Lo que se juegan los abogados defensores de César Dee Jay con eso de presentar un recurso en contra de la jueza Delia Valentina Meléndez es prácticamente un último tiro, a ver si le sale, para lograr al menos un cambio de baraja y tener la oportunidad de salir de San Guillermo.
Según el comunicado que se ha difundido en medios de comunicación de la capital, los abogados del exgobernador denunciarán a la jueza en cuestión porque, según dicen ellos, cometió agravios en contra de su representado, al impedirle ejercer diversos derechos durante la audiencia celebrada el pasado jueves 30 de noviembre.
Los promotores de la “recusación” son los postulantes Juan Carlos Mendoza Luján, Héctor Villasana Ramírez, Jaime Terán Ruiz, Enrique Eduardo Muñoz, Irving Anchondo Valdez y Carlos Alberto López Armendáriz, todos ellos, miembros del equipo de defensa del político ballezano.
Especialistas consultados por esta comunicativa columnista nos comentan que más parece una “patada de ahogado” que un auténtico recurso de defensa para pedir cambio de juzgador.
Nos dicen que es un truco “muy viejo y muy sucio” el de alborotar la audiencia para que el juez ordene el desalojo o reprenda al acusado, de modo que este reclame agravios en su contra y pida el cambio.
Más o menos es lo que ocurrió el jueves, cuando Dee Jay le reclamó su fallo a la jueza y luego se negó a dejar la sala cuando ella se lo pidió.
Los especialistas consultados aseguran que las causales de recusación están claramente establecidas en el Código Nacional de Procedimientos Penales, en su artículo 37, y que no tienen nada que ver con los actos reclamados por los defensores del exmandatario.
Así que, poco a poco se van acabando las municiones, y eso que apenas es una de las causas penales en su contra, la de presuntos actos de asociación delictuosa y peculado, ambos agravados. Falta la otra, la número 1260/2017, por un supuesto desvío de 120 millones de pesos.
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La crema y nata del Movimiento Estatal de Mujeres se reunió con las tres jueces que tienen en vilo a la actual administración del Tribunal Superior de Justicia Administrativa.
En la fotografía aparecen la exdiputada local por el PAN, Blanca Gámez Caballero, acaso la única aliada panista que le queda a Javier Corral; la comunicadora Dora Villalobos, Martha Graciela Ramos, de Mujeres por México A.C. y Martha González Rentería, Centro de Atención a la Mujer Trabajadora A.C.
Enseguida, la juez que tiene todo detenido, porque el amparo que promovió en contra de la integración de las ternas para nombrar magistraturas vacantes del Poder Judicial ya está en calidad de definitiva.
Se trata de Alejandra Ramos, Jueza Penal del Distrito Morelos (de Chihuahua, pues), quien clama por la protección de sus derechos, pues se le impidió participar en la contienda por ocupar la II Sala Penal Regional de Juárez debido a que no es “externa” al Poder Judicial.
También estaba la jueza Perla Ruiz, del Distrito Morelos y enseguida de ella, en la cabecera de la mesa, la extitular del Instituto Chihuahuense de las Mujeres durante el gobierno de Javier Corral, Emma Saldaña.
En el otro lado de la mesa, Rosa María Sáenz, Abogadas Demócratas A.C.; Isabel Encerrado, titular de la Unidad de Género, Secretaría de Desarrollo Humano y Bienestar Común, o sea, 4T; Erika Mendoza, exencargada de despacho de la Secretaría de Cultura en el gobierno corralista. También fue aspirante a magistrada, pero no pasó la prueba de ácido del Congreso y quedó fuera de la terna.
En la parte final de la fila, estaba Karla Arellano, directora de Fátima IBP y ¡cómo iba a faltar!, Sabela Asiain, jueza Décimo de los Familiar, quien se ha convertido en la némesis del consejero de la Judicatura Luis Villegas Montes.
La reunión, según el texto que acompañó a la foto que difundió Dora Villalobos en su espacio de Facebook, fue de “mujeres empoderadas que están luchando en contra de decisiones antidemocráticas y patriarcales que están tomando el Poder Judicial del Estado de Chihuahua”.
¿Corralistas habemus? Pagamos por ver, porque a estas alturas, Javier Corral difícilmente llenaría un elevador, mucho más una mesa de discusión.
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Susanita Prieto se quiere bajar, pero no la dejan. Sus aliados y amigos le ven posibilidades “reales”, como luego se dice en el argot de la política y le piden que siga adelante, contra todo y contra tod@s.
La propia diputada federal morenista por Chihuahua ha expresado que se quiso salir de la contienda al ver que prácticamente la tienen “borrada”, que sus compañeras de partido “pagan” encuestas y otras, de plano, la ignoran.
Sobre todo, eso de que la dirigente estatal, Brighite Granados de la Rosa nada más tenga ojos para los aspirantes que apoya Ariadna Montiel Reyes, la secretaria del Bienestar de la 4T que la hace de “manager” de la bancada morenista en el Congreso del Estado.
Y pues así ni cómo competir. No le falta razón a la siempre polémica diputada federal y abogada laboralista, quien sigue empujando la reforma laboral para establecer la jornada de 40 horas a la semana, que es todo un platillo de lujo para cualquier campaña.
A la fecha, el nombre de Susana Prieto sigue en las listas de aspirantes, pero no en las “buenas”, en las de los acuerdos tenebrosos que harán los partidos, y más ahora que están coaligados. Sin embargo, una parte de la militancia “de a pie” la apoya y por eso no va a rajar leña, eso dice.
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El rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Luisito Rivera Campos, anda que no cabe de contento porque sus Águilas ganaron el campeonato nacional de la Conferencia Nacional de la Onefa, y lo proclama como si hubieran obtenido el triunfo en el Super Bowl.
Dice, con bombo y platillo, que ese bicampeonato que acaban de lograr, tras vencer al ITESM, campus Querétaro, les valdrá para “subir de categoría” y jugar en la división máxima de la Organización Nacional de Futbol Americano –la Onefa– en la temporada próxima.
¡Bien por los jugadores y cuerpo técnico de las Águilas, y felicidades por su triunfo! Felicidades por su ascenso de categoría, pero, ahora habrá que pedirle a Luisito “Sport Billy” que suba de rango a la UACH, pero en el ámbito académico, porque ahí andamos muy, muy lejos de los primeros lugares.
Según el ranking de la firma Mextudia, la universidad chihuahuense se encuentra en el lugar número 27, o sea que, si fuera torneo de la Liga MX, andaríamos en la Liga de Expansión.
Según la misma empresa, al alumno le cuesta nada más y nada menos que 12 mil 59 pesos estudiar una carrera, si se toma en cuenta el cobro de la cuota fija de licenciatura, que es de 950 pesos; Inscripción semestral, otros mil 341 y por un “curso de inducción” al inicio de la carrera se cobran otros 4 mil 030 “del águila”.
Digo, se necesitan los del “águila” para financiar un proyecto como el de las Águilas, porque eso cuesta, y mucho.
Porque, además del dinero que cuesta equipar a cada uno de los 50 jugadores que integran el plantel, más los viajes y todos los otros arrimadijos, ahora vamos –sí, vamos– a tener qué gastar en remodelar su viejo estadio “Nido de Águilas”, que está hecho un breñal.
Una vez más, suerte para las Águilas en su aventura como equipo de la Liga Mayor, pero ahora que nos suban a la primera división de las universidades, pero en el ámbito académico.