¿Quién o quiénes mataron o mandaron matar al panista René Villarreal Pérez, involucrado en el desvío de más de 11 millones de pesos correspondientes al fondo de ahorro de diputados locales de la pasada legislatura?
Muchos rayos y centellas, por decirlo decentemente, saldrán esta semana en la investigación del crimen que tiene en la mira, cuando menos, a los destacados corralistas Jorge Luis Issa González y Manuel Soledad Villanueva, que fueron secretario de Administración y director de Finanzas y Contabilidad del Congreso, respectivamente, y los principales sospechosos del desvío de recursos de las cuentas que manejaba el empleado de la Junta Municipal de Aguas, René Villarreal.
La saña con la que fue asesinado, torturado, degollado y baleado, nos describe el perfil o perfiles de despiadados y sanguinarios individuos que lo secuestraron, lo interrogaron y lo ultimaron antes de que hablara y balconeara a todos los involucrados en las transas del dinero del ahorro de los diputados.
Este caso criminal es el segundo de la era corralista, donde la trama involucra a panistas encumbrados en su fallida gestión como gobernador.
El primero fue el asesinato de la periodista Miroslava Breach, en marzo del 2017, donde estuvieron involucrados desde el alcalde panista de Chínipas, Hugo Schultz, ahora en prisión, hasta el secretario particular de Javier Corral, José Luévano y el secretario de prensa del PAN estatal, Alfredo Piñeira, estos dos aún libres, pese al peso de las pruebas que los señalan como cómplices de los asesinos.
En el crimen de René Villarreal, no pueden alegar que hay cabos sueltos para dar con los responsables, porque la misma Auditoría Superior del Estado reveló las implicaciones de los exfuncionarios panistas, que manejaban los recursos en el Congreso vinculados directamente con el exempleado de la JMAS.
Once millones de pesos no son poca cosa, pero de ahí a que orillara a los involucrados a ordenar el asesinato de Villarreal, abre la sospecha de que mucha mugre se esconde detrás del móvil del crimen, que podrá salpicar a muchos corralistas cuando se abra la caja de Pandora.
Con este caso, los puristas y persignados corralistas, que condenaron como su patrón, un día sí y otro también, las corruptelas del exgobernador César Duarte, muestran un grado de perversidad y peligrosidad dignas de los más sangrientos y desalmados sicarios.
Queda demostrado con esto que, si con Duarte la frase dominante fue que el poder es para poder, en la administración de Corral fue la que dicta que el poder es para matar.
Mirone no especula, habla de hechos consumados y sustentados en fuentes legales, no vaya a ser que el frustrado aspirante a embajador nos quiera demandar en el extranjero, porque considere que su devaluada honra, o lo que queda de ella, está siendo mancillada con la verdad.
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La prolongación de la avenida Valle del Sol, que en su última etapa terminará por entroncarse con la Juan Pablo II, beneficiará sin duda a miles de familias que habitan en los fraccionamientos aledaños, pero también a los especuladores de los terrenos por los que cruza y con los que tendrá ventajosa vecindad.
En días pasados, los representantes de siempre de los grandes terratenientes, con intereses inmobiliarios de la ciudad, propietarios de terrenos de grandes extensiones y gestores de desarrollos de vivienda (“vivienderos” como se reconocen entre iguales) se reunieron en el salón José Reyes Estrada de Unidad Administrativa, convocados por la secretaria técnica del Gobierno Municipal, Adriana Fuentes.
Es dicha reunión, llamada, pomposamente, intersectorial, reaparecieron en la escena pública los ingenieros Mario Boisselier y Vicente López Urueta. El primero de ellos asociado a los intereses de las propiedades inmobiliarias de Manuel Quevedo y familiares. El segundo, exdirector del IMIP hasta 2017, y reconocido gestor en Juárez de la Cámara Nacional de la Industria de la Vivienda (Canadevi).
La obra de la avenida Valle del Sol ha causado tal revuelo, que no solo empresarios inmobiliarios y sus representantes le han puesto suma atención, sino también los líderes de la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción (CMIC) delegación Juárez, entre otros sectores empresariales de la ciudad.
