Ignominia es la única palabra que puede describir el tremendo ridículo que hicieron los mandos de la Aduana Mexicana y de la Guardia Nacional, ante la despreocupada incursión armada de un policía texano a suelo mexicano por el puente internacional Córdova- Américas, en la persecución de una automovilista.

Aunque ahora salgan a decir en la Aduana que el agente fue detenido durante dos horas, hasta que se le permitió regresar al vecino país sin mayor problema, lo cierto es que a estas horas el prepotente agente “Trooper” de la policía estatal de Texas, se ha de estar riendo de lo lindo de su travesura, y lejos de ser sancionado por haber violado la frontera mexicana, cínico y armado, y ante las narices de militares, quizá hasta se haya ganado un ascenso.

Aunque el incidente representó una flagrante violación a la soberanía y a las leyes internacionales, las autoridades federales mexicanas minimizaron el hecho y le restaron importancia, por el supuesto desconocimiento de los límites de la frontera que tenía el agente policiaco, un estulto argumento que ofende la inteligencia más elemental.

De vergüenza ajena el tremendo oso que hicieron los de la GN el sábado pasado, ante el hoy conocido como Masiosare, por aquellas de hacerle honor al estribillo del himno nacional, vino, apuntó con su arma y costaleó a un automovilista y se regresó como si nada.

Lejos de verse una actuación que regresara un poquito la dignidad al uniforme que portan, a los elementos federales poco les faltó para tomarse una selfie con el intruso, que como buen Masiosare, quebró todas las leyes posibles y se regresó a su país tan campante luego de vulnerar la soberanía nacional.

En los videos, porque hay al menos un par, se ve a elementos en el puente tranquilos y observando la escena que se dio al más puro estilo de Hollywood.

Bueno, hasta el delegado de Bienestar, Juan Carlos Loera, que va a todas las piñatas, metió su cuchara en el asunto y opinó que la violación a suelo nacional es intrascendente, siguiéndole el juego a la postura de los mandos militares.

Pero nadie en su sano juicio se traga el hecho de que es intrascendente y de que el Trooper no sabía que había rebasado la frontera, porque tuvo que cruzar por un lado de las garitas del CBP y cuando bajó la joroba del puente, esperó que la barra de acceso al recinto fiscal de la Aduana Mexicana le diera acceso.

Luego, vio a todos los elementos de la Guardia Nacional en las estaciones aduanales mexicanas y, a pesar de ello, desenfundó su arma, amagó al ebrio fugitivo, lo sacó con violencia de su auto, lo esposó en el suelo y luego lo regresó maniatado a su vehículo.

Lo peor de todo, es que esto lo hizo en presencia de los uniformados mexicanos, quienes lo veían con azoro mientras hacían llamadas telefónicas, pero no le decían nada y mucho menos trataron de desarmarlo, o detenerlo, como era su obligación hacerlo.

Para eso es la presencia de la Guardia Nacional en los puentes internacionales, para salvaguardar los recintos federales y el territorio nacional, no para adornar con sus camuflados uniformes las garitas de revisión fiscal.

Si la soberanía de un país es la facultad de implantar y ejercer su autoridad sobre el territorio de su jurisdicción nacional, y para ello se crean límites definidos en porciones de tierra, agua y aire, que se deben respetar, no se entiende la actitud servil y sumisa del Gobierno federal, el mismo que por momentos se muestra muy bravo y desafiante ante las críticas de los republicanos, pero que no tarda en ponerse las rodilleras hidráulicas y el bozal cuando se trata de hacer valer el respeto a nuestra frontera.

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En donde ya pronto comenzarán a repartir crayolas es en los puentes internacionales, y no crea estimado lector que son para entretener a sus infantes mientras se pasan las horas en los cruces de ida y/o vuelta a El Paso- Juárez, sino para pintarles la carita a los elementos de la Guardia Nacional.

Sí señores, porque al parecer están solo pintados ante sendas incursiones que se han visto en semanas recientes, la primera por parte de una multitud de migrantes que prácticamente pasaron encima de los guardianes mexicanos el pasado 12 de marzo.

