El nuevo coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado, el sonorense René Sotelo, ya comenzó a mostrar sus habilidades comunicacionales, reviviendo viejos métodos que se utilizaban en la edad media, cuando los señores feudales informaban a la población en las plazas públicas.
Bueno, pues ese método rupestre se aplicará hoy en Juárez, con el primer informe del Gabinete estatal, que se realizará en el crucero del puente al revés, que no es una plaza, pero es un espacio público muy socorrido durante las campañas políticas, para repartir volantes y banderitas.
“Juntos Informamos”, es el megacrucero que organizó el Gobierno de Maru Campos, obviamente a través de Comunicación Social, para informarle a los juarenses lo que hizo, más bien lo que no hizo, en los primeros 12 meses de su gobierno.
Para ese fin se está convocando a los funcionarios y empleados de las dependencias estatales de Juárez, a presentarse puntualmente a las 3:30 en el crucero, vistiendo blusa o playera blanca, pantalón de mezclilla, con lonas de identificación de cada oficina, pero, sobre todo, con disposición y buena actitud. ¡Sí, señor!
Si la razón de informar a la población fronteriza, mediante esta arcaica estrategia, es para que la gente sienta cercanía con el Gobierno, andan muy errados, porque esa proximidad debe materializarse más bien en obras, programas y servicios reales, que los juarenses siguen esperando y que hasta ahora se mantienen como promesas del Plan Estatal de Desarrollo.
No es con ocurrencias ni con métodos que funcionaron en la edad media, como la ciudadanía debe ser informada.
La historia no miente cuando nos dice que las primeras formas de comunicación tuvieron lugar en las plazas públicas y ágoras de la antigüedad, porque la información se transmitía oralmente, leyendo algún edicto o manifiesto, en virtud de que la mayor parte de la población era analfabeta, pues la lectura y la escritura era un privilegio de quienes estaban en el poder.
Ahora, ni la gente es analfabeta, ni todos los juarenses pasarán a las 3.30 de la tarde por el puente al revés, para que vengan con esa ocurrencia, que ni en las rancherías más atrasadas se aplica.
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A propósito de informes, sería bueno que dijeran qué ha hecho o está haciendo la Comisión Estatal de los Pueblos Indígenas por las mil 400 familias de los 11 pueblos indígenas que habitan en 20 comunidades en la periferia de Juárez, abandonados a su suerte.
Representantes y activistas de las comunidades más representativas en la ciudad, como la Rarámuli, la Mazahua y la Purépecha, se quejan de que a un año de iniciada la actual administración estatal, no han sido atendidos por el comisionado de los pueblos indígenas, el junior Enrique Alonso Rascón Carrillo.
Desde el mes de septiembre del 2021, colectivos defensores de los derechos indígenas y la Red de Mujeres Indígenas de Chihuahua, pidieron la destitución de este funcionario priista, por su desconocimiento en el tema de los pueblos originarios, sus necesidades, sus usos y costumbres.
En aquel entonces le pidieron a la gobernadora, que nombrara en su lugar a alguien que comprenda la problemática histórica que han vivido los pueblos autóctonos, que emigran a las zonas urbana.
Los 30 asentamientos que existen en Juárez, tienen muchas necesidades y carencias de servicios elementales, pero hasta ahora han sido ignorados por la Coepi, y así está escrito en el primer informe que la Comisión rindió, donde enuncian apoyos generales, pero no precisan los que se entregaron en cada comunidad, que es lo que tienen la obligación de transparentar.
En el raquítico informe en cuestión, solamente dice que se atendieron solicitudes de asistencia social en las sedes de la Coepi ubicadas en 8 municipios, entre ellos Juárez.
Hasta ahora, la etnia con más población asentada en Juárez sigue siendo la Mazahua, con 567 familias que se localizan en 6 colonias de la ciudad, la cual espera que algún día Enrique Rascón las visite y atienda como lo hizo en la colonia Ladrillera Norte, de la capital del Estado, para que constate una realidad que no ve desde las zonas turísticas de la sierra Tarahumara, donde se mantiene como buen junior chihuahuita.
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El rector interino de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Heliodoro Araiza, asumió su cargo con la espada desenvainada y sin mayor preámbulo, llegó cortando cabezas en las jefaturas de varios departamentos y en posiciones estratégicas.
Lo raro del asunto es que lo hizo al más puro estilo policiaco, porque cuando un nuevo jefe de corporación asume su cargo, lo primero que hace es cambiar los mandos, por falta de confianza o para integrar un equipo propio. En este caso, su puesto no es permanente, pues se trata de un interinato que no va a durar más de 6 meses, mientras se resuelve la controversia jurídica que enfrenta el rector electo Luis Alfonso Rivera Campos.
Por cierto, que ya escuchan voces que explican que la llegada de Georgina Bujanda a la Secretaría General de la UACH, es por si Rivera Campos pierde el juicio de amparo interpuesto en su contra, y al quedar sin efecto su elección, tiene que asumir la rectoría una mujer, por cuestión del derecho de género.
Mientras tanto, ayer el Congreso del Estado asumió la suplente de Bujanda, Margarita Blackaller, al mismo tiempo que en los diferentes departamentos de la Rectoría se despedían o más bien, despidieron, al Maestro Eduardo Ibáñez Hernández, coordinador de Vinculación Empresarial, a Rogelio Cuéllar Salasplata, jefe del Departamento de Difusión Cultural del Centro Cultural Universitario Quinta Gameros y al abogado Javier Balderrama, jefe del Departamento Jurídico.
A lo mejor Araiza quiso verse como el rey Carlos III de Inglaterra, que en el primer día como monarca despidió a 100 empleados al servicio de la monarquía.
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La Unión Ganadera Regional de Chihuahua ya pegó el grito en el cielo por la implementación del Acuerdo Contra la Inflación y la Carestía, Apecic, que abrirá las fronteras a la importación de productos para consumo nacional, sin que cumplan con las medidas sanitarias internacionales.
La organización que representa a 40 mil productores pecuarios en el Estado, argumentan que la populista medida del Gobierno federal pondrá en riesgo la cadena productiva del ganado de carne en Chihuahua, donde las exportaciones alcanzan un valor de 30 mil millones de pesos anuales.
Sin embargo, no es el único sector que siente afectaciones por la implementación del Apecic, pues técnicos del recinto fiscal local, han expresado que la importación sin control de productos vegetales también puede traer plagas, que afectarían a la producción nacional del campo mexicano.
Actualmente, cualquier importación de productos cárnicos o vegetales, debe pasar por la inspección y certificación de inspectores del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, Senasic, en las aduanas mexicanas.
Al entrar en vigor el acuerdo contra la inflación y la carestía, dejaría sin efecto esas revisiones, por lo que los ganaderos exigen que antes de que se publique en el Diario Oficial de la Federación, se aseguren los controles sanitarios. Así que, estimado lector, una vez que la 4T le dé luz verde, hay que tener cuidado con todos los alimentos que compre en el súper, por aquello de que no hayan pasado por controles sanitarios y sean portadores de bichos y plagas.