Las comunidades del Valle de Juárez, que comprenden 11 ejidos y las cabeceras municipales de Guadalupe y Práxedis G. Guerrero, están en total abandono desde hace muchos años por parte de los tres niveles de Gobierno, lo que ha permitido que los grupos criminales organizados, y también los desorganizados, realicen sus negocios de tráfico de drogas, de armas y de seres humanos con total impunidad.
Desde San Isidro hasta colonia Banderas hay 100 kilómetros de frontera, con decenas de brechas que utilizan los traficantes sin problemas en territorio mexicano, pero con mucho sigilo por el lado norteamericano, por las cámaras, sensores y vigilancia de la Patrulla Fronteriza.
Esta información no es nueva ni Mirone está descubriendo el hilo negro. Es del dominio público entre los residentes del Valle de Juárez, pero tal parece que la desconocen las corporaciones policiacas mexicanas, porque cuando tienen la audacia de adentrarse en aquellos pueblos fantasma, se hacen de la vista gorda respecto a los movimientos de mercancías ilegales y tráfico de humanos que se dan a lo largo del Río Bravo, que por aquellas regiones solo es un cauce seco.
Por todo lo anterior llama la atención que el nuevo fiscal general del estado, Roberto Fierro Duarte, anuncie operativos en alianza con la Patrulla Fronteriza para detener el tráfico de personas, que representa un millonario negocio para los malandros de los cárteles y cartelitos de la droga.
Es un hecho que el servicio de inteligencia de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos tiene perfectamente identificados todos los puntos de cruce de los polleros y su “mercancía”, información que probablemente van a compartir con la Policía estatal, una vez que se superen los niveles de desconfianza que en los últimos años provocaron los mandos estatales, municipales y federales, al dejar el extenso territorio del valle bajo el control absoluto de la delincuencia.
No será fácil que esa confianza renazca a las primeras de cambio, porque los güeros saben perfectamente del amor que le tienen nuestros guardianes del orden a los dólares de los narcos y traficantes de personas.
Los gringos están perfectamente enterados de las andanzas del excomandante de Inteligencia de la Policía Municipal de Juárez, Aldo Iván Sáenz Tocoli, detenido a principios de octubre por los delitos de secuestro y delincuencia organizada, quien lo mismo proporcionaba información al grupo criminal de La Línea, que a los de Gente Nueva del Cártel de Sinaloa, sobre todo en el valle.
Por lo mismo, para que los buenos propósitos de Fierro Duarte se lleven a cabo, es necesario que primero recupere la confianza de los jefes de la Border Patrol, por lo que deberá limpiar la mugre de la Agencia Estatal de Investigación y de la tropa de la Policía estatal, que no conocen las brechas del tráfico, pero sí las puertas de entrada donde van a cobrar.
Habrá que ver si los agentes que sean seleccionados se atreven a pisar el territorio que dominan los criminales desde hace mucho tiempo, y que no cederán, si no les plantan un estado de fuerza que supere a los malandros, hasta en capacidad de fuego.
El fiscal Fierro tiene el beneficio de la duda hasta que sus planes se desplieguen. Lo que no tiene es la gente confiable y entrona que esté dispuesta a rifársela por el raquítico sueldo que perciben. Esperemos pues que los buenos propósitos puedan llevarse a cabo y la tranquilidad vuelva a los pueblos del valle.
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La Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades por 563 millones de pesos en la administración de Javier Corral. Esta pillería del paseño se suma a la larga lista de transas, gastos superfluos, obras con sobrecosto, pago de cientos de aviadores, desvío de recursos de las partidas federales, deudas con proveedores por más de 10 mil millones de pesos, el batidero judicial, los cientos de millones escamoteados a las universidades, hasta la casa de las torturas, que se han ventilado públicamente, pero que no han pasado del escándalo mediático.
Hasta ahora, nadie en el Gobierno del Estado ha dicho que se ha formulado una denuncia contra el exgobernador y sus cómplices, a pesar de que se trata de hechos que a todas luces son constitutivos de delitos.
Maru ha dicho que serán los órganos responsables de la procuración y administración de justicia los que se encarguen de dar seguimiento y castigar en determinado momento las irregularidades detectadas, pero el problema es que ni la Fiscalía ni en el poder Judicial tienen prisa, o cuando menos muestran intención de abrir carpetas de investigación contra el peor gobernador que ha tenido la entidad, porque no se la acaban con el desorden interno.
Lo único formal que existe hasta ahora es la iniciativa que el diputado priista Omar Bazán presentó ante el Congreso del Estado el pasado 2 de septiembre, para instruir a la Auditoría Superior del Estado a realizar una auditoría especial y urgente a la Secretaría de Hacienda sobre el manejo de las finanzas públicas. Pero de iniciativa e informe no ha pasado, y mucho menos se ha instrumentado acción penal alguna.
Se encuentran en ciernes las denuncias contra «Lucha» Castro por su batidero judicial; contra Arturo Fuentes Vélez, por la lana que le esquilmó al Ficosec; la del rector Luis Fierro por el impuesto universitario que no pagó el Gobierno corralista a la UACH, pero ninguna ha escalado todavía a los tribunales para llamar a cuentas a Javier Corral, y se han quedado en simples impactos mediáticos.
De no hacerlo, la Administración de Maru correrá el riesgo de ingresar al club de los Gobiernos del mucho ruido y pocas nueces.
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Ayer falleció en esta frontera el destacado colega Humberto Leal Valenzuela, quien al parecer sucumbió a las consecuencias del coronavirus.
Humberto Leal se desempeñó con mucho éxito en el periodismo radiofónico de Juárez, pero también como actor de teatro en la compañía de Perla De La Rosa, Telón de Arena. Su excelente voz y análisis ecuánime de la problemática fronteriza, lo puso al frente de exitosos programas radiofónicos en diferentes frecuencias de la frontera.
Durante la administración de Gustavo Elizondo, 1998-2001, fue el director de Cultura, que tuvo a su cargo el proyecto de rescate del antiguo edificio de la presidencia municipal, de las calles Mariscal y 16 de Septiembre.
Humberto Leal Valenzuela era el actual presidente de la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez.
Desde este espacio le deseamos consuelo y pronta resignación a sus familiares y amigos.
Descanse en paz el buen amigo y excelente periodista.