Sí que están pegando en el ánimo colectivo los secuestros, las extorsiones, los descuartizados, los colgados, los encobijados y las muertes por sobredosis.
Apenas habíamos comentado aquí cómo se siente de nuevo el miedo o hasta el terror, mientras que ninguna autoridad da pie con bola para contener la criminalidad en torno al trasiego, venta y hasta consumo de drogas, cuando confirman la percepción negativa los más recientes indicadores del reporte Así Estamos Juárez 2025, del Plan Estratégico de Juárez.
Cuando se preguntó a la población cuáles son los tres problemas más importantes en Juárez, la respuesta fue abrumadora respecto al primer lugar que obtuvo la inseguridad/violencia.
El 32.2 por ciento consideró esa problemática como el azote de esta frontera. Muy relacionada con la criminalidad, en el segundo sitio se mencionó la drogadicción, con el 17 por ciento. Es una tragedia lo que está ocurriendo con las metanfetaminas, el cristal y el fentanilo.

Juntos, esos dos problemas suman el 49.2 por ciento de las problemáticas que más sufren las y los juarenses. La pobreza queda en el tercer sitio con el 9.3 por ciento.
Ni el desempleo (6.1 por ciento), ni la crisis económica (1.7 por ciento), pegan tanto como la violencia y la inseguridad, y eso que se está poniendo crítica la situación. Por todos lados se nota que hay menos circulante, mientras que la inflación es galopante. Cada vez alcanza menos y eso se vive a diario en el supermercado.
Lo que también llama bastante la atención en la encuesta sobre los principales problemas de Juárez, es que la corrupción apareció en el cuarto lugar, con un muy considerable 8.7 por ciento.
La corrupción quedó encima de la problemática de calles y pavimentación, lo que es algo muy sensible en esta frontera, ya que Juárez padece un déficit enorme en esa infraestructura. El 6.4 por ciento lo consideró como el mayor problema.
En la encuesta de percepción ciudadana, también figuran el transporte público (3.9 por ciento), la falta de hospitales y clínicas (3.9 por ciento), así como el drenaje pluvial (1.8 por ciento.
Esas tres últimas problemáticas representan un verdadero dolor de cabeza para las y los juarenses, pero, por lo visto, en nada se comparan con el miedo a ser víctimas de la criminalidad y la violencia.
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La Encuesta de Percepción, Participación Ciudadana y Buen Gobierno, del Sistema de Indicadores de Calidad de Vida Así Estamos Juárez, también le pegó al ego de la síndica municipal Ana Carmen Estrada.
Ella ya fue diputada local y regidora. Trae sus proyectos y hasta sueña con ser candidata a la Alcaldía si Morena reserva para las mujeres ese espacio en 2027.
Sin embargo, cuando en la encuesta se preguntó “¿Puede decirme el nombre de la síndica municipal?”, el 91 por ciento se quedó en blanco. Nada más se acordó de su nombre, el 9 por ciento. Poco menos de uno de cada diez encuestados.
De perdida le fue mejor que a los regidores y a las regidoras que integran el Ayuntamiento.

“¿Puede mencionar al menos el nombre de un regidor o regidora?”, se preguntó a los encuestados. Únicamente el 1.3 por ciento mencionó por lo menos un nombre.
El 98.7 por ciento no conoce nombre alguno. Y eso que son 20, algunos ya en su segundo periodo de tres años. Por cierto, hubiera sido buen dato el nombre de la regidora o regidor más mencionado, lo que no se incluyó en el reporte.
La encuesta también calificó las expectativas ciudadanas sobre el Gobierno. El que mejor librado salió fue el Federal con calificación de 8.7. Le siguió el Municipal con 7.1 y al final se fue el Estatal con un 5.0.
En cuanto a percepción sobre actos de corrupción por nivel de Gobierno, les fue más o menos igual.
Únicamente el 42 por ciento de las personas encuestadas consideró que el Gobierno Federal llevó a cabo (algo o mucho) actos de corrupción, mientras que del Gobierno Municipal lo consideraron el 51.9 por ciento. Para el Gobierno del Estado, el porcentaje subió al 66.9 por ciento.
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A quien le dio por ponerse muy activo para posicionar su imagen personal, fue al recaudador de Rentas, Raúl García Ruiz.
En las cuentas oficiales de la dependencia estatal, se promociona un mensaje del recaudador con un cintillo de campaña identificado como “¿Qué cuenta Rulo?”, una adecuación del diseño de la campaña estatal “Cuenta conmigo”.
Ahí aparece Rulo, así identificado el recaudador en las redes institucionales, informando que se acabaron los descuentos por pronto pago para la revalidación vehicular y ofreciendo una alternativa más a quienes tienen adeudos acumulados, para ponerse al corriente.

“Si tu adeudo es mayor por años anteriores a diez mil pesos, acércate, podemos hacer un convenio con el 20 por ciento de enganche y el resto en parcialidades (12). Recuerda, hay que ponernos al corriente y cuenta conmigo”, señala el exdirector de Ichife.
La imagen de la campaña lleva el color azul del PAN, por lo que claramente hay estrategia político-electoral para lo que viene en el 2027. En general así andan los funcionarios estatales, con su chaleco azul bien puesto.
El Rulo no se podía quedar atrás. Hay un proyecto común, pero cada quien traen sus propios proyectos alternos y nadie desaprovecha la promoción personalizada, aunque ello implique violaciones a la legislación.
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El tema de la equidad de género provocó otro interesante debate en Nuevo Casas Grandes y es tema de impugnación en la elección judicial.
Resulta que el Instituto Estatal Electoral dejó sin su constancia de mayoría a Alejandro Placencio Villa, aunque fue el hombre más votado entre las candidaturas para jueces penales en el Distrito Judicial Galeana.
Ahora sí que lo bajaron del macho.
En ese distrito judicial hay tres cargos en materia Penal. Como las mujeres llevan mano, precisamente para garantizar la paridad de género, dos se reservaron para ellas y uno se quedó para que lo compitieran los hombres.
Iban cuatro mujeres por dos lugares y cuatro hombres por el único reservado para ellos.
Placencio Villa obtuvo 3 mil 224 sufragios y ganó entre los hombres. Las dos mujeres más votadas fueron Yadira Polanco Trejo (4 mil 728) y Mayra González Hernández (4 mil 071).

Pero Alejandro no recibió su constancia. La autoridad electoral determinó hacer un ajuste o ponderación, como lo considera la legislación, lo que aplica cuando no se cumple la paridad de manera horizontal, es decir, en todo el Distrito Judicial.
El problema fue que, en otras materias, como Civil, Familiar o Mixto, no se registraron mujeres y obviamente ganaron puros hombres. Donde sí hubo mujeres fue en Menores. Así que, en el total distrital, no se cumplió la paridad. Por eso bajaron a Placencio y subieron a la tercera mujer más votada, Edith Emilia Terrazas Franco (2 mil 954 sufragios), quien, por cierto, obtuvo menos votos que Alejandro.
Como quien dice, el inconforme está señalando “¿y yo qué culpa tengo?”. Pero así está la ley y ya hay jurisprudencia en esos criterios por la paridad. Difícilmente va a recuperar Alejandro el espacio. Pero nada está escrito; por lo pronto, ya presentó la impugnación ante el Tribunal Estatal Electoral. Vaya que tienen mucho trabajo por desahogar en esa instancia. Abundan las impugnaciones.