Si estudias en el Colegio de Bachilleres No. 6, de Ciudad Juárez, más vale que cargues con al menos 50 pesos, si es que quieres entrar a clases los días viernes de cada semana.
¿Y eso? Se preguntará el o la amable lector o lectora. El alumnado de ese plantel ya lo sabe, pero a lo mejor el resto de la gente no: esos 50 pesotes es lo que les piden para entrar a lo que llaman el “día civil” del Cobach.
¿Día civil? ¿Qué es eso? Es el día en el cual alumnas y alumnos pueden acudir a clases sin vestir el uniforme, es decir, con ropa casual, propia, como la que usa cualquier otro educando, en vez de la playera blanca y el pantalón color gris que se estila en esa institución.
Dirán ustedes que la educación en México es laica, gratuita y obligatoria, al menos en las instituciones públicas, como es el Cobach, y que nada ni nadie, salvo medidas disciplinarias que estén preestablecidas debidamente, les puede impedir el acceso a su escuela.
Si es así, entonces ¿a qué viene ese cobro? O lo que es peor: ¿quién se queda con ese dinero y a quién le rinden cuentas?
Porque nada más hay que usar la aritmética simple: si son 50 pesos y los grupos tienen entre 40 y 50 bachilleres, son 2 mil 500 pesotes por salón. Luego habría que hacer la misma operación por la cantidad de grupos y los días viernes de todo el ciclo escolar. ¡Cuánto dinero!
El jueves pasado, Mirone tuvo acceso a una grabación en donde un joven que se presenta como jefe de grupo les informa a sus compañeros que “mañana”—o sea, el viernes 20 de octubre—era el famoso “día social” y que habría que hacer el pago del que ya hablamos.
Pero no nada más eso, sino que además les pide que vistan una prenda de color rosa para conmemorar el día mundial de la lucha contra el cáncer de mama. Si es una invitación, vale, buena la causa, pero si es una condición para entrar a tomar clases, ahí sí que no procede.
La cosa no para ahí, sino que les advierte el tal jefe de grupo a sus compañeros que no se les permitirá la entrada si visten ropa en malas condiciones, “ni una rotadita siquiera”, mientras que a las mujeres les adelantan que no les permitirán el ingreso si traen ropa ajustada, faldas cortas o blusas escotadas.
Todo eso es del dominio público en un plantel al que acuden cientos de jóvenes, y hasta la fecha nadie ha salido a aclarar el punto.
Ahí tiene una buena tarea, licenciado Reyes Humberto de las Casas, director del sistema Colegio de Bachilleres: empiece por investigar quién condiciona el ingreso al salón de clases; quién cobra los 50 pesos y a dónde van a parar. Y de lo de vestir ropa de tal o cual manera, pues ya se las verá con la Comisión para Prevenir y Erradicar la Discriminación, CONAPRED. Ahí los quiero ver.
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Autoridades educativas y el mismo SNTE trabajaron a toda máquina este viernes para terminar con el reparto de libros de texto gratuitos de nivel primaria.
Nos comentan que este viernes, empleados de la Secretaría de Educación y Deporte, así como del propio sindicato magisterial, trabajaron a todo vapor para terminar con la entrega de los ejemplares para todas las alumnas y los alumnos de nivel primaria.
Fue un mundanal de libros, la verdad, porque es el grado escolar donde hay más educandos y son, en promedio, de a cinco ejemplares por alumno, y son más de 400 mil los inscritos en ese nivel, según cifras oficiales.
Cercanos a la SNTE nos cuentan que tenían la orden de terminar esta semana, a como diera lugar, el reparto de al menos los de nivel primaria, en parte por la urgencia que