Una triste noticia, una más de las que parece que ya nos tienen acostumbrados, pero luego por nueva cuenta ocupan los titulares en los medios informativos, nos sacudió nuevamente como sociedad el pasado lunes.
El trágico incidente vial en el que una jovencita de nombre Edith de los Santos Xolio, de apenas 17 años de edad, con un futuro por delante, perdió la vida a manos de la imprudencia, el exceso de velocidad y esa nefasta combinación del alcohol y el volante, nos hace cuestionarnos, otra vez los grandes vacíos legales que tenemos.
Y lo llamamos incidente y no accidente, porque un accidente se le puede presentar hasta el mejor guiador, pero cuando existen factores que pudieron ser evitados, este tipo de acontecimientos se convierten en automático en un delito tipificado, como lo es el homicidio imprudencial.
Un lamentable acontecimiento que nos recuerda, como una bofetada, que nuestros legisladores poco han hecho para endurecer las penas y así castigar de manera ejemplar a quienes de manera cobarde y sin ningún respeto a la vida conducen en estado de ebriedad.
La joven estudiante del Colegio de Educación Científica y Tecnológica del Estado de Chihuahua (CecyTech), que como decenas de estudiantes iba y venía a pie a tomar sus clases al plantel, se encontró con un imprudente conductor, identificado como un estudiante de nivel profesional, que según testimonios de testigos, perdió el control tras realizar zigzagueos con el vehículo y terminó atropellándola, arrancándole en un segundo la existencia.
Triste momento, en el que el plantel entero debió reunirse al día siguiente, para encontrar una explicación a lo acontecido, un consuelo comunitario, una voz que reconfortara a los cientos de estudiantes, que aún muchos de ellos con crisis nerviosas, no podían dar crédito a lo ocurrido.
Un dolor por el que nadie debería pasar, un sentimiento indescriptible por el que su familia, hoy enlutecida deberá transitar de manera irremediable, sin que ninguna palabra para ellos pueda dar hoy el consuelo.
Lamentable y triste, es ver cómo nosotros, como sociedad, seguimos sin tomar conciencia que la mezcla de alcohol y volante sigue y seguirá causando tragedias que culminan de manera abrupta con vidas inocentes, como la de Edith, quien debería graduarse en este año, pero a quien sus planes le fueron frustrados por un imprudente conductor alcoholizado.
Imprudente y nada empática con las familias de los jóvenes estudiantes lo fue también la titular de la Dirección General del Colegio de Educación Científica y Tecnológica del Estado de Chihuahua (CecyTech), Adriana Alejandra Ruiz Ramírez, quien ya había dado muestras de su paquidermia cuando ostentó el cargo de titular de Comunicación Social estatal.
La funcionaria, se dijo consternada por los acontecimientos, palabras más palabras menos, pero poco o mejor dicho nada, dijo que harían respecto al caso en el aspecto legal, ya que la tragedia que enluteció al plantel se dio fuera del mismo.
Se nota que la titular encargada de ver por los estudiantes del Cecytech está poco enterada del entorno que les circunda, donde la inseguridad, la falta de transporte y las malas condiciones para quienes deberían ser su prioridad, hoy nos dan muestra de lo que debió ser prioritario de atender por su parte, antes de que este trágico acontecimiento se presentara.
Ruiz Ramírez deberá hacer algo más que venir a dar sentidos mensajes, ya que tiene como encomienda estar bajo la dirección de una serie de espacios educativos de excelencia, donde nuestros jóvenes buscan una alternativa para forjarse un mejor futuro y no caer en las redes de la delincuencia y las drogas. Tiene que traer propuestas, soluciones, en concreto: ponerse a trabajar.
………………
“Cuando el río suena es porque agua lleva” dice un conocido y dicharachero dicho popular. Pero en el caso del actual Consejo Administrativo de la JMAS, el caudal vaya que suena… al menos internamente.
