La creación de un paso seguro para transeúntes en el centro histórico de la ciudad fue un reclamo que por décadas los juarenses hicieron a los gobiernos en turno.
Por eso, la construcción de un túnel peatonal en el cruce de las avenidas 16 de Septiembre y Francisco Villa vino a considerarse como una respuesta tardía, pero que se esperaba pusiera fin a las muertes y accidentes que muchas personas sufrieron al intentar cruzar las vías del ferrocarril.
Sin embargo, casi desde que fue inaugurado y puesto a disposición de la población, el 19 de julio de 2016, el túnel peatonal de la 16 se ha distinguido por su falta de higiene, inseguridad y en consecuencia por su poca utilidad.
Son tan malas las condiciones en las que ese camino ha operado, que muchos juarenses han preferido arriesgarse a cruzar brincando el tren que se detiene ahí en ocasiones hasta por horas, pero cuando comienza a moverse, ha provocado eventos desafortunados, donde los ciudadanos de a pie han llevado la de perder.
Los reclamos de los juarenses fueron válidos en cuanto a que ese espacio maloliente no contaba con las garantías para transitarlo, ya que de él se apoderaron grupos de malvivientes e indigentes que lo utilizaron para delinquir, hacer sus necesidades fisiológicas, los mentados ‘miones y popones’; también fue usado como basurero clandestino e incluso, como picadero. Archivos periodísticos así lo constatan.
Pese a que en ese sitio se han invertido ya millones de pesos no se ven las mejorías y porque permanece cerrado debido a los trabajos de remodelación que se anunciaron desde octubre del año pasado y que deberían haber concluido el 31 de diciembre del pasado 2022.
Sin embargo, a la fecha continúa clausurado al peatón, ya que la constructora encargada del proyecto no tiene para cuando entregar las remodelaciones. Lo peor de este caso, es que ajenos a las necesidades ciudadanas, las reparaciones no contemplan el clamor de los ciudadanos de a pie, que piden mayor seguridad y limpieza.
Cuando se inauguró la obra original, contemplaba módulos para venta de artículos diversos, que al no ser utilizados, terminaron convirtiéndose en letrinas clandestinas, dejando un insoportable olor a orines y heces.
No hace falta ser un genio para pensar que si lo que se requiere allí son baños públicos, lo ideal sería que adecuaran dichos módulos para tal fin; tampoco se requiere tener una bola de cristal para entender que, si se requiere seguridad, uno de esos módulos pudiera adecuarse como caseta de vigilancia, lo que de paso, daría más tranquilidad a los usuarios y evitaría la presencia de vagos, indigentes y delincuentes.
En algún momento durante el gobierno de Armando ‘El Divino’ Cabada, a una agrupación cultural, el colectivo la Galería del Centro, se le ocurrió proponer la utilización de los espacios del túnel como una sala permanente de exhibición del talento local. Pero como siempre ocurre cuando las ideas no dejan dinero, ese ‘descabellado’ proyecto fue descartado.
Ahora bien, no nos hagamos, gran parte del daño que sufre el túnel ha sido provocado por los mismos ciudadanos, esos que se mantienen en el incógnito y lo han usado de manera inadecuada.
Urge que la finalización y entrega de esta rehabilitación se lleve a cabo y se ponga de nueva cuenta en operación dicho cruce, antes de que la presencia del tren siga cobrando víctimas, que pudieron haberse evitado.
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Seguramente Ciudad Juárez amaneció este lunes con 234 concesiones de transporte menos, según la advertencia lanzada días atrás por el secretario General de Gobierno, Santiago de la Peña Grajeda.
Son las que tienen los concesionarios que no cumplieron en tiempo y forma con el compromiso de renovar el servicio al público y que traen rodando sus camiones pese a que tienen hasta 20 años de antigüedad, si no es que más.
Van para afuera y sin perdón, porque tiempo tuvieron, en épocas pasadas, de comprar una unidad, si no nueva, sí de modelo más reciente como para llevar y traer a su pasaje en mejores condiciones, y no en las latas de sardinas en las que circulan hoy en día.
Hasta ahí, todo en orden por parte de la autoridad. Ya era hora que se hiciera sentir y de que los obligaran a cumplir los compromisos asumidos cuando se les otorgó el incremento al pasaje, de más de un 50%.
Ahora lo que falta es completar la faena, porque no basta con retirar los camiones viejos, con todo y su concesión, sino hacer una modernización de todo el sistema de transporte colectivo que le da servicio—pésimo, por cierto—a la novena ciudad más poblada del país.
Quienes conocen el tema y el problema nos comentan que falta hacer una transformación a fondo para acabar con la informalidad en la que trabajan decenas de concesionarios que operan bajo el esquema de “hombre-camión”, es decir, que solo tienen su unidad, uno o dos choferes a los que no se les dan prestaciones de ley, y no pagan impuestos.
