Desde tricolores lares nos llega las versiones de cómo andan los ánimos entre las jerarquías priistas y panistas para concertar las alianzas electorales rumbo al 2024 y, según nos comentan, se están empezando a llevar pesado.
Los del PRI se sostienen en lo dicho: “o alianza total o vamos por nuestra propia cuenta”.
¡Órale! ¿Dónde quedó aquello de que “daría mi vida por esta alianza?”.
Pues como lo leen: para el expartidazo, su pliego petitorio sigue en firme: la segunda fórmula para el Senado de la República, al menos dos distritos federales y seis locales.
¿Qué no? Bueno, “nos vamos solos”, han dicho. “Perderían por mucho”, les han contestado los del PAN. “Sí, pero tú también”, les responden los priistas.
Los cálculos que han puesto operadores priistas en la mesa son fríos y no dejan mucho margen para la negociación: en Juárez, el municipio, la sindicatura, los cuatro distritos federales y los nueve locales, están perdidos frente a Morena.
¿Entendido el mensaje? O sea, si la 4T gana los nueve distritos de Juárez, sólo necesitan imponerse en otro para, sumado su porcentaje de votación, quedarse con la gran tajada de las plurinominales y hacer mayoría en el Congreso Local.
“¿Quieren eso para el último trienio de Maru?” preguntan los priistas.
Los azules siguen pensando que las pueden todas en Chihuahua, pero sería tal vez en el llamado “Corredor azul” del centro-sur del estado. En el suroeste, o sea, los distritos XXI y XX locales, y el IX Federal, son del PRI si no es que Morena se pone listo y los arrebata.
“¿Cómo la ven: la senaduría o la vida?”, parecen decir los priistas. Parece que ahora sí tienen la atención del PAN-Gobierno. Y falta muy poco para que esto se resuelva.
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Ya salió el peine. El “hermano incómodo” ya se acomodó y quiere su diputación federal para la próxima legislatura del Congreso de la Unión.
Así es: Alejandro Pérez Cuéllar ya se decidió e irá por alguno de los cuatro distritos federales que tienen su cabecera en Juárez.
Después de torturar al tráfico de juaritos con su imagen colgada por todos lados, y de fintear con que iba por una senaduría, al fin irá por el distrito que mejor le llegue a acomodar, según nos lo informaron fuentes cercanas al “carnal” del alcalde.
De que buscaba hueso, ya se sabía; de que operaba en las redes internas que creó el propio alcalde Pérez Cuéllar, también, pero ya vio que la candidatura al Senado está un tanto difícil, con Juan Carlos Loera y Armando Cabada peleándola a brazo partido.
Esta semana lo vimos muy cerca de Susana Prieto, la diputada federal que ya anunció con todas las letras su aspiración por la senaduría, donde enfrentará a varias aspirantes morenistas cuya imagen está colgada en espectaculares desde hace meses.
Ahí andaba, dejándose ver, como diciendo “aquí ando yo meneando la sopa”.
Qué más hubiera querido, un “hueso” de a seis años cobrando como sultán en la Cámara Alta, pero bueno, tres años en San Lázaro, más otros tres si obtiene la reelección y ¡oiga usted! ¿Quién le dice no a una beca para echar grilla en la mera capital del país?
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Y hablando “del Rey de Roma”, los resultados que publica la firma encuestadora Massive Caller dan a entender que, en Chihuahua hay “tiro”, como dicen los prianistas para afirmar que el partido está empatado a cero.
Primero las buenas para los de blanco y azul: en la capital están, como dicen en el futbol, para ganar “con la pura camiseta”, pues obtendrían el 47.8% de los votos si las elecciones se hubiesen celebrado este 2 de noviembre.
Morena se hubiera quedado en un segundísimo lugar, con apenas el 28.4%, mientras que el PRI se llevaría a casa un 6% que le serviría para poco si algo quiere negociar con el panismo local.
Ahora que, si van juntos, PRI y PAN harían un 53% que les abriría la posibilidad de ganar alcaldía, sindicatura y al menos cuatro de cinco distritos.
Las cosas, sin embargo, se le voltean feo al partido gobernante en el estado cuando vemos las cifras de Juárez.
Allá en la frontera, Morena trae un 56.1% de intención de voto, contra un 12.4 del PAN y un 6.9% del PRI. O sea que, si este 2 de noviembre hubiese sido la elección los de la 4T le hubieran ganado al Frente Amplio por México hubiesen “juntado” un 20.3% de la votación, que los dejaría a 35 de Morena, aún si éste no se aliara con el PT y el Verde.
¡Uf! Y estamos hablando de una elección donde van de por medio, además, 9 distritos y una sindicatura, además del ayuntamiento.
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En el Congreso del Estado, las bancadas del PAN y de Morena se desgañitaron cuando discutieron un punto de acuerdo para pedir a la CFE que le otorgue más recursos a Chihuahua para infraestructura eléctrica.
Se aventaron largo rato de discusión; se dijeron de todo; sacaron a relucir los mismos tira-tira de siempre y las pedradas a los gobiernos actual y anteriores, todo para terminar con que la mayoría prianista aprobó el punto para pedirle más recursos a la paraestatal que dirige Manuel Bartlett.
Y bueno, pues tanto discutir para nada, porque la Comisión Federal de Electricidad los mandó a tostar habas.
Resulta que, según el oficio número CRI/GRI/UEL/688/2023 enviado al Legislativo de Chihuahua por la Gerente de Relaciones Institucionales de la Comisión Federal de Electricidad, les dijo que tocaron en la puerta equivocada.
El Acuerdo No. LXVII/PPACU/0710/2023 I P.O., donde pedían que, dentro del Presupuesto de Egresos de la Federación 2024, “se destinen los recursos necesarios para infraestructura y mantenimiento del abasto de energía eléctrica en el Estado de Chihuahua”, no tuvo eco.
¿Por qué? Por algo muy simple que en la política de la capital se entiende, pero, al parecer, nuestro Congreso local no: es la Cámara de Diputados la facultad exclusiva aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación correspondiente al ejercicio fiscal de 2024.
“Por lo cual dicha solicitud se sitúa fuera del marco de competencias y responsabilidades de la Comisión Federal de Electricidad”, termina el oficio.
Dicho de otra forma: se equivocaron de domicilio; díganle a sus diputados y a sus diputadas que se pongan a arrastrar el lápiz y peleen por recursos para su estado.