Resulta que este miércoles la JMAS llevará a cabo su reunión de consejo número 53, correspondiente al mes de febrero.
Como punto número ocho de la agenda de trabajo integrada por ocho pendientes -o sea, el último en la lista-, se realizará el proceso de renovación de consejeros, del cual saldrán electos seis nuevos integrantes.
Por reglamento, los consejeros -cuyo cargo es honorario, pero con alto nivel de influencia en las decisiones que se toman- sólo pueden ser reelectos en una sola ocasión.
En el caso de seis de los consejeros del sector ciudadano, pues simplemente ya llegaron a ese punto, ya no pueden repetir más en el cargo, de modo que habrá elección de los nuevos consejeros que formarán parte del máximo órgano regidor de la JMAS para los próximos dos años.
Hasta ahí todo bien.
El problema es que, por debajo del agua, el organismo encargado de administrar el agua, anda haciendo ya algunos “remolinillos” que empiezan a craquelar un poco la estructura consejeril debido a algunas inconformidades y desconfianzas que están surgiendo como reventantes y bulliciosas burbujas.
Algunos consejeros advierten que el agua no está tan transparente como debiera, entre otras cosas porque -según afirman mironianas y chismosonas fuentes- dentro del actual proceso de elección anda chapoteando y sacudiendo el agua la juguetona mano del actual director ejecutivo de la JMAS, Sergio Nevárez Rodríguez.
Las mironianas versiones dicen que se está tomando muy en serio el membrete de su negocio particular de distribución de artículos de oficina, y quiere partir y “repartir” el pastel del consejo, muy de la mano del “lento” ajonjolí de todos los moles empresariales, Rogelio Ramos , quien funge como el actual presidente de este organismo ciudadano.
Resulta que para que el proceso se lleve a cabo debe seguirse cierto protocolillo propio de estos menesteres electoreros, empezando por la integración de una comisión que se encargue de redactar la convocatoria correspondiente.
Luego viene su publicación y, tras un tiempo razonable para dar cabida a los que se apunten como candidatos, el correspondiente cierre para analizar a los aspirantes inscritos.
O el protocolo no se siguió, o se siguió cual subterráneo flujo hídrico.
Porque apenas el pasado viernes los aún consejeros encargados de emitir el voto para elegir a sus sucesores, se enteraron que la comisión se había integrado, la convocatoria se había lanzado y ya había cerrado, teniendo listos a los aspirantes inscritos.
Todo en el mismo envase.
A Mirone le comentaron que la publicación de la susodicha convocatoria fue solo en órganos de circulación interna de la JMAS y la JCAS, en lugar de hacer la invitación abierta “como Dios manda” a los colegios de profesionistas, sector empresarial, académicos y organismos de la sociedad civil a los que la invitación no les llegó.
Por un tubo tipo PVC les han de haber mandado pues tal invitación, para dejar -dicen los inconformes- una lista de aspirantes muy “a modo”.
Si esta agua no es de beber, ¿la dejarán correr?
………………
“Y vivieron felices para siempre”. Bueno, al menos eso es lo que al final dicen casi todos los cuentos infantiles que hasta a Mirone le contaban en su mironiana infancia.
Casi todos… porque también hay de cuentos a cuentos, desde los típicos cuentos chinos, hasta el famoso cuento de nunca acabar, con la interminable procesión de langostas que casi vuelven loco al rey de la historia.
Pero no solo en el ámbito de la infancia se presentan semejantes deslices cuenteriles.
Más fantásticos, increíbles y surrealistas suelen ser los interminables y ensortijados cuentos que, desde las desenvueltas habilidades narrativas de la política oficial, llegan hasta los castos oídos de una población que todavía suele creer en los finales felices.
Si no, mire nada más el divertido y extenso cuento que nos han venido contando desde que arrancó la fase preoperativa del JuárezBus. Eso, sin hablar de los cuentos anteriores.
