La campaña de la candidata de la coalición Nos Une Chihuahua no camina en Juárez como le gustaría a Maru Campos y a su grupo operativo chihuahuita más cercano, por lo que el pasado miércoles tuvieron que hacer un alto en el camino para llamar, en calidad de urgente, a una encerrona de cuarto de guerra para un obligado análisis.

A la candidata no le place para nada la agenda que le están amarrando en la frontera, en donde se ubica la mera macolla electoral. Los últimos días que se ha paseado por la bella república de Juanga no la han dejado contenta.

No quedó de otra que acudir a la batería pesada de gurús de la estrategia electoral, entre los que destacan César Jáuregui Moreno, Arturo García Portillo, Luis Serrato y otros, que vinieron expresamente a pegarle un jalón de orejas a los responsables de su campaña en Juaritos.

Las fuentes de Mirone, que son capaces hasta de atravesar paredes, le aseguran que la candidata, enojadísima y lo que le sigue, hizo berrinche porque nada más no ve resultados con el equipo que dirige Ramón Iglesias a quien, dicen, mangonean a su antojo “grillos” mucho más avispados en estas lides.

Además de lo enchilada que estaba Campos con parte de su equipo debido a los evidentes errores en la dispersión de fuerzas y los flojos y desangelados eventos, les reprochó en su cara las inverosímiles grillas infantiles que se traen Ricardo Vega y Rogelio Muñoz con otros colaboradores de segundo y tercer nivel. El único que medio la libró fue Rogelio Loya.

La gota que derramó el vaso fue el rotundo fracaso de los eventos programados el pasado miércoles en el suroriente de la ciudad, allá por los rumbos de Tetos Car, donde la candidata tuvo que tragar saliva con sabor amargo.

La expectativa era reunir a decenas de vecinos para que platicaran con Maru, pero el poder de convocatoria fue malísimo. La candidata terminó tocando puertas casa por casa, visitando tienditas en las esquinas y, finalmente, en la cocina de una vecina despistada que, por cortesía, le dio el pase a su casa.

Al final, en la convulsa repartición de culpas, Maru resulta ser la principal responsable, y todo por no saber seleccionar a los mejores perfiles para apoyarse y catapultarse. Por el contrario, en esas estratégicas labores ha puesto a gente que, llevándola de un ridículo a otro, puede terminar por enterrarla electoralmente. Al menos tuvo la suficiente lucidez para rechazar el caballo que le tenían preparado sus inoperantes huestes en la frontera.

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El vacío de poder que existe en el Partido Verde en el estado de Chihuahua por la ausencia de María Ávila, quien tuvo que pedir licencia para atender el proceso penal abierto en su contra, provocó serias equivocaciones que, a ese nivel, se pagan caro.

Los candidatos a las diputaciones locales, que iniciarán campaña el próximo 29 de abril, andan muy preocupados porque vaticinan una guerra sucia de alta intensidad en contra de ellos y, por su negro historial, también en contra del candidato a la presidencia municipal del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Rodolfo Alberto Benavides Cruz.

Rudy Benavides, como es conocido en la congregación cristiana Linaje Real, fue detenido en diciembre de 2017, acusado por el delito de fraude en contra de varias personas a las que supuestamente estafó con más de 4 millones de pesos.

Rodolfo Benavides fue pastor de esa comunidad religiosa y llegó al Partido Verde gracias a las recomendaciones que hiciera Antonio Andreu Rodríguez a su comadre María Ávila, quien terminó dándole el visto bueno sin revisar e investigar los antecedentes del prospecto.

Ante de registrar la candidatura de Rudy el tema del fraude salió a la luz pública, pero el propio candidato se autovictimizó y ha intentado, a toda costa, despejar dudas entre los integrantes del primer círculo de allegados a Ávila.

Pero los candidatos a diputados no están del todo convencidos de Benavides, menos ahora que circuló entre la gente del Verde un reporte de las autoridades de la vecina ciudad de El Paso, en donde aparece bajo el número 08007908, por posesión de marihuana, el nombre de “Cruz, Rodolfo, Benavides Alberto”. A estas alturas del proceso electoral, no encuentran la manera de bajar al pastor de la candidatura.

Pero lo más preocupante es lo que a Mirone le cuentan los militantes de ese partido. Resulta que su delegado en Chihuahua, Manuel Delgado, nomás no mete las manos para limpiarle el camino a los candidatos a diputados que están a punto de iniciar campaña.

