también de la importancia que les concede a sus correligionarios en el Senado de la República y en otras posiciones del Gobierno federal, la elección de rector en la Universidad Autónoma de Chihuahua que está que arde…
Las valoraciones son muchas y ninguna puede quedarse fuera del análisis, porque son como los viejos exámenes de la Facultad de Derecho de la Autónoma de Chihuahua: solo una o dos fichas en un examen, pero podrían ser aquellas que el alumno no estudió de las mil –por decir algo– que debieron ser estudiadas.
Ayer precisamente hubo acción que ilustra el escenario: en el mitin de Delicias para respaldar al cantante de Primavera, Tony Muñoz, como candidato del PRI por el quinto distrito –se dice que en riesgo frente a un PAN bastante fuerte en la región–, presidieron el evento el gobernador Duarte y el exgobernador José Reyes Baeza.
Duarte tuvo allá a sus delfines alcaldes de Juárez, Enrique Serrano, y de Chihuas capital, Javier Garfio, y hasta los colocó en el presidium, pero rechazó categóricamente que Reyes llevara al exalcalde chihuahuita Marco Adán Quezada (el bombero don Arturo Proal debió llevar y traer los ingratos avisos).
Reyes Baeza respaldó con todo el evento, logró que participara en el presidium y en el micrófono Oscar Villalobos; también consiguió que se explayaran en la organización el profe Mario Tarango y Memo Márquez, pero Duarte se hizo acompañar solo de sus delfines mencionados, ningún funcionario estatal de relevancia salvo el secretario de Gobierno, Mario Trevizo. Manuel Russek ahí estuvo, pero su tendencia es baecista; y Raúl Javalera, que es duartista, pero ya en un segundo nivel.
El diputado federal por el quinto distrito y exdirigente de la CNC en el estado, Abraham Montes, no alcanzó espacio en el presidium. Le fue colocada una silla fuera de la mesa encabezada por el gobernador. El dirigente estatal de esa misma organización, Jesús Velázquez, de plano no fue convocado. No anda nada bien el ánimo de Duarte con ellos.
La senadora Lilia Merodio estuvo en el presidium porque ya sabemos cómo se las gasta de carácter. Fue ovacionada por los cientos de tricolores que abarrotaron el Country Club. Los otros dos senadores, Patricio Martínez y Graciela Ortiz, no asistieron (ella estuvo respaldando el octavo distrito). Lilia y Graciela son precandidatas a la Gubernatura; también lo es Teto Murguía, pero tampoco fue convocado.
Los mensajes tanto de Villalobos y de Reyes, como de Duarte, fueron estrictamente políticos, sin más adornos ni flores entre ellos que las obligadas por la diplomacia del momento llamado quinto distrito.
Total que ese evento celebrado en la cuna del exitoso Banco Progreso dará bastante tela de donde cortar para el futuro, pero en el contexto de la disputa por el 2016. Tony Meléndez podrá ganar o perder una diputación, pero los grupos ahí representados, o ausentes, van por mucho más que una curul en San Lázaro, por mucho más, y en guerra cada vez más abierta.