Los representantes de los negocios inmobiliarios de la ciudad ocuparon las primeras sillas en esa sesión, que fue atendida por Fuentes y por el director de Obras Públicas, Daniel González García, quienes dieron respuesta a las inquietudes de los desarrolladores, planteadas en torno al trazo de la rúa y su conectividad, así como respecto al calendario y etapas de desarrollo del proyecto. Por cierto, muy buenas las preguntas de don Mario y Vicente, con toda la experiencia acumulada en el tema, siempre viendo hacia el futuro.
Ahí se cuchichearon los nombres de algunos empresarios con intereses inmobiliarios, a quienes se les abrirá una ventanota de oportunidad para los grandes negocios, entre ellos los de Laura Zaragoza, Benjamín Fuentes, Rogelio Ramos y Oswaldo Kuchle.
Ellos son algunos de los que poseen grandes terrenos en el trazo que tendrá la prolongación de la Valle Del Sol y a quienes se les presentará, ¡oh divina suerte!, la oportunidad de hacer producir sus tierritas, y no precisamente sembrándolas ni arándolas.
Es un hecho que desde que se anunció la obra, estas superficies subieron de valor, porque al ser incorporadas al desarrollo urbano de la ciudad serán beneficiadas con toda la infraestructura que el Gobierno debe instalar en el trayecto de la prolongación.
Si el Municipio detonó esa plusvalía, como ocurrió cuando Gustavo Elizondo construyó la avenida Cuatro Siglos, es natural pensar que los ganones empresarios sean también generosos con la ciudad, y no pretendan cobrar peso por peso las afectaciones que tendrán sus terrenos.
Por lo pronto, se comentó que Laura Zaragoza y los apoderados de la planta maquiladora de BRP, alcanzaron acuerdos positivos con el Municipio, ya que son dos de los propietarios de los terrenos afectados por la obra.
Otra familia con la que, se dice, tendrá que negociar el Municipio, es con los Fuentes, propietaria del centro recreativo del mismo nombre, localizado sobre el bulevar Juan Pablo II, que corre el riesgo de quedar partido en dos por la nueva vialidad.
Si la obra es para el beneficio colectivo y sigue beneficiando a los propietarios de los terrenos por donde pasará, indudablemente nadie pierde y, por el contrario, todos salen ganando.
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Hoy es domingo de Supertazón y buen pretexto para las reuniones en familia, amigos y vecinos; pero también para tomar todas a las precauciones sanitarias para evitar contagios de Covid-19, o difícilmente remontaremos el semáforo epidemiológico de alto riesgo y nos estaremos acercando a una crisis irreversible.
Lo vimos y vivimos en las pasadas fiestas decembrinas, cuando echamos las campanas al vuelo y dimos rienda suelta a las celebraciones, sin cuidar las formas ni las normas sanitarias.
Después de la temporada navideña, entramos en una etapa igual de critica a las vividas en el 2020, con la ola de contagios y muertes al alza, así como las hospitalizaciones, que nos regresaron a las restricciones y obligaron a las autoridades estatales a postergar, hasta en dos ocasiones, el regreso a clases presenciales.
Siguiendo la tradición de la final del futbol americano, que une a muchas familias fronterizas para disfrutar del partido, viéndolo en grupos en las casas, en salones privados, en antros y restaurantes, es importante que todos recuerden que el peligro del coronavirus no ha terminado, que está en todas partes, invisible, esperando la mínima oportunidad para colarse y causar estragos.
Esa oportunidad se le presenta a la enfermedad en este tipo de reuniones, precisamente porque se descuidan hasta las mínimas medidas de protección.
A partir de las 16:30 horas, veremos las calles de Juárez vacías y los negocios repletos de aficionados y familias, disfrutando las emociones del juego de Bengalíes contra Carneros. ¿Acaso podemos confiar en que la lección de diciembre se aprendió y el descuido no volverá a ocurrir?
Si lo que nos pasó después de diciembre, con el alza en la pandemia, fue consecuencia de la naturaleza humana, cuando el ambiente festivo, de copas, celebración y buena compañía, superó los miedos y relajó las precauciones; entonces debemos esperar que la lección haya sido aprendida y no tengamos que volver al confinamiento.
Hay que disfrutar el futbol americano con la prudencia que exigen las circunstancias que estamos viviendo. De lo contrario, el Covid-19 nos hará un touchdown.