Una fase preoperativa que inició con el paseo de muestra realizado en abril del año pasado en una de las dos flamantes unidades articuladas traídas desde orientales tierras a costa de bolsillos ajenos al erario.
Unidades chinas para ilustrar un bonito cuento chino qué contar hasta a los propios camioneros metidos a empresarios que ahí la llevan pagando como pueden el adeudo, porque por parte del estado, nanay. Eso nomás en chihuahuitas tierras se puede.
¿De veras se creyó usted eso de que la famosa fase preoperativa terminaba al concluir el año y que luego vendría la incorporación de 18 relucientes camiones nuevos, articulados y listos para brindarle las comodidades que todos nos merecemos?
Bien dicen que el prometer no empobrece.
Diez meses después Oscar Ibáñez -el mismo que ahora nos cuenta lo que promete ser un nuevo y buenísimo cuento tipo Ankai (léase “cuento chino”) de que el estado podría hacerse cargo de operar el servicio del BRT 1- se avienta a decir que son de siete a ocho los camiones que prestan el servicio del JuárezBus, y que van por otros dos… seminuevos claro, lo que coloquialmente quiere decir “scrap del Bowi”.
Que porque la demanda es tal que quieren evitar saturación de líneas.
O deveras le hace al cuento o al segundo de la góber en la ciudad le falta barrio.
Le falta un paseo anónimo en el JuárezBus, sin aparato oficial, sin guaruras ni distintivos de Gobierno, y sin nada que no lo deje experimentar la desnuda realidad de la gente de a pie.
La realidad de los usuarios que tienen que esperar más de una hora en sábado y domingo, en terminales sin infraestructura de protección contra el agreste clima fronterizo.
La realidad de los que abordan, no una de las unidades articuladas cómodas y funcionales como en las que se ha paseado un par de veces en viajes de prueba arreglados para que todo luzca la mar de bonito, sino una de las otras. Las de relleno.
Solo dos camiones tipo Torino recorren toda la ruta en fin de semana, al menos eso tuvieron que reconocer después de un intento de viaje de prueba anónima hecho por Norte Digital.
Solamente dos de los camiones que llegaron de desecho de la capital del estado a los que les dieron una manita de gato para disfrazar el desgaste.
Otro bonito cuento que parece nunca acabar.
¿Alguna vez llegaremos a esa parte donde dice “…y vivieron felices para siempre”?
………………
¿Con qué cuentas y cuentos irán a salir este día los representantes del Fideicomiso Centro de Exposiciones y Convenciones de Juárez “Paso del Norte”, cuando comparezcan ante el Cabildo, a rendir el informe que desde el 25 de enero les solicitaron, sobre el manoseado proyecto que originalmente iba a ser construido en terrenos de El Chamizal?
Los regidores de todas las fracciones los esperan con ansias locas y con la espada desenvainada, porque la obra en cuestión no pasa del papel de los planos, a pesar de que desde el 2004 hasta el 2021, el fideicomiso ha recibido casi 97 millones de pesos recaudados de la sobretasa al predial empresarial.
Los ediles confían en que acudirá el presidente del fideicomiso, el empresario Carlos Murguía, y que con los informes que supuestamente ya tienen sobre estudios técnicos, ambientales, financieros, costo-beneficio y el cronograma de actividades de obra, despeje todas las dudas en torno a esta obra que tiene décadas en proyecto.
De esas aportaciones al predial que hacen los empresarios, el alcalde dijo que tienen recaudados otros 50 millones que están pendientes de entregar al fideicomiso, pero como no hay nada tangible, primero deberán informar al ayuntamiento en qué se han gastado todo lo anterior y en qué se gastarán lo que sigue, para que no salgan después con que a Chuchita la bolsearon.
O sea que la sesión de hoy se va a poner muy calentita por una obra que, hasta hoy, únicamente existe en papel como un bonito pero inútil render arquitectónico, con el que solo se le ha dado atole con el dedo a los juarenses.