Negros nubarrones anuncian la presencia de un nuevo conflicto en las filas de la sección 42 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, donde su líder Ever Avitia,está desafiando a sus agremiados y a su dirigente nacional, con aumentos en algunas de las prestaciones y el pago de una deuda por 28 millones de pesos, que no ha sido debidamente justificada, según la versión del gremio.
Cuando los maestros comenzaron a pegar de gritos por los abusos de su secretario general, que se verán reflejados en sus salarios, Ever compartió un video en redes sociales donde palabras más, palabras menos, les dice a sus representados que, si quieren tener otros sistemas de seguridad y de seguros, y no les gustan los que impuso, (que no propuso, que es muy diferente) pues simplemente que se vayan.
El criterio obtuso del líder sonó fuerte y claro en la sección 42, donde sacó ronchas, pero su eco llegó hasta las oficinas centrales en la Ciudad de México, donde despacha el líder nacional del SNTE, Alfonso Cepeda Salas.
Las expresiones intolerantes del secretario Avitia reflejan simplemente la actitud de un líder que no está dispuesto a escuchar a sus bases, que no quiere dar explicaciones a quienes tienen todo el derecho de pedírselas y, lo peor de todo, que reprimirá a quienes piensen diferente.
Los maestros inconformes dicen que, con su postura, Ever no solamente rompe con el compromiso asumido al tomar protesta como secretario general, sino que va en contra de la política de unidad, que el líder nacional Cepeda Salas promueve a nivel nacional en cada mensaje.
Por la hostil posición que ha seguido, los más grillos de la disidencia de la sección 42 ya piensan seriamente en promover que le apliquen las sanciones previstas en el artículo 297 de los estatutos del SNTE, y así mandaron el mensaje, fuerte y claro, hasta la Ciudad de México. De ese tamaño andan los descontones en el magisterio local y no es precisamente por culpa de la pandemia.
Otros menos radicales, aseguran que la postura de Ever Avitia provocó la división en la sección sindical cuando destapó a su gallo, Gabriel Faudoa, para sucederlo en la secretaría general del sindicato.
A Faudoa ya le dicen el puente roto, pues nadie lo pasa, y por lo mismo, no prende en el ánimo de las mayorías, por más recursos que le mete su padrino Ever Avitia.
Los profesores fieles a Ever, ven con preocupación que su jefe se ha metido en las patas de los caballos y se niega a entender el mensaje de su líder nacional, o tal vez persigue otros intereses que le impiden comulgar con el bienestar de sus agremiados y con los objetivos de su dirigente nacional.
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La renuncia obligada del director de Transporte en Juárez, Eduardo Fernández Sigala, se suma a la que el pasado 20 de octubre presentó César Navarrete a la Coordinación de Comunicación del Estado, pero solamente en el caso del primero, los altos mandos dejaron ver claramente que fue despedido porque no se ajustó a las políticas de comunicación, al entrar en contradicciones con las declaraciones de la gobernadora, en relación al posible aumento de tarifas del transporte de pasajeros
Una decisión radical que pone en blanco y negro cual va a ser la política interna del gobierno marucampista, donde no se tolerarán los disensos de los subalternos, aunque ello implique la imposición de un modelo autoritario, que no admite iniciativas ni opiniones contrarias a lo que digan los jefes.
Cuando se dio la renuncia de Navarrete, se cuidaron las formas para justificar su salida, diciendo que estaba comisionado por la gobernadora para atender asuntos especiales en la Ciudad de México.
Fue en los rumores de radio pasillo de Palacio, donde se filtraron detalles del supuesto desencuentro que tuvieron César Navarrete y Luis Serrato Castell, el poderoso coordinador del gabinete de Maru Campos, donde midieron fuerzas y el primero de ellos salió perdiendo, también por opinar diferente.
Ahora, con la inesperada despedida de Fernández Sigala, se manda un claro mensaje a todos los integrantes del equipo de gobierno de Maru, del primero y del segundo nivel, donde están todos los funcionarios del Estado en Juárez, para que nadie se salga del guión de los estrategas de Palacio, so pena de ir a engrosar las filas del desempleo.
De esta manera, la política de cero tolerancia que puso de moda Patricio Martínez con la devaluada Ley de Alcoholes, tal parece que ahora se aplicará a los servidores públicos que no se alineen a las instrucciones, ocurrencias y caprichos de los chihuahuitas.
Esto no significa de ninguna manera que la mazorca del Estado se esté desgranando. Por el contrario, dibuja claramente el perfil del nuevo gobierno, donde todo aquel que se equivoque, se marcha. Así de simple.
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Por otra parte, la salida de Pablo Héctor González como presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado no fue una sorpresa, porque era esperada desde el inicio de la administración y ayer solamente se oficializó.
Aunque dicen que el depuesto presidente del Poder Judicial regresará a su posición como magistrado y podrá seguir pegado al jugoso presupuesto de la judicatura, las apuestas lo ponen también como candidato para el desempleo, por haber estado involucrado en el cochinero judicial que encabezó Lucha Castro.
Quién sigue, se preguntan los politólogos y analistas de la entidad y entonces todas las miradas se fijan en el rector de la UACH, Luis Alberto Fierro, quien ya debe haber puesto sus barbas a remojar, en cuanto trascendió la caída de Pablo González.
El nerviosismo por los ajustes, renuncias, salidas o despidos, como quieran llamarle, ya se nota en todas las dependencias donde aún permanecen muchos corralistas embozados que operaron contra Maru.
Por lo mismo, los que saben dicen con singular sabiduría popular, que no son todos los que están, ni están todos los que son favoritos para cantarles las golondrinas en los próximos días, en todos los niveles.