Tal parece que eso de darse contratos a sí mismos se está volviendo una mala costumbre en los fideicomisos administrados por particulares, pero que reciben recursos recaudados por el fisco estatal.
Nos dicen mironianas fuentes que también Ficosec “tiene su historia” en esto del conflicto de intereses, pues un integrante de su directiva salió beneficiado en la ejecución de una obra realizada por ese organismo “para la competitividad”.
Se parece, nos dicen, al caso Fechac, donde la persona encargada de decidir qué empresa construiría el ilusorio Banco de Alimentos de Juárez se benefició, a final de cuentas, con la subcontratación de su empresa para construirlo.
El caso Fechac se parece al de Ficosec, nos cuentan, pero hay una gran diferencia: Ficosec ya se acercó a la Auditoría Superior del Estado para tratar, en lo posible, de enmendar la plana.
En este caso, lo que le pide la ASE es que informe cuáles son los mecanismos de tipo correctivo con los que cuenta ese organismo y cómo los va a aplicar.
Luego, que informe cuándo y cómo los aplicó, porque de poco sirve explicarle a la gente de la Auditoría que los órganos de control propios del organismo contemplan tales o cuales sanciones, si no las aplican.
El hecho es que eso de auditar y ponerle lupa a los organismos autónomos ha dado resultados. Aunque Fechac siga renuente a dar la cara y a decirle a la autoridad y a la opinión pública cuales medidas correctivas aplicó ante el evidente, grosero casi, conflicto de intereses que se dio en su interior, al menos hoy sabemos que suceden y que ALGUIEN no está cumpliendo con la labor de manejar con absoluta transparencia los recursos recabados por el fisco estatal.
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Entrevistar “a toda costa” a un personaje que “a toda costa” busca evadir una entrevista, es una situación que se repite comúnmente en el medio político e informativo de todos los niveles.
Ante la imposibilidad de una cita formal, ya concertando por teléfono, mediante mensajes de texto o acudiendo personalmente a la oficina para recibir la clásica respuesta de “en este momento no se encuentra, pero déjeme sus datos y nosotros nos comunicamos”, para luego esperar indefinidamente, es algo que obliga al reportero a buscar lo que coloquialmente se conoce como la clásica “entrevista banquetera”.
No de banqueta, pero sí de estacionamiento, fue lo que un reportero de Norte Digital pudo concretar, tras buscar sin éxito una entrevista directa con el presidente del consejo local Juárez Fechac, Gilberto Cueva Pizarro, a quien en varias ocasiones se le buscó por diversos medios para hablar sobre el tema del “Banco de Alimentos de Juárez”.
Cual bateador emergente en juego de extra innings, el reportero de Norte Digital tuvo que aprovechar un acto oficial, en plena Presidencia Municipal, para tener contacto con el “arqui” Cueva.
Aún así hubo de esperar a que finalizara una reunión posterior con el mandamás de Juárez, para poder abordarlo “a la carrera” ya arriba del auto, y preguntarle sobre el tema en cuestión.
“Esa información y ese tema están ahí, están atendidos, desconozco lo demás que me pueda comentar, pero sobre ese tema no tengo más que hablar”.
Palabras más, palabras menos, el reportero de Norte le recuerda que días antes el Auditor Superior del Estado, Héctor Alberto Acosta, declaró que a ocho meses de la publicación de la Auditoría Forense practicada a la Cuenta Pública 2020 de Fechac Juárez -donde se señalaba la existencia de conflictos de interés en el proyecto de construcción del Banco de Alimentos de Juárez- esta instancia no había respondido a las observaciones realizadas al respecto.
“Está en la Auditoría Superior, el tema fue atendido por nosotros externamente e internamente. Todo lo demás pues ustedes tendrán manera de preguntar si es correcto o no”, es la respuesta.
Se le expone entonces que está concertada una reunión del auditor con la Comisión de Fiscalización en el Congreso del Estado para tocar el punto.
“Lo que yo le puedo decir es que el tema está atendido en la Auditoría. Es lo único que le puedo decir”, es la nueva y escueta respuesta. Larga espera para una entrevista que no duró más de un minuto.
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La Cuatro Té cumplió cuatro añitos, pero no invitó a todos a su piñata. Nada de eso, la fiesta, el pastel, el “dale-dale-dale” a la piñata y el clásico “mordida, mordida” fue sólo para sus amiguitos y amiguitas.
Ahí estaban, ¡cómo no iba a estar!, la niña Claudita, los niños Marcelito y Adán Augustito ¡y hasta Ricardito!, con su pedazo de pastel y su refresco con corcholata y todo. Faltaba más, sobraba menos.
Maru Campos le contó a la prensa de Chihuahua que ni ella ni sus amigos gobernadores panistas fueron invitados al festejo por el Cuarto Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
¡A que niña Cuatro Te tan malcriada! Nada más a sus amiguitos quiso en la fiesta. Tan bien portadita que es la niña Maru, que hasta abrazo le mandó al presidente, aunque no la hayan invitado.
La verdad, de lo que menos puede quejarse la Cuatro Te es de descortesía o malos modos de parte de Maru. Al contrario, ha sido bastante comedida no solo con el presidente, sino con otros funcionarios federales que han pasado por Chihuahua. Al menos una invitación de compromiso no hubiera estado de más. Lo cortés no quita lo valiente, pues.
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Dos meses y medio tuvieron que transcurrir para que unas simples labores de recarpeteo en un amplio tramo del eje vial Juan Gabriel entre López Mateos y Manuel Gutiérrez Nájera, iniciadas a mediados de junio por parte del Municipio pudieran ser concluidas.
Y eso a medias porque aún se llevan a cabo trabajos de tipo pluvial.
Dos meses y medio entre retrasos por hundimientos, sustitución “fast track” de tuberías, inundaciones, baches (baches y más baches), taponamientos viales, ponchaduras, choques, uso indiscriminado, arbitrario y temporal del carril confinado, y un continuo intercambio de invectivas entre automovilistas en horas pico.
Dos meses y medio en los que la JMAS prometió que a mediados de julio habría una nueva capa de concreto hidráulico en un amplio tramo del carril sur, en el que Obras Públicas del Municipio tendría que trabajar primero rastrillando y nivelando el pavimento, desde calle Aserraderos hasta avenida López Mateos, para que eso pudiera darse.
Dos meses y medio que parecieron de doble o triple catadura por el caos vial generado, y que parecieran haber terminado con un acuerdo diferente ente JMAS y la dependencia municipal.
No hubo capa de concreto hidráulico. Sólo compactación por parte de la JMAS (a petición expresa del Municipio) y un sencillo recarpeteo en un tramo del carril sur que resultó altamente conflictivo.
Sólo resta esperar que, por los retrasos que ocasionó, la intensidad y nivel de tráfico pesado que por ahí se presenta, y el trabajo pluvial que aún se realiza, la obra no represente nuevamente, a mediano o corto plazo, el dolor de cabeza que por dos meses y medio significó para quienes viven, comercian o circulan a diario por el sector.
Al tiempo.