Además de incumplir con el plazo para terminar las obras del BRT de Juárez, las autoridades estatales tienen hecha un desastre la ruta de ese malogrado sistema de transporte, que a la fecha no tiene ni para dar un “rait”.
Ahí está la estación del cruce entre Tecnológico y San Lorenzo, donde hay escombros y pedacerías regados por todas partes, pero muy en especial en la parte donde se encuentra el cruce de peatones.
A simple vista, cualquiera puede ver los enormes pedazos de piezas de concreto que incluso bloquearían los carriles donde transitarían los camiones del sistema de transporte.
Por desgracia, el caso de San Lorenzo no es el único, pues hay otras paradas que están en iguales o peores condiciones. Ahí está la estación aeropuerto, que está más de igual, si no es que en peores trazas.
Con razón le pidieron prórroga al Fondo Nacional de Infraestructura, el Fonadin, para terminar las obras, porque el plazo se les vencía el pasado 30 de junio, o de lo contrario hubieran tenido qué devolver el dinero que les entregaron para ejecutar las obras.
Lo peor del caso es que no se ve nadie haciendo trabajos de reparación, ni siquiera de limpieza, y el tiempo corre, porque ahora deben tener todo listo para el 31 de diciembre, a más tardar.
¡Hasta creemos que para esas alturas y habrá transporte! Mejor abran los carriles y dejen que el tránsito vehicular los use, al cabo y no tienen para cuándo comprar los camiones.
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Una parte del sector empresarial de Juárez—léase, los cuarteles de la familia De La Vega—publicaron un desplegado el pasado fin de semana en el que se manifiestan a favor de la conclusión y puesta en funcionamiento del sistema de transporte BRT.
Difícil estar en contra de eso pero ¿a quién va dirigida tan contundente misiva?
Vale preguntarse, porque el texto es por demás consentido para el Gobierno y suena a pedrada en la cabeza para el alcalde juaritos, Cruz Pérez Cuéllar.
Nada más hay que ver la tónica de la carta: “Reconocemos la voluntad y apertura del Gobierno del Estado de Chihuahua, a través de la Secretaría de Gobierno para buscar una correcta implementación del BRT”.
A la cartita le faltó el puñado de confeti, las serpentinas y el aplauso de pie para Santiago de la Peña y compañía (léase al nuevo subsecretario de Transporte que nomás no opera en Juaritos).
Luego, la indirecta que, si no es pedrada, qué desperdicio de tiro: en la construcción de ese sistema deben concurrir “todos los niveles de Gobierno, particularmente el gobierno municipal”.
¡Sopas! Agárrate Cruz que ya te pusieron la “cruz de olvido” o de “no te me olvidas”.
Para el caso, bien vale apuntar algunos detalles que les faltaron a los “abajofirmantes”: que es el Estado (tiene sus motivos) quien va atrasado en la conclusión de la infraestructura; que los paraderos están hechos trizas; que no hay avances en la capacitación de conductores, adquisición de sistemas de recaudo y en credencialización de usuarios sujetos a descuentos.
Todo eso, por no hablar de lo obvio: no han comprado ni un camión de segunda, menos aún uno de esos articulados que cuestan más de 7 millones de pesos.
Entonces ¿Para quién va la pedrada, pues?
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Se ven y se sienten muy bien las calles que han sido rehabilitadas, la avenida Hermanos Escobar es una de ellas. Los recursos generados por la regularización de vehículos, los cuales se dedican a la reparación de vialidades han sido bien aprovechados.
No sabemos si por motivo de la significativa cantidad de obra pública que se encuentra en proceso y la que falta por contratar, a la Dirección General de Obras Públicas la están goleando igualito que a la Selección Nacional de Futbol.
No se justifica que por un lado cumplan bien con su chamba y por el otro sean objeto de observaciones, respecto al diseño y a la calidad de los proyectos ejecutados.
Nortedigital evidenció el mal trabajo que se efectúa en una sección de banquetas de la avenida Abraham Lincoln donde de plano se olvidaron que la movilidad segura, incluyente y universal es un derecho humano consagrados en la Constitución Política.
Para empezar, no cumplieron con el primer mandato del Reglamento de Desarrollo Urbano Sostenible, en el sentido de que las banquetas deben ser planas aquí y en China, y no inclinadas y de subidita, y casi al ras de la calle.
Este Mirone todavía no sale del asombro cuando salen a relucir otras deficiencias con la rehabilitación de la avenida Cuatro Siglos.
El problema fue puesto sobre la mesa en la sesión de los regidores de la Comisión de Servicios Públicos del Ayuntamiento, realizada en días pasados.
Las regidoras Austria Galindo (PAN) y Karla Michaeel Escalante, cuestionaron a los funcionarios de Servicios Públicos sobre las condiciones de limpieza de los camellones, incluso los que recientemente fueron intervenidos.
Las bravas representantes del Ayuntamiento reconocieron los esfuerzos monumentales de las cuadrillas de Limpia; también hicieron notar que estas tareas son el cuento de nunca acabar, más aún a causa de los errores u omisiones de supervisión en el proceso de ejecución y recepción de las obras concluidas.
Lo anterior salió a colación porque en los camellones recién rehabilitados con piedra de ornato, en de la avenida de Las Torres y Francisco Villarreal, resulta que no aislaron el suelo con plástico para impedir que crezca hierba que después tienen que estar a corte y corte.
No es un tema menor, el mismísimo director de Limpia reconoció que simple y llanamente no se la acaban con las demandas y necesidades de limpieza de las vías y espacios públicos.
El dato es preocupante, la limpieza de la ciudad cuesta a los juarenses 400 millones de pesos anuales, y una parte de este presupuesto se lo consumen las 700 toneladas de basura que recolectan de las vías públicas.
Esta semana el Ayuntamiento citará a los responsables de la supervisión, ejecución y recepción de estas obras “defectuosas” …Todo apunta a que la bronca le rebotará a la Dirección General de Obras Públicas, para variar.