Como lo adelantamos ayer, se armó buena grilla y chirinola política con el tema de la Torre Centinela, luego de que el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, se quejó la semana pasada de los retrasos en su construcción. Hasta dudó que sea terminada.

Pues el secretario Gilberto Loya se fue a subir este lunes al piso 13 de la torre de 20 y ahí dio conferencia de prensa sobre el avance de esa obra y de la implementación de toda la Plataforma Centinela, el proyecto insignia de la Administración estatal que terminará llevándose, conforme al contrato, 4 mil 700 millones de pesos.

Va la torre en el 82 por ciento de construcción. Está en su recta final, de acuerdo con El Capitán Centinela, a quien acompañaron tres de sus colaboradores para complementar los porcentajes de avance en todo el equipamiento de la Plataforma Centinela (cámaras, arcos, centros regionales), además de las cifras de resultados en materia de detenciones y aseguramientos.

Loya destacó el dato de más de 6 mil detenciones en lo que va del sexenio, únicamente en Juárez, por parte de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, pero claro que no se trataba nomás de hablar de la numeralia, así que, ya en la parte de las preguntas y respuestas, no faltó que se le planteara el posicionamiento del alcalde. Ahí fue donde Loya hizo un llamado a Cruz Pérez Cuéllar a “no politizar” el tema de seguridad.

Loya aseguró que la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Maru Campos han cumplido su acuerdo de no politización en un tema tan sensible. “Yo creo en ese acuerdo porque en Seguridad Pública, lo que no suma, resta; entonces, cualquier comentario que se vierta con respecto a estrategias, siempre va a ser válido, pero más si somos autoridades, es más importante poder estar informados y no dejarnos ir por dichos”, señaló el funcionario.

Nada más que no quedó ahí la jugada. Se fue Loya a entregar un oficio hasta la Presidencia Municipal para invitar al alcalde a conocer los avances en sitio. Institucional, pero evidentemente grilla la actuación de El Capitán Centinela.

Para acudir al despacho del alcalde en el primer piso, lo acompañaron, además de sus colaboradores, el regidor panista Alejandro Jiménez y el presidente del Comité Municipal del PAN, Ulises Pacheco. Ahí sí ya no supo Mirone si Ulises iba con cachucha partidista o como funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, donde sigue cobrando. También andaba César Komaba, quien cobra como subsecretario de Movilidad en las mañanas, pero en las tardes es presidente del Comité Municipal del PAN en la capital del estado.

No pudieron ver al alcalde porque no estaba en su despacho. Sin embargo, sí se entregó el oficio. Claro que el presidente municipal no se iba a quedar sin responder y citó más tarde a su propia conferencia de prensa.

Se la regresó a Loya y afirmó que es él quien politiza la seguridad. “La verdad es que es una perversión de la seguridad, el que venga con los dos dirigentes municipales a la Presidencia Municipal y que tengan la función de funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y de dirigentes municipales, uno de Chihuahua y otro de Ciudad Juárez; entonces, eso retrata al secretario”, afirmó Pérez Cuéllar.

Incluso, dijo que revisaría la posibilidad de interponer una denuncia por peculado, ya que no son compatibles esas posiciones.

Si hablamos de jiribilla, el alcalde también le puso su dosis al responder a la invitación a recorrer los avances en la Torre Centinela, con un “para visitar ruinas, prefiero visitar las ruinas de Paquimé”. Adelantó que seguramente irá a Casas Grandes el próximo sábado, pero definitivamente declinó la invitación de Loya

Así andamos a un año y siete meses de las elecciones del 2027. No quiere Mirone ni imaginar cómo se va a poner el ambiente político cuando ya entremos de lleno al proceso electoral.

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A propósito de diferencias entre Gobiernos de distintos colores partidistas, es bastante significativo que los funcionarios no se hayan puesto de acuerdo en dos municipios, uno morenista y otro bajo el control del PT, para la instalación de centros regionales de mando de la Plataforma Centinela.

Resulta que ni en Nuevo Casas Grandes, ni en Guadalupe y Calvo se ha podido avanzar. Por mera coincidencia, nos referimos a dos de los municipios más calientes en cuanto a la operación de los grupos criminales y de los que más polémica generan cuando se habla de pasado y presente de la narcopolítica en Chihuahua.

Respecto a Nuevo Casas Grandes, ha estado muy tirante la relación entre Municipio y Gobierno del Estado, desde la anterior Administración, la que encabezó la petista Cynthia Ceballos, quien es procesada actualmente por peculado agravado, pero siempre se dijo que su bronca mayor fue que hizo abierta alianza con los malos.

Su sucesora, Edith Escárcega Escontrías, siglada por el PT en la pasada elección, aunque en alianza con Morena, también ha llevado una tensa relación con la Administración estatal. El caso es que se ha dificultado el acuerdo para ceder un inmueble municipal en comodato y por eso no se ha habilitado ahí el centro de mando correspondiente.

Prácticamente lo mismo ocurrió en Guadalupe y Calvo, con la morenista alcaldesa Ana Laura González. Tampoco ha avanzado el comodato que debe de ser autorizado por el Ayuntamiento en pleno, para utilizar como centro de mando, las instalaciones de una cárcel en desuso.

Esos centros regionales de mando son dos de los pendientes que trae la Plataforma Centinela, en cuanto a instalaciones, aparte de la conclusión en Juárez de la Torre Centinela. Hasta el momento, operan 11 de los 13 centros que estableció el contrato firmado entre la Secretaría de Seguridad Pública Estatal y la empresa Seguritech.

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Ya hemos explicado aquí la situación crítica de rezago que se vive en los juzgados civiles y familiares, por toda la sacudida que dejó la reforma judicial y la elección por voto popular de las personas juzgadoras.

Pues le llegó a Mirone la queja de operadores del sistema judicial, por la manera en que traen atosigados a jueces y juezas, con tanto curso y tanto conversatorio, prácticamente todos los días.

Claro que se programan en las tardes, y a todo mundo le gusta en general el tema de la capacitación, incluso que se abran espacios para que sean escuchadas las propias personas juzgadoras o los demás operadores, el asunto aquí es que la mayoría está consciente de que hay rezago que no puede esperar y amerita dedicarle más tiempo.

No hay que olvidar que ya de por sí algunos juzgados se entregaron con rezago porque tenían juezas o jueces malitos, o porque simplemente quienes ya se iban bajaron las manos toda la etapa de la transición y del proceso electoral. También porque hay personas juzgadoras nuevas que todavía no dan pie con bola.

El problema es que los mandones del Poder Judicial, por un lado exigen acudir a las capacitaciones y a las reuniones y, por el otro y de manera simultánea, que se trabaje en los reportes para abatir el rezago.

El caso es que las tardes no alcanzan para sacar el retraso y al mismo tiempo cumplir con la agenda que les mandan del Tribunal Superior de Justicia.

Además, le cuentan a Mirone, sigue poniéndose tenso el ambiente porque varios jueces nuevos insisten en no comprometerse con el trabajo.

Lo malo es que formalmente no se dice nada de esto, nadamás se comenta en radio pasillo. Hasta llanto se ha escuchado de parte del personal, por el ambiente en algunos juzgados, como el caso del Tercero Civil por Audiencias, donde el titular, Hiram Arroyo, continúa encerrado a piedra y lodo para no presidir audiencias y no dar las instrucciones debidas a sus secretarios.

Lo que consideran desde adentro es que deberían apurarse en el Poder Judicial, pero para que se contrate al personal que falta.

Para acabarla de amolar, el fin de semana que anduvo por Juárez el presidente del Tribunal de Disciplina Judicial, Francisco Acosta Molina, platicando con todo mundo, los litigantes salieron muy crecidos. Les dijeron que ahora pueden presentar todas sus quejas, nada más utilizando un código de barras para acceder a la plataforma.

No le sacan a hacer su trabajo en los juzgados, nada más quieren que se atienda primero lo prioritario en cuanto a la falta de personal.

Por lo pronto, tanto el Órgano de Administración que convoca a las capacitaciones, como las salas que convocan a los conversatorios, tratan de presentar números de sus actividades, a costa de las juezas y los jueces que no se la acaban con el trabajo.

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En el Congreso del Estado también traen varios asuntos importantes atorados. Uno de ellos es el proceso de renovación de la persona titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE).

Nada ha avanzado ahí, porque en el Poder Legislativo están esperando a que el Ejecutivo mande su lista de propuestas para la integración del panel de expertos que deberá realizar todo el proceso de selección.

Se supone que cuatro nombres deben salir de Palacio y otros cinco de la Torre Legislativa, para conformar el panel de nueve expertos.

Lo que trascendió es que la Junta de Coordinación Política no ha trabajado su acuerdo entre partidos para armar su lista de cinco, ya que primero quiere que llegue la del Ejecutivo. Total, hasta el momento no se tiene ningún nombre, mientras sigue trascurriendo el plazo que vence el 30 de noviembre. Ese día debe de quedar todo concluido, incluso con la aprobación del Pleno del Congreso. Sin embargo, parece que ya se les hizo costumbre dejar todo para el último minuto.

Ahí se la llevan. Tampoco le han dado trámite al proceso de renovación de la presidencia en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), porque están esperando a darle salida al tema de la ASE, precisamente por la cuestión de los plazos fatales.

En cuanto a la CEDH, ni siquiera han trabajado en la convocatoria. Desde agosto del 2024, cuando falleció Javier González Mocken, opera la Comisión con presidente interino. Fue en abril de este 2025 cuando fracasó el proceso de renovación en el que se buscó imponer a Georgina Bujanda, por lo que ya se tardaron en colocar nuevamente el tema sobre la mesa.

Mientras tanto, hay pocos resultados en la CEDH. Nunca se hizo la planeación institucional para trazar todos los objetivos anuales y se bajó el ritmo de trabajo. Lo malo es que ya llevan más de un año laborando así, por mientras, prácticamente a medios chiles.