Decenas de migrantes de diferentes nacionalidades, pero principalmente venezolanos, deambulan por las calles de Juárez en busca de ayuda en los cruceros para comer, mientras esperan que en los acuerdos de los presidentes de México y los Estados Unidos surja un rayo de esperanza que les permita obtener la visa humanitaria del país vecino.
Es en las calles del centro de la ciudad, en cruceros de las avenidas Américas, Lincoln y López Mateos, así como en las filas de los puentes internacionales Paso del Norte y Córdova, donde se concentran los migrantes en parejas, con sus niños de la mano y ofreciendo dulces a cambio de algunas monedas.
Siempre respetuosos, pero temerosos de recibir una grosería o agresión, los extranjeros desplazados de sus países de origen, no han sido auxiliados como lo presumió el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño Yáñez, cuando el sábado pasado arribó a la frontera encabezando un contingente de 200 agentes “para desplegar acciones de apoyo y asistencia a las personas migrantes”.
Después de la visita del presidente Biden a El Paso, el domingo pasado, quedó muy claro que los agentes mexicanos fueron enviados a la frontera solamente para contener el flujo de migrantes, mientras durara la visita presidencial a la vecina ciudad y culminara la cumbre en la Ciudad de México.
Sin embargo, a todos los migrantes que alejaron del muro y desalojaron del bordo del río, no los reubicaron a los supuestos albergues que tenían preparados para protegerlos del frío y alimentarlos.
Los mismos extranjeros lo comentan, porque los trataron con rudeza como si fueran delincuentes, los persiguieron y les retiraron el apoyo que organizaciones cristianas les llevaban al límite de la frontera, obligándoles a irse a los cruceros a mendigar.
Ahora las calles de Juárez anidan esas tragedias que viven cientos de migrantes.
Los hechos no dejan mentir y ahora, como siempre ha ocurrido en este tema, serán otra vez los gobiernos locales y las organizaciones no gubernamentales los que asuman la responsabilidad de protegerlos y alimentarlos durante su estadía en la ciudad.
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Por otro lado, mientras que en el Congreso de la Unión diputados y senadores siguen gastando saliva en discursos inútiles, y no constatan personalmente la dimensión de la crisis migrante que se vive en la frontera norte; en suelo estadounidense les ponen el ejemplo con la reunión que senadores republicanos y demócratas tuvieron con autoridades locales y organizaciones civiles, para atender con enfoque humanitario el problema.
Fue el lunes pasado por la tarde, en la escuela Basset de El Paso, convertida en el Centro de Operaciones de Emergencia para Migrantes, donde los senadores de Texas, Arizona, Kansas, Carolina del Norte, Delaware y Connecticut, se reunieron con el alcalde Oscar Leeser, con el juez Ricardo Samaniego, con representantes del ejército, con el obispo de la Iglesia Católica, con los alguaciles, con la Cruz Roja, con el director Seguridad Pública de Texas, y con los directivos de la organización Borderplex Alliance, para analizar el complejo problema que llegó a la ciudad y la puso en condición de emergencia.
Los senadores fueron encabezados por el representante de Texas John Cornyn, quien al final admitió que, para atender la crisis, necesitan revisar las leyes obsoletas de migración y adoptar un sistema seguro, ordenado, humano y legal.
Nada que no se haya dicho antes, acordaron en la mesa redonda de trabajo, pero a diferencia de sus homólogos mexicanos, los legisladores estadounidenses mostraron interés y preocupación, pues se trasladaron desde sus cómodas oficinas en Washington hasta la frontera, para conocer el problema en vivo y a todo color.
Todo lo contrario, han hecho nuestros diputados federales y senadores, que están más preocupados en amarrar sus reelecciones el próximo año, que ver una realidad que lacera muchas vidas y colapsa al Gobierno local, al que la Federación ha dejado solo con la crisis.
Ni modo que digan que no vienen a Juárez porque están pendientes de los acuerdos de la cumbre de los tres amigos, donde al final de tanto show mediático, lo único real que acordaron los presidentes de México y Estados Unidos, fue la creación de un portal para dar orientación vía internet a los migrantes, así como instalar centros de información en la frontera sur.
A ver si ahora, que ya terminó la faramallera cumbre, se dignan a ensuciarse los zapatos en Juárez o cuando menos le exigen cuentas al comisionado del Instituto Nacional de Migración, sobre los resultados de la supuesta ayuda humanitaria que vino a dar, junto con dos centenares de agentes que le cuestan muchos millones de pesos al erario federal como para que solo vengan en plan de turistas.
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Auguran los morenistas radicales de Chihuahua, que el nombramiento del diputado chiapaneco Miguel Prado de los Santos, como delegado del canciller Marcelo Ebrard en el Estado, para la organización del trabajo proselitista rumbo al 2024, solamente le va a generar un caos con las organizaciones que ya han estado trabajando y no admiten que un foráneo venga a hacer caravana con sombrero ajeno.
Por lo mismo, la inclusión del exmilitante del Partido Verde, comisionado para la tarea de arrimarle adeptos al secretario “corcholata”, que se disputa la candidatura en cerrada carrera parejera con Claudia Sheinbaum, la pesadilla del metro, podría restarle más que sumarle, si no alinea al trabajo que ya han estado realizando otros operadores marcelistas.
Ahí están, por un lado, la diputada federal Mayté Vargas, quien ha coordinado las visitas que ha realizado a la entidad el secretario de Relaciones Exteriores y divulgó la semana pasada, que fue nombrada coordinadora de la precampaña en la entidad.
Sin embargo, la aparición de Prado de los Santos en el escenario chihuahuense, como el representante personal de Ebrard, vino a opacar los reflectores que ya tenía encendidos la joven diputada juarense, que no tendrá mucha experiencia en el trabajo proselitista, pero ha hecho buenas alianzas con organizaciones y medios.
Aparte de los dos diputados, está la organización Avanzada Nacional, que encabeza en Chihuahua Hellen García, quien ha presumido un padrón de más de 4 mil simpatizantes marcelistas con el trabajo que están realizando en los principales municipios de la entidad.
Avanzada Nacional ha divulgado que cuenta con representantes distritales en todo el país y lo más importante, es que, son seguidores de la sociedad civil que no militan en Morena.
También está, en medio de esta lucha de egos, la organización Diálogos Progresistas, que comanda a nivel nacional Salomón Rosas, quien asegura tener presencia en 90 de las más importantes ciudades del país, incluyendo Ciudad Juárez y Chihuahua.
Con estas dos organizaciones y con la diputada federal Vargas, tendrá que lidiar Miguel Prado, para rendirle un parte de novedades favorable a su amigo el Canciller, de lo contrario, todos estarán pisándose las mangueras y se les colarán los operadores de la corcholata favorita de Palacio Nacional, que hasta el momento solo es un fantasma en el ánimo de los electores, que solo la ven destacar en las redes sociales y noticias locales, por los desastres del metro, en la Ciudad de México.
La que sí debe estar contenta por la grilla y división que se puede dar entre los marcelistas, es la despistada síndica Esther Mejía, que aparte de autonombrarse coordinadora de Claudia Sheinbaum en Juárez, no ha hecho nada para arrimarle nuevos simpatizantes y se mantiene como el chinito… solo milando.
Don Mirone