La crisis climática que sacó al estado de Chihuahua de la sequía, pero ahora lo tiene inundado y en condición de peligro, puso en un grave predicamento al Gobierno estatal, porque ante la ausencia del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que desapareció el presidente de la República en el 2020, pretenden atender la emergencia con un apoyo de 20 mil pesos a cientos de familias afectadas por el temporal.

De acuerdo con protección civil y la Conagua, hasta ayer eran 28 los municipios afectados por las lluvias en las regiones sur, centro, en el noroeste y en la sierra, por las crecientes de arroyos y los desbordamientos de los ríos Florido, Casas Grandes, San Pedro, Ojo de Atotonilco y Sacramento.

Las intensas lluvias que se generalizaron a partir del 16 de agosto, llevaron al Consejo Estatal de Protección Civil, a hacer la Declaratoria de Emergencia Estatal 10 días después, para que, a través de la Secretaría de Desarrollo Humano y Bien Común, se apoye a las familias afectadas con un cheque por 20 mil pesotes, ni más ni menos.

El problema es que ese recurso no alcanza para cubrir todos los daños ocasionados en las viviendas, y mucho menos para indemnizar a los agricultores que perdieron sus cosechas, que eran la fuente principal de su sustento de todo el año.

Para recibir esos apoyos, los afectados deberán cumplir con varios requisitos, que les retrasara la exigua aguda, porque primero deben estar inscritos en los padrones realizados por las presidencias municipales, una disposición absurda porque muchas familias no pueden desplazarse de sus viviendas por lo intransitable y peligroso de los caminos.

Luego que ya estén en el padrón, deberán presentar un formato anexo a la Declaratoria de Emergencia, una copia de identificación oficial y del CURP, así como comprobante de domicilio con vigencia no mayor a los 6 meses. Toda una ruta burocrática, que más parece un plan con maña, como si no entendieran que, en la crisis, la gente requiere apoyo y soluciones inmediatas, no complicaciones.

Hasta ayer, los municipios afectados por el temporal eran: Meoqui, Parral, Cuauhtémoc, Jiménez, Ascensión, Casas Grandes, Nuevo Casas Grandes, Bocoyna, Delicias, Guerrero, Janos, Julimes, Práxedis, Chihuahua, Chínipas, Guadalupe y Calvo, Ojinaga, Guachochi, Batopilas, Matachí, Belisario Domínguez, Buenaventura, Valle de Allende, Villa Coronado, Villa López, Santa Isabel, Rosales, el Tule y los que se acumulen esta semana, que continuarán las precipitaciones.

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Después del primer informe de Cruz Pérez Cuéllar, donde los regidores de oposición les tupieron duro a las direcciones generales, que no están cumpliendo con su trabajo, ayer trascendió que son seis las áreas que están en capilla: Planeación, Obras Públicas, Desarrollo Urbano, Centros Comunitarios, Limpia y Desarrollo Social.

Aunque el alcalde prometió hacer un análisis general del desempeño de todo su equipo de trabajo, estas seis son las que, en opinión de los ediles, se han convertido en el talón de Aquiles de la administración, sobre todo la Dirección General de Centros Comunitarios, porque dicen que ha perdido su esencia de servicio y vinculación social, pues todo lo que hacen lo quieren cobrar.

De hecho, después de la sesión solemne de Cabildo, todos los regidores fueron invitados a comer por el alcalde al nuevo y lujoso restaurante Great American, del hotel ubicado en plaza Cantabria, donde entre bocado y bocado, Cruz les dijo que seguramente habrá cambios en los próximos días.

A la comida no fueron invitados los directores, ni la síndica, solamente el secretario del Ayuntamiento y los regidores, para que estos se pudieran explayar y soltaran de su ronco pecho las quejas contra los directores que no han dado el ancho.

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Sigue subiendo de tono la molestia en las filas de la policía ministerial porque les están exigiendo mucho jale, pero no les dan gasolina.

Los elementos inconformes acusan al fiscal de la zona norte, Jesús Manuel Carrasco, de insensible y déspota, actitudes que no ha cambiado desde que llegó a esta plaza, y de que, al menor reclamo los amenaza con enviarlos a la Sierra de Chihuahua, donde las condiciones son peores que en la zona urbana.

Aunque el personal de confianza de Lord Carrasco, justifica su rudeza por el hecho de que los ministeriales no han resuelto un solo caso de alto impacto, y hasta en las investigaciones del jueves negro se les hizo bolas el engrudo, los ministeriales reclaman cuando menos que no les limiten la gasolina, porque ya la están pagando de su bolsillo.

Voces de radio pasillo de la Fiscalía, piden que cuando menos les den el mismo trato que a los elementos de la policía estatal, que no tienen problemas de combustible para sus unidades y hasta en el hotel María Bonita los tienen alojados, porque son “totalmente palacio”.

Aunque también han surgido quejas de la tropa de las fuerzas estatales, son los que mayor presupuesto tienen y menos trabajo presentan, aunque se cuelgan todas las medallas en sus comunicados oficiales.

Precisamente por esas medallas que se cuelgan, sin incluir a las otras corporaciones que participan con ellos en los operativos conjuntos, le comentaron a Mirone que el Ejército solicitó formalmente por oficio, durante una de las últimas mesas de seguridad, el debido crédito al trabajo que desarrollan las tropas y oficiales en la ciudad y en la montaña.

Dicen que no pretenden porras ni confeti, sino simplemente el reconocimiento a la friega que se llevan los soldados y sus mandos, apoyando todos los operativos, donde representan la fuerza principal frente a los malandros organizados, pero la policía estatal se cuelga todos los méritos.