La otra es hacer el censo de prestadores de servicio y el catálogo de unidades que andan en la calle dando el servicio, aunque reconocen que en la gestión de Santiago de la Peña se ha logrado un avance en ese sentido.
La tercera y no menos importante es concluir el proceso de credencialización, porque el tema de los descuentos al 50% se ha convertido en una auténtica fuga de dinero debido a que medio mundo trae una credencial de estudiante y nadie sabe si es auténtica.
Pero mientras eso sucede, Juárez tendrá menos camiones “carcachones” en sus calles y eso es bueno. Lo malo es que se van a quedar sin transporte suficiente, al menos en lo que compran unidades más “jóvenes”.
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Las cifras oficiales del estado indican que en Juárez 117 unidades de las que están dando el servicio de transporte público -28 por ciento-, tienen una antigüedad de 15 años; otras 145 tienen entre 15 y 20 años y representan el 35 por ciento; mientras, 77, el 18 por ciento, tienen más de 20 años.
En ese contexto, los concesionarios anunciaron la compra de los primeros camiones que vendrán a sustituir a las viejas unidades, por unas que están a punto de cumplir su ciclo vital.
Se trata de camiones que les quedan dos años de vida, conforme a las especificaciones dadas por el Gobierno, unidades que se integrarán a las líneas 1-A Exprés, Industrial, 2-Lázaro y Líneas de Juárez.
Pero mire, no se vaya haciendo muchas ilusiones, en todo caso, vaya desempolvando su uniforme de prepa o de secundaria, para que sienta menos la decepción y por el contrario, le entre un espíritu nostálgico, ya que los camiones que traerán son de esos escolares amarillos, los mismos de siempre pues.
Por eso nos viene a la mente esa canción de Selena “La Carcacha”, que debería ser adoptada como el himno oficial de este grupo de transportistas.
Casi se le olvida a este Mirone comentarle que el titular de la secretaría general de Gobierno comentó también que analizan hacer un ajuste en las tarifas para cobrar menos a los usuarios, debido a que no se ha cumplido con lo pactado por parte de los dueños de las ruteras.
Entonces, en una de esas si usted usa su viejo uniforme y se sube a uno de esos camiones escolares, capaz que le cobran tarifa de estudiante y si le acusan de viejo, no se apure, solo dígale al chofis, que va vestido para la ocasión.
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Con más de 600 asesinatos de hombres y mujeres esparcidos por toda la mancha urbana y áreas circunvecinas, dato que se tiene al cierre de esta información, es que será recibida la nueva estrategia que habrá de implementarse para mejorar las condiciones de seguridad en el Municipio de Juárez.
Bajo el nombre de “Unidos por Juárez”, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional entrarán de lleno, -según lo anunciado hace un par de semanas-, a combatir los homicidios vinculados a la delincuencia organizada, narcomenudeo, adicciones y tráfico de indocumentados.
Como ha ocurrido en otras ocasiones, en la estrategia participarán corporaciones de los tres niveles de Gobierno y como se ha dicho infinidad de veces, lo harán de manera coordinada.
Para el arranque de este despliegue de seguridad, se va a hacer una ceremonia especial, en el parque El Chamizal.
Se dice que este programa es una nueva etapa de la “Operación Juárez”, con la que
las corporaciones llevarán a cabo acciones coordinadas de acuerdo a sus facultades legales.
De la poca información que se ha dado a conocer sobre esta estrategia, anunciada por el Gobierno federal, solo se sabe que arranca este lunes, aunque se han reservado el número de elementos tanto del Ejército como de la Guardia Nacional que habrán de arribar. En la última Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz, se dieron algunos destellos de lo que viene.
Según el comunicado oficial emitido por el Gobierno municipal, en el arranque de esta nueva etapa de la estrategia de los 50 municipios prioritarios, donde Juárez es uno de los principales a ser atendidos, se trabajará con la Sedena y la Secretaría de Bienestar.
El papel de la primera en mención es para reforzar la seguridad, mientras que la segunda tiene que ver con un recorrido en zonas conflictivas específicas, a donde acudirán brigadas para la realización de un diagnóstico.
Ese estudio de campo tiene como fin poder conocer en una primera etapa las necesidades de los habitantes en los sectores de mayor incidencia delictiva y así generar estrategias en las que intervengan los tres niveles de gobierno para mejorar sus entornos.
Para ahorrar tiempo entre análisis y diagnósticos, este Mirone les propone a las autoridades algo simple: revisen la estrategia que se usó durante el Gobierno de Felipe Calderón y no cometan los mismos errores.
Más seguridad no necesariamente implica aumentar fuerzas de combate en las calles. Educación, empleo, vivienda, cultura y deporte, son palabras clave que mientras no las integren a su estrategia, será igual de difícil sacar a Juárez del bache en el que se encuentra.