En esa ocasión cientos de venezolanos se apoderaron, sin ninguna resistencia por parte de la autoridad mexicana, del Puente Internacional Paso del Norte. A diferencia de los elementos del lado estadounidense que defendieron su territorio y no los dejaron avanzar ni un centímetro a los miles de congregados en el puente, principalmente de origen venezolano, a los uniformados de la GN en el lado de Juárez, poco les faltó para dejar su puesto de vigilancia e irse por un agua fresca para ver bien el chisme en la joroba que divide (¿o une?) a México con los Estados Unidos.

Quisiera este Mirone ser un exagerado, pero ahí están los videos que le dieron la vuelta al mundo de la toma del puente, en el que, sin ninguna instrucción, simplemente dejaron pasar la estampida humana y casi nada más les faltó que se persignaran.

Usté dirá estimado lector, que atendiendo a lo mejor a los derechos humanos y de movilidad fue que los exmilitares que conforman la poco agraciada Guardia dejaron pasar al tumulto, pero lo cierto es que se dieron una exhibidota por una clara ausencia de protocolos ante ese tipo de situaciones que si bien, pueden ser atípicas, cada vez se están convirtiendo en recurrentes por parte de las personas en movilidad.

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Felices, disfrutando el sol y la arena de La Paz, Baja California, se vieron en las redes sociales los regidores de Morena del Ayuntamiento de Juárez que, con el pretexto de una reunión de administraciones municipales digitales, asistieron a una concentración partidista y de pasó se la pasaron de lujo en las paradisíacas playas.

Los regidores de la fracción edilicia se fueron el pasado jueves y regresarán este martes para reintegrarse a la sesión de cabildo del miércoles, aunque las reuniones previas de las comisiones les valieron un soberano cacahuate.

Este viaje todo incluido y todo pagado, pues se financió con recursos del municipio, los ediles se olvidaron de sus rancias diferencias tribales y se deschongaron disfrutando de los atractivos de todas las playas, desde Isla Espíritu Santo, pasando por Pichilingue hasta la más bonita, Balandra, por aquello de que se les acabe el presupuesto y no puedan regresar pronto.

En las fotos que, sin la menor inhibición, compartieron en las redes sociales, se ve divirtiéndose a lo grande a Patricia Mendoza, Karla Escalante, María Adame, Ana Estrada, Héctor Hugo Avitia, Jorge Bueno, Pedro Matus y Antonio Domínguez.

A la aventura playera solo faltaron Cecilia Reyes Castro y Vanessa Mora, quienes no fueron invitadas porque pertenecen a otra tribu morenista y las consideran disidentes.

Estaría bueno que a su regreso la síndica los interpelara para saber si el costoso viaje dejó algún beneficio a las políticas públicas de la administración municipal, o solamente lo disfrazaron de viaje de trabajo para vacacionar y quemarse un poco la piel.

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Ahora sí parece que se le calentó la plaza, como dicen los malandros, al delegado federal Juan Carlos Loera y a su subalterno Marcelino Gómez, por la denuncia que en su contra presentó en días pasados el exempleado de Bienestar, Hugo Ruiz Esparza, por el presunto delito de desvío de recursos de las pensiones de los adultos mayores.

Según el acusador, la Fiscalía General de la República ya abrió la carpeta de investigación FED/FEMCC/FEMCC/CHIH0000152/2023 y le solicitaron ampliar su denuncia con la aportación de testimonios y pruebas.

Ruiz Esparza estuvo muy activo en los últimos días, difundiendo la denuncia que llevó también ante la Secretaría de la Función Pública, donde sostiene que al enterarse de los desvíos que se estaban realizando en la Delegación del Bienestar de Chihuahua, donde trabajaba, fue despedido.

Habrá que ver qué explicación le da el delegado Loera a su jefe máximo, Andrés Manuel López Obrador, cuando el próximo fin de semana visite la entidad y sepa que su protegido trae tal distinción, que aparentemente contradice los postulados de la 4T de no mentirás, no robarás y no traicionarás.