En el gremio de escritores y literatos que afortunadamente tiene a bastantes integrantes en esta frontera, no cayó nada bien el favoritismo que mostró el Gobierno Municipal a la hora de patrocinar la publicación de libros, conforme a una convocatoria y un proceso controlado por el grupo conocido como Sociedad de Escritores de Ciudad Juárez (SECJ).
En lugar de hacer la convocatoria abierta por parte del Instituto para la Cultura del Municipio de Juárez (Ipacult), se le entregó la organización y el recurso a esa agrupación que aglutina nada más a una parte del gremio.
Específicamente hablamos de la convocatoria para publicar la colección de libros “Navidad en la Frontera”, cuyo proceso concluyó con la impresión que será presentada este martes 3 de noviembre, como uno de los eventos del Festival de la Ciudad que organiza precisamente el Ipacult.
Más ruido hace el hecho de que se dejara la convocatoria en manos de la SECJ, cuando su expresidente, Jorge Gutiérrez Ortiz, es a la vez integrante del Consejo de Gobierno del Ipacult. Se podría configurar ahí un conflicto de interés, aunque Gutiérrez Ortiz ya no sea presidente de la Sociedad.
La verdad, no entiende Mirone qué necesidad había de hacer así el movimiento, cuando el Ipacult podría haberse encargado de la convocatoria. Claramente se intentó favorecer unos intereses específicos. Aunque escritores externos a la SECJ podían participar, difícilmente estuvieron en las mismas condiciones de quienes sí forman parte de ese grupo.
Como quien dice, todo quedó entre compas.
El Ipacult patrocinó la impresión y los escritores seleccionados pudieron llevarse sus libros a casa, además de que una parte de ellos, mil 600 ejemplares en total, se reservó para repartirse de manera gratuita al público asistente a la presentación. Fue una inversión importante para ese tiraje.
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Como cuando había campañas políticas, de nueva cuenta se desató la guerra entre el Municipio de color guinda y la blanquiazul Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS).
Todo empezó en la semana pasada en el seno del Cabildo, cuando los regidores del PT, aliados de Morena, armaron la zacapela distractora por el tema de los incrementos a las tarifas de la JMAS, justo cuando se hacía lo propio en cuanto a las tablas de valores que repercuten en Impuesto Predial, por parte de la Administración municipal.
Los ediles del PT, especialmente Pedro Matus, se pintaron para la guerra e hicieron la escaramuza contra la Junta, el organismo que conoce muy bien Matus porque históricamente ahí le dan dado bastante vida al PT y a su política de gestiones para pagar menos por el agua o, como ya se vio también, para evadir el pago o hasta conectarse de la tubería ilegalmente.
Por cierto, ya se había visto antes en el Ayuntamiento que se comisionara a algún aliado a hacerla de emoción para que no hubiera luego reclamos de algún ánimo rijoso en el despacho principal de la Presidencia Municipal.
Las cosas se complicaron porque Pedro Matus resultó chamuscado en la acometida, precisamente cuando se evidenció que, al menos en una de sus propiedades, tenía una conexión irregular y no pagaba el servicio desde hace 20 años.
Y como le dieron su zarandeada en la JMAS, directamente salió ayer el alcalde a defender a su aliado petista con todo y que las relaciones con varios de sus dirigentes no andan muy bien.
Se puso intenso el conflicto y el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, llamó “porro político” al director ejecutivo de la JMAS, Sergio Nevárez. Lo hizo en conferencia de prensa y resonó bastante el mensaje. Pérez Cuéllar y Nevárez ya se han trensado en otras ocasiones, tanto por el tema de las pipas de agua como de las obras que dejan calles abiertas, y en general, por la falta de coordinación.
Tampoco es Nevárez al primer funcionario estatal que el alcalde le llama de esa manera. Antes lo hizo con el representante de la gobernadora, Oscar Ibáñez. Total, ni en la Presidencia Municipal ni en la JMAS son dados a la reserva y está pendiente ver qué contesta el director de la descentralizada estatal.
Se suponía que ya se habían limado asperezas, pero por lo visto la dinámica electoral no se ha ido y el conflicto será permanente de aquí hasta el 2027. Lamentable que desde los dos lados se busquen más las diferencias que las coincidencias. Con razón Juárez está como está.
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Rumbo al proceso electoral del 2027 vendrá muy activo el próximo año, si de afiliaciones a los partidos políticos se trata.
Los del partido guinda tienen actualmente la mayor militancia y van por más. En su padrón estatal hay cerca de 55 mil registros de militantes, pero viene una agresiva campaña de afiliación y credencialización.
La meta en Morena es nada menos que tener un padrón de 259 mil militantes. De acuerdo con la dirigente estatal, Brighite Granados, el plan es alcanzar el objetivo para inicios de 2026. Un reto bastante complicado para dejar ese padrón debidamente credencializado.
Por el lado del PAN, el padrón estatal anda en poco más de 13 mil 300 militantes. La nueva dirigente estatal, Daniela Álvarez, cree que al menos se va a duplicar para el 2027, de forma gradual, empezando en el 2025.
Lo que viene en el PAN a nivel nacional, es una reforma de estatutos que facilite la afiliación, ya que actualmente es bastante complicada y lenta.
Hay que tomar cursos, darse de alta en una plataforma y otros requisitos más que los de Morena no ponen, por lo que se les facilita más el reclutamiento. Se supone que el nuevo presidente nacional, Jorge Romero, ya está trabajando las modificaciones para hacer el proceso más sencillo.
En el PRI aseguran tener un padrón bastante robusto, aunque la verdad, Mirone no sabe qué tan confiable sea. Según el diputado local José Luis Villalobos, cerca de 20 mil chihuahuenses están afiliados al Revolucionario Institucional.
Supuestamente hay un proceso de validación, pero el legislador declaró que sí llegan a los 20 mil en su padrón.
“La realidad que viven los partidos políticos es otra, no son de masas, son de causas, de temas puntales”, dijo Villalobos para justificar que los padrones partidistas sean todavía muy reducidos. No reveló el legislador de qué tamaño son los planes tricolores en cuanto a la afiliación.
Como quiera que sea, por la importancia del proceso de renovación de la gubernatura en el 2027, seguramente todos le entrarán con ganas a esa competencia previa en el territorio.
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Bastante bien le fue ayer a Maru Campos a la hora de que Massive Caller publicó su medición mensual con el ranking nacional de los gobernadores de todo el país.
Con un 65.9 por ciento de aprobación por parte de los chihuahuenses, Maru apareció en el tercer lugar de aprobación por parte de sus gobernados. Únicamente la superaron la gobernadora morenista de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda (67.8 por ciento) y la panista Tere Jiménez (66.5 por ciento), de Aguascalientes.
Por cierto, llama la atención que sean mujeres quienes ocupan las tres primeras posiciones. El mejor evaluado por parte de los hombres, es el gobernador priista de Coahuila, Manolo Jiménez, quien alcanzó un 65.6 por ciento de aprobación.
El peor evaluado en el ranking, por mera coincidencia, también es hombre. Se trata del morenista gobernador de Chiapas, Rutilio Cruz Escandón Cadenas, quien arrastra una aprobación de apenas el 28.7 por ciento de los chiapanecos.
Regresando a la gobernadora de Chihuahua, destaca en la encuesta de Massive Caller que Maru Campos aparece en el primer lugar nacional si de percepción de confianza se trata.
En esa medición, alcanzó la chihuahuense un 57.6 por ciento. Ahí sí le ganó a la morenista Marina del Pilar, quien se quedó con el 56.3 por ciento. En tercer sitio se ubicó la gobernadora panista de Guanajuato, Libia Denisse García, con un 55.7 por ciento.
El hombre mejor posicionado, es el gobernador de Nuevo León, quien pese a los múltiples escándalos en que se involucra, se quedó con el cuarto lugar nacional, al otorgarle su confianza el 55.7 por ciento de los gobernados.
En el sótano de la ignominia, repite el morenista gobernador de Chiapas, con un 18.4 por ciento.
Cuando hablamos de inseguridad, no le va tan bien a Chihuahua, aunque ya tiene rato que está lejos de los peores lugares. Se percibe como el sexto más seguro de todo el país. Cuando se preguntó si se sentían inseguros, el 31.2 por ciento respondió que sí.
Ahí le ganaron a Chihuahua, Yucatán (Morena), Baja California Sur (Morena), Nayarit (Morena), Coahuila (PRI) y Campeche (Morena). Yucatán se percibe como el más seguro. Únicamente el 23.4 se sintió inseguro.
Al final de la tabla de nueva cuenta está Chiapas. Por lo visto es precisamente la inseguridad que impera en ese estado, con múltiples grupos criminales capturando territorios y disputándose rutas del tráfico de drogas y de personas, lo que impacta en el resto de las evaluaciones.