Los inquietos y sudorosos candidatos verdes se sienten muy vulnerables al golpeteo, dados los antecedentes del aspirante a la presidencia municipal de Juaritos.

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Van 20 días de campaña por las diputaciones federales y los candidatos de Morena siguen desdibujados en la actividad proselitista electoral. Flaco favor le hacen a Juan Carlos Loera, cuya estrategia electoral tampoco ha despegado como su equipo quisiera.

Daniel Murguía, Teresita de Jesús y Ulises García le siguen apostando a la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador y se han tirado a la milonga, pero el 6 de junio se pueden llevar una sorpresita.

Tal parece que la estructura del Bienestar no ha rendido los frutos esperados en campaña y los aspirantes a la Cámara de Diputados no tienen de dónde echar mano.

Ahora queda claro que al equipo de campaña de Loera y a los candidatos a diputados federales les ha quedado grande el saco, tal vez por eso se han llevado a colmilludos operadores priistas como Adriana Terrazas y Marco Quezada, y hasta a Armando Cabada, pero no les está alcanzando.

A Mirone le vinieron con el chisme de que el equipo jurídico del cuartel de campaña blanquiazul de la avenida Teófilo Borunda y Tecnológico está armando un expediente muy completo para documentar y denunciar, ante el órgano electoral, el uso tan burdo de personal de Bienestar para colocar lonas de Morena en domicilios y propiedades en Juárez y el resto del estado.

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La guerra sucia de la campaña electoral comienza a cobrar vida en las redes sociales donde mañana, tarde y noche  aparecen los ataques entre los actores políticos que buscan un cargo de elección popular.

Ayer le platicaba estimado lector, sobre unos individuos con máscaras de cerdo que irrumpieron en la sede de Morena, para criticar “los moches”, la transa y la corrupción en el sistema de gobierno y de partidos políticos.

Pues bien, resulta que estos hombres con cara de porcino son militantes del partido Fuerza por México, partido que, al parecer, en una maniobra con tintes de desesperación en la búsqueda y captación de atención y votos, ha optado por hacer cualquier cosa para jalar reflectores.

Esa guerra sucia le pega lo mismo a los de arriba que a los de abajo. Esta semana se viralizó la “fake news” de que el candidato a la gubernatura del PES, Luis Carlos Arrieta, abandonaría la contienda, acción que fue desmentida tanto por el Capi como por la dirigencia estatal del partido morado.

Luego, ayer jueves, los grupos morenistas que andan encampañados con Cruz Pérez Cuéllar estuvieron al borde de la alferecía al detectar que en la supercarretera de información grilla circuló un comunicado que resultó falso, en el que, supuestamente, Morena daba a conocer que “por causas de fuerza mayor” el senador retiraba su candidatura para la alcaldía, y que su lugar sería ocupado por Héctor Murguía. Desde Tetolandia toda la tarde se escucharon telefonazos y carcajadas.

También, hace dos semanas, Juan Carlos Loera fue víctima de las “fake news”, al atribuirle supuestas declaraciones que jamás hizo contra productores del campo de la región centro sur del estado.

Las anteriores son apenas unas cuentas probaditas sobre lo que viene y sobre el tono que irán adquiriendo las campañas cuando entren en acción, a partir del 29 de abril, los aspirantes a la presidencia municipal y las diputaciones.

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Hace un par de días Mirone supo, gracias a sus picuetas fuentes, que en la Clínica 48 del IMSS las cosas están color de hormiga. Resulta que ahí hay empleados de primera y de segunda (o más bien DE CUARTA).

Los del primer grupo gozan de todos los beneficios por parte de los administrativos.

Los segundones son los relegados, los discriminados a los que, a pesar de estar en contacto directo con la gente, se les niega la vacuna contra el Covid, porque arrastran un terrible pecado: no estar en la lista de los amigos y compadres del director de la clínica, Raúl Gutiérrez Aguirre.

A Mirone le aseguran que es este señor quien decide a quién se vacuna y a quién no. Justo esta situación fue la que ha llevado al hartazgo a los trabajadores, mismos que decidieron irse a paro y cerrar la farmacia de la unidad de medicina familiar, para hacer manifiesta su inconformidad con que las vacunas se destinen a los amigos, conocidos y hasta las novias, en lugar de privilegiar a los empleados de contacto directo.

No le extrañe, apreciado lector, que en las próximas horas la inconformidad suba de tono. Es evidente que los trabajadores del IMSS están hartos de ser tratados como empleados de CUARTA, y de que en el IMSS sigan reinando el favoritismo y la corrupción.