Dijo Maru que, con la Torre Centinela, quiere darles a los juarenses “un mensaje de alegría y esperanza”, pero si eso fuera cierto, debería comenzar por transparentar el costoso proyecto que, bajo el pretexto de que se trata de una obra de seguridad, mantiene en la completa opacidad.

Aunque la gobernadora aseguró que está dispuesta a dar a conocer los números y costos de todo el proyecto, no dijo cuándo ni cómo lo hará. O sea, más cuento.

Al parecer, los reclamos de organizaciones sociales, que exigen que se transparente la inversión de más de 4 mil millones de pesos, o en su defecto, se dirija el gasto a otras obras urgentes y prioritarias de la ciudad, no le quitan el sueño a la gobernadora, porque se escuda en que la transparencia no procede en temas de seguridad y de inteligencia, como la Torre Centinela.

Ante el cuestionamiento de los medios, Maru se atrevió a presumir que el Secretario de Seguridad Pública, Gilberto Loya, ha estado dando la cara a la sociedad civil para explicar el proyecto.

Lo que no dijo, es que ese recorrido que ha hecho el Capitán Centinela, solo ha servido para su lucimiento personal, para presumir lo intangible y hablar de los beneficios inmobiliarios que la obra traerá en la Zona Centro.

Cuando Maru pide que la gente vea la parte positiva y no se detenga en cuestiones que, en su particular criterio, “hacen mucho daño”, debe saber que lo que se le exige como gobernadora no es una acción negativa o una graciosa concesión hacia la población, porque la transparencia es una obligación básica que todo Gobierno democrático tiene, que se traduce en la rendición de cuentas y en poner a disposición de los ciudadanos la información pública.

A nadie le importa si en todos los cargos que Maru ha tenido ha sido transparente, si en este, que es el de mayor responsabilidad en su carrera política, se niega a rendir cuentas y se gana la medalla negra al mérito, por su opacidad.

A un año de su Gobierno ya es hora que muestre esa “señal de mucha buena voluntad”, que dice reflejar con la obra Centinela, pero con hechos, no con palabras huecas ni falsas posturas.

Muchos miles de millones de pesos de las arcas estatales están en juego, y su gasto podría convertirse en su tumba política, cuando tarde o temprano comiencen a salir irregularidades en la obra y en las compras, y todo por no abrirse al escrutinio público y por tener esa información oculta bajo la alfombra. Al tiempo.

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El retén instalado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en el kilómetro 19 de la carretera Panamericana, a la altura de la Puerta del Milenio, es solamente una pantalla para simular que sus agentes están revisando las condiciones de salud de los traileros y el estado mecánico de sus pesadas unidades.

En el tejabán instalado en ese punto por la Guardia Nacional, solo se encuentra una camioneta con tres inspectores de la Dirección General del Autotransporte Federal, que permanecen bajo la sombra, no se vayan a insolar, y solo hacen revisiones aleatorias.

Mirone estuvo en el punto en cuestión ayer al mediodía y a distancia observó durante una hora el trabajo de los inspectores, pero en ese tiempo solamente pararon para revisión de documentos a un triste tráiler.

El oficial a cargo negó que se tratara de un operativo especial después de la tragedia del 7 de septiembre en Villa Ahumada, y aseguró que estas inspecciones son permanentes, aunque no supo decir por qué no se habían visto antes en ese punto.

Aunque dijo que son inspecciones rutinarias administrativas, para verificar que los traileros cuenten con seguro, tarjeta de circulación, porte de carga, así como los dictámenes de salud y de la condición mecánica de los camiones, tampoco supo cuántos revisan por día y cuántos son retirados de circulación, por carecer de alguno de estos documentos.

Lo que sí quedó en claro, fue que no es el personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes el que realiza las revisiones médicas y mecánicas, sino empresas externas, que tampoco supieron informar cuáles son, ni dónde funcionan.

Eso sí, los inspectores de la SCT trabajan semana inglesa, de lunes a viernes, y los sábados y domingos se los dejan a la Guardia Nacional, para que hagan también su luchita, por aquello de que en las carreteras son especialistas en trabajar por las aves de corral.

Por lo mismo, la presencia del retén en el punto de entrada y salida de Juárez, es solo una burla a la inteligencia de los ciudadanos, porque en realidad no controlan nada, no saben nada y los traileros siguen circulando sin supervisión.

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Finalmente, después de unos días de pataleo –un derecho inalienable e intransferible en la derrota–, el abogado Ulises Pacheco decidió fumar la pipa de la paz y dejar de pelear por la presidencia del Comité Municipal del PAN, que le ganó Xóchitl Contreras.

Ulises mandó el mensaje a través de algunos de sus seguidores, en el sentido de que ya no quería conflictos y se sometía al resultado del 11 de septiembre, que le fue adverso.

Los que saben de la grilla al interior del panismo local, dicen que Ulises recibió al mismo tiempo que el jalón de orejas, la invitación para un cargo en el comité directivo estatal del PAN, que le hará mucho bien, después de haber permanecido un año esperando inútilmente que lo llamaran para un puesto en el Gobierno del Estado, y luego perder la elección municipal.

Le dicen también a Mirone que el equipo de Xóchitl ha intentado hacer la operación cicatriz con los seguidores de Ulises sin resultado, porque siguen diciendo que les ganaron con truco.

Total, que, aunque entre los pachequistas hay un buen de panistas con mucho camino recorrido en la grilla partidista, no han aprendido que en la competencia se gana y se pierde, pero nunca se deben dejar abiertas las heridas de la derrota, porque con el tiempo se gangrenan.

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Incontenible, es la palabra con la que la Patrulla Fronteriza de El Paso y Nuevo México, ha descrito la afluencia de mil 500 migrantes detenidos diariamente en las inmediaciones de la frontera, la mayoría devueltos de inmediato a través de Juárez.

El número exacto de deportados por esta frontera se desconoce y no se sabe si se quedan o se van de la ciudad, por la sencilla razón de que el Instituto Nacional de Migración carece de controles y registros, sobre los flujos que está enviando diariamente la Patrulla Fronteriza.

Entre esos grupos de migrantes devueltos, se encuentran 13 mexicanos que fueron localizados en Las Cruces, en un camión Uhaul que carecía de ventilación, donde a punto estuvieron de morir asfixiados.

Los migrantes nacionales eran transportados por un ciudadano estadounidense, que trabajaba para las organizaciones criminales de traficantes de humanos, y quedó detenido en una prisión federal, mientras que sus víctimas fueron deportadas el miércoles por Juárez, una vez que recibieron atención médica.

La jefa de la Patrulla Fronteriza en El Paso, Gloria Chávez, informó que este no es el único caso de contrabandos peligrosos detectado en las últimas semanas, donde se exponen la vida de los migrantes.

De los mil 500 migrantes detenidos al día, la mayoría proceden de Venezuela, Nicaragua y Colombia, que al ser deportados por la frontera de Juárez, no regresan a sus países de origen y siguen deambulando por la ciudad, hasta que encuentran otra oportunidad para volver a cruzar ilegalmente.

De todas estas personas de distinta nacionalidad que ya forman parte de la población flotante de Juárez, tampoco hay registros, para no variar.