Vaya que al alcalde con licencia y candidato morenista para la reelección, Cruz Pérez Cuéllar, le da mucho por buscar hacer pactos hasta con el diablo, cuando se trata de tener aliados para lograr sus distintos objetivos.
Se acordó Mirone de ese recurso de cuento o fábula al ver las fotos de su evento masivo de cierre de campaña en las que aparecen las lonas de la Unión de Transportistas Asociación Civil (Untrac) que encabeza Matías Prieto.
Prieto es bien conocido por sus prácticas gansteriles para mantener y extender su negocio de transporte, tanto en el servicio urbano de pasajeros, como en el transporte especial para maquiladoras. Si algo caracteriza los camiones que pone a funcionar la Untrac, es que carecen de placas y muchas de las veces operan sin concesiones o permisos. Hoy se distinguen algunas de las unidades por traer propaganda crucista.
Prieto es además el rey de los taxis piratas. Siempre ha sido un dolor de cabeza para las autoridades estatales de Transporte que en general lo han tolerado, porque siempre amaga con hacer arder la ciudad si lo obligan a entrar al redil.
Ha sido también el mayor opositor al programa de modernización de las unidades y detractor del sistema de transporte masivo BRT. Así que en ese último punto coincidió con Cruz Pérez Cuéllar, que ahora lo hizo su aliado. No sabe bien este Don si además Matías se volvió su patrocinador, porque lana sí hay en la Untrac, pero el caso es que se apoyan mutuamente.
Prieto es un dirigente bastante peculiar. A veces sin pelos en la lengua. Hay quienes lo han escuchado decir que a él lo apoya “la gente de El Valle”, y por eso también se da a temer.
Trascendió que en algún momento le atorarían en la Fiscalía General del Estado con algunas carpetas de investigación, en casos de lesiones y daños, cuando le dio por desplazar a la fuerza a taxistas bien establecidos. También algún caso de falsificación de documentos relacionados a concesiones o permisos, pero nunca procedieron. Transporte Público tampoco le entró, pero de que tiene con qué, no hay duda.
A lo mejor y hasta por esos pendientes es que se acercó el dirigente de Untrac con el neomorenista Cruz. A ver quién protege a quién. Total que entre tanto pacto oscuro, ahora sí, ¡que Dios nos agarre confesados!
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A los organismos electorales les podemos aplicar ese refrán tan popular en nuestro país que dice: “Tarde, pero seguro”.
Esto, porque a unos cuantos días de que se celebre la jornada electoral más grande de la historia, salieron a explicarle a la comunidad en general cómo emitir su voto.
Y es que parece sencillo, pero en un proceso de suyo complicado, donde convergen elecciones locales y federales, y donde al menos dos candidaturas a la Presidencia de la República llegan postuladas por más de un partido, el cruce de la boleta se puede volver complicado, no solo para quien ejerce el voto, sino también para el que lo cuenta.
Esta semana, el INE, el IEE y el propio Tribunal Estatal Electoral emitieron sendos comunicados dirigidos a los más de 3 millones de probables votantes del estado de Chihuahua, en el cual explican cómo votar.
Lo que se les olvidó recomendarle al electorado es que, de preferencia, crucen solo un recuadro y dejen de complicarle la vida a las personas encargadas de hacer el cómputo final.
Por ejemplo, se pueden cruzar los recuadros de los partidos de una misma coalición y el voto sería válido.
Por lo demás, vale resaltar que la “tachita” no es la única forma de votar. También se pude poner una palomita, un punto o cualquier otro signo que deje en claro la intención del voto. Esto, siempre y cuando no se vote por más de un candidato.
Sí, el problema viene cuando ese voto se tiene que asignar a un partido para efectos de calcular su porcentaje de votación y, a partir de este, las prerrogativas que recibirá y los cargos de representación proporcional que podría alcanzar.
¿A cuál de los tres se lo asignamos? ¿Al que le cargaron más el crayón? ¿Al que aparece primero en la boleta? ¿Al más antiguo? Buena pregunta.
Después de meses y meses de campañas, precampañas y demás, hubiera sido mejor que los órganos electorales llamaran a los votantes a ejercer su derecho al voto, pero también, a “tachar” un solo recuadro. No hay qué ser, apiádense de los funcionarios de casilla.
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La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, le tiene dos noticias a Ciudad Juárez, ya lo saben: la buena y la mala.
Primero, la buena. Tiene “medalla de bronce”, en materia de formalidad laboral, pues ocupa el tercer lugar a nivel nacional, solo superado por Chihuahua, medalla de plata, y Saltillo, Coahuila, que se llevó el oro.
Estas tres ciudades norteñas fueron las que registraron el menor índice de trabajadores en la informalidad, con registros que quedaron muy por debajo del promedio nacional, que es de 42.8 por ciento.
Bien por Juárez, e igual por la capital: sus trabajadores están en la formalidad, reportan al IMSS y al SAT, tienen fondo para vivienda y un dinerito en la Afore.
Ese es precisamente el punto que sigue a discutir, si el hecho de que las dos ciudades más grandes del estado anden con altos índices de formalidad no obliga a las autoridades federales a mejorar las aportaciones y participaciones para Chihuahua.
Porque, la gran mayoría de los 744 mil 668 trabajadores juarenses le aportan al SAT vía Impuesto Sobre la Renta, así como al IMSS, al Infonavit y al Gobierno del Estado a través del Impuesto Sobre Nóminas que pagan los patrones.
Bien vale pedir que aumenten el “kórima” a las ciudades que sí hacen la tarea y hacen el gasto de mantener a su población trabajadora en la formalidad.
Ahora va la mala: el 40 por ciento de los trabajadores juarenses se encuentran en lo que se llama “condiciones críticas de trabajo”.
Esto qué significa: que cuatro de cada 10, o trabaja menos de 35 horas a la semana, o más de 48, lo cual en ambos casos es una situación crítica.
También están los que trabajan más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo.
Ahí está la tarea pendiente: ya subieron el salario mínimo para la frontera, ahora que mejoren las condiciones de la población trabajadora y le den a Juárez al menos una “piscacha” de lo que le deben.
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Dicen que para ganar una elección hay que gastar mucha suela. Si alguien quiere convencer a la ciudadanía de que es la mejor opción, no bastan las inserciones de publicidad en las redes sociales, mucho menos las encuestas pagadas.
En ese sentido, ha sido interesante la campaña de la candidata a diputada por el Partido Revolucionario Institucional, Isamar Valadez Enríquez, con su suplente Yajhany González. Las dos buscan ser las más votadas por el Distrito 06 local, situado al poniente de la ciudad.
Decimos que resulta interesante ya que, si bien el PRI es considerado en vías de extinción, aún cuenta con personas que mantienen sus convicciones y han decidido ir cuesta arriba antes de dar el chapulinazo y competir por otras siglas.
Isamar es de esos casos raros. Su ímpetu y alegría, pero a la par su compromiso y dedicación para los temas que le importan al ciudadano juarense, han sido su carta de presentación. Se la ha llevado casa por casa, en las más de 50 colonias que ha recorrido.
El poniente de la ciudad, se ha caracterizado históricamente por la carencia de servicios, especialmente los que se relacionan con seguridad, pavimentación y servicios públicos. Es por allí donde Isamar ha gastado suela a ritmo del rap que le compuso el rapero Dani.
En su perfil de Facebook se pueden encontrar muestras de apoyo, además de denuncias, como la que hicieron vecinos de la colonia Pánfilo Natera contra candidatos de otros partidos por pintar sus bardas sin su consentimiento.
En los recorridos se dio cuenta de que los habitantes de esas colonias son gente trabajadora y aguerrida, raza bien curtida a la que ya no le pueden dar atole con el dedo.
Si resulta electa, Isamar Valadez le tendrá que cumplir a colonias como la Primero de Mayo, Acacias, Ampliación Palo Chino, Andrés Figueroa, Azteca, Ciudad Moderna, Colinas de Juárez, Condominios García, Constituyentes, División del Norte, Electricistas, entre muchas otras, nada más para que se dé una idea del trompo que se echó a la uña.
Por lo visto, Valadez Enríquez es entrona y se ha ido ganando la confianza de la gente, principalmente por llegar a zonas donde otros aspirantes no han ingresado por décadas, y los que lo han hecho, jamás han regresado, una vez que ganan.