El partido Morena terminó por definir cuál será el tema central de la próxima campaña electoral en Juárez: la corrupción.
Al menos dejó clara la bandera que enarbolará la oposición a la 4T. Cruz Pérez Cuéllar tendrá que ir a pedir el voto para su reelección con al menos siete denuncias penales a cuestas por presuntos hechos de corrupción. Más las que se acumulen.
Ayer mismo se anunció una octava denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción, por parte de Plan Estratégico de Juárez, en torno a la entrega de 2 contratos por 17.5 millones de pesos, para mantenimiento mecánico de vehículos municipales, a favor del socio de una funcionaria del alcalde.
Con la publicación de las listas palomeadas por la Comisión Nacional de Elecciones, el expanista y exemecista libró el momento crítico al interior del partido al que chapulineó en 2021, luego de que múltiples voces de la base militante y algunos cuadros partidistas hicieron fuertes pronunciamientos en su contra, llamándolo “corrupto“ y “represor”, además de “arribista”.
La confirmación de su postulación para un segundo periodo llegó en el clímax de la inconformidad que desató la detención, con uso abusivo de la fuerza, de un grupo de militantes, activistas y académicos que protestaban el domingo, justo en el fraccionamiento exclusivo al que se mudó recientemente, hecho que generó una de las denuncias penales en su contra por enriquecimiento ilícito.
Avalada su candidatura por Morena, no faltan ahora los señalamientos en contra de los dirigentes que palomearon su designación, como Mario Delgado, el presidente nacional del partido guinda. Hay mucho decepción porque en ese partido ha dejado de importar la militancia.
“Mario Delgado, quien antes del 2018 le aplaudió al régimen neoliberal todas las reformas del llamado Pacto por México, ahora se convirtió en un agente de colocaciones, a favor del más corrupto (postor)”, escribió en sus redes Carlos Gutiérrez Casas, uno de los fundadores de Morena y persistente detractor del alcalde juarense.
También acusó fraude en el proceso de selección de las candidaturas y advirtió que “al paso que vamos, Morena se convertirá en un partido de reparto de plazas entre amigos o cómplices de la corrupción. Claudia Sheinbaum se va a quedar sola, sin respaldo ideológico, solo intereses de grupo”.
Ahora sí que el abogado derechohumanista no dejó títere con cabeza en sus conclusiones: “Todos/as los candidatos/as de Morena, en Chihuahua, componendas entre el corrupto Delgado y la corrupta Montiel”.
La celebración estuvo, desde luego, del lado del alcalde, sus seguidores y sus funcionarios. El propio Pérez Cuéllar lo festejó con el siguiente post tempranero: “Feliz, feliz, feliz porque en equipo vamos a seguir el camino de cambio y transformación en Juárez. No les voy a fallar. ¡Viva Juárez!”, escribió el presidente municipal.
Sin embargo, ahora viene lo más interesante de todo este entuerto. Después de haber librado la definición interna, toca ver cómo salvará Cruz las denuncias que se mantienen aletargadas, pero vivas en la Fiscalía Anticorrupción que encabeza el panista Abelardo “El Bayo” Valenzuela.
Luego de que Delgado y la propia candidata presidencial Claudia Sheinbaum dejaron pasar a Cruz, la que queda en el ojo del huracán es la Fiscalía Anticorrupción de Valenzuela, que a medio año de interpuestas las denuncias aún no ha dicho esta boca es mía. Mucho se habla de conflictos de interés y complicidades. Ya veremos si los hechos lo confirman o lo refutan.
El expediente de la corrupción política no es caso cerrado. Menos cuando apenas va a arrancar la campaña.
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Definida la postulación de Cruz Pérez Cuéllar para la reelección por Morena, la disputa por la alcaldía será entonces entre el actual presidente municipal y el abanderado del Frente Amplio por México, Rogelio Loya Luna.
Cruz y Rogelio se conocen muy bien. Han sido amigos por muchos años y quizás todavía lo son. Juntos empezaron su carrera política en las juventudes panistas universitarias y se iniciaron en el servicio público en 1992, como colaboradores de Ramón Galindo Noriega, cuando éste llegó a la Dirección de Desarrollo Social con Francisco Villarreal Torres. Desde aquellos años en la Dirección de Organización Social, se forjaron en la operación del territorio, lo que hasta hoy sigue siendo, para los dos, uno de sus mayores activos.
Esa amistad podría jugar ahora en contra de Rogelio Loya, ya que el panista no ha mostrado, hasta ahora, un posicionamiento duro contra Pérez Cuéllar en los temas que se supone son el talón de Aquiles del nuevo morenista, como ocurre con los señalamientos y denuncias por presuntos hechos de corrupción.
Tampoco de Cruz, quien suele ser pendenciero, se ha conocido capítulo alguno de pleito con Loya Luna. El propio Rogelio comenta que Cruz ha dicho que al único que le reconoce posibilidades de competirle en territorio, es precisamente a él, porque sabe de su historial de operación con liderazgos en las colonias de Juárez, sus vínculos y redes, aparte de su trabajo interno con la base militante, en este caso los delegados blanquiazules.
Incluso los ahora aliados tricolores del PAN le reconocen a Loya su capacidad de operación electoral y la construcción de amistades y redes de apoyo durante su carrera política. Trae bastante camino recorrido. Ya fue diputado y regidor, por eso salió arriba en las encuestas del Frente. Además, la Recaudación de Rentas le ha permitido posicionarse y seguir haciendo amigos.
En posición de retador y no favorito, se esperaría que Rogelio saliera con todo. Ya se verá si tiene con qué, cuando inicien las campañas en la última semana de abril. Nada más tendrá 35 días para ver si puede hacer mella en un Pérez Cuéllar que arrancará como claro favorito, sobre todo por la marca que actualmente lo patrocina.
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La Comisión Estatal de Derechos Humanos, la CEDH, recibió ya la queja de parte de los manifestantes que el domingo pasado fueron detenidos y encarcelados por realizar una manifestación de protesta en la calle, a las afueras de una reja de un sector de El Campestre.
Nos informan que, desde el domingo pasado, cuando las ocho personas detenidas permanecían recluidas en la llamada “Cárcel de piedra”, los enviados de Néstor Armendáriz estuvieron atentos y bien dispuestos a recibir la queja, ya fuera en colectivo o, si lo preferían, que cada uno en lo individual lo hiciera.
Sin embargo, fue hasta ayer cuando hicieron un solo documento que analizará la CEDH, de donde podría salir una recomendación por probables actos de autoridad de parte de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Juárez por un uso abusivo de la fuerza.
Como sabemos, las recomendaciones de la CEDH, al igual que las de su hermana mayor, la CNDH, no salen precisamente con rapidez y oportunidad, así que bien podemos esperar sentados.
Sin embargo, no está fuera del alcance el hecho de que tamaño coscorrón salga cuando el alcalde Cruz Pérez Cuellar ande bien encampañado, pidiendo el voto a diestra y siniestra para que el electorado juarense le renueve el contrato por otros tres años.
Lo delicado del caso es que, en una de esas, y la respuesta le toca al suplente, Martín Chaparro, exdirigente estatal de Morena.
Si es así, a él le tocaría decidir si la acepta o no, y si opta por lo segundo, enfrentar la posibilidad de ser llamado por el Congreso del Estado para que, frente al Pleno del Poder Legislativo, explique por qué bateó una recomendación que va dirigida a proteger a quienes ejercer el sacrosanto derecho a expresar su opinión, gústele o no a la autoridad.
El caso es que los frentes se la abren a Crucito, pero eso parece no importarle a la dirigencia morenista. Mírenlos, cómo le renovaron la candidatura, sin explicar a nadie a qué horas hicieron las dichosas encuestas que, supuestamente, iban a aplicar para definir candidaturas.
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Al mismo tiempo en que se dieron a conocer las listas de los candidatos de alcaldías pendientes, se publicó quiénes fueron los favorecidos para las diputaciones en el Congreso del Estado.
En ese espacio, casi todo el poder se reservó para el grupo compacto que responde a Ariadna Montiel, la secretaria de Bienestar a la que le opera en Chihuahua la dirigente estatal de Morena, Brighite Granados.
Al menos en el caso de Juárez, los diputados que estaban en condición legal de buscar un segundo periodo, lo consiguieron, salvo Jael Argüelles, la diputada que brincó a Morena cuando se hartó de la forma de operar y centavear del PT. Su distrito le tocó a la franquicia de los Aguilar a la hora de las alianzas y pues claro que no se lo iban a dejar a ella.
Así que van por la reelección la académica de la UACJ, Leticia Ortega Máynez (02); el abogado y docente siempre vinculado al magisterio, Oscar Avitia Arellanes (03); la expresentadora de noticias, Rosana Díaz (04); el abogado y coordinador de la fracción, Cuauhtémoc Estrada Sotelo; la activista Magdalena Rentería Pérez (09) y la empresaria y expanista, María Antonieta Pérez Reyes (10).
Ellos trabajaron en la precampaña de Claudia Sheinbaum y sin problema amarraron la postulación para la reelección. En el Distrito 07, donde ya no pudo repetir Gustavo de la Rosa porque tenía ya dos periodos, le hicieron espacio a Elizabeth Guzmán Argueta. Lizzy deberá renunciar a la dirección regional de Bienestar en Juárez para irse a la campaña.
Otro que amarró candidatura como operador de Ariadna Montiel, es el periodista Pedro Torres Estrada, quien va por el Distrito 05 que hoy está en manos de Marisela Terrazas, la panista que buscará la diputación federal en el Distrito 04. Pedro ya fue diputado local en la LXV Legislatura y va ahora por el único distrito local de Juárez que perdió Morena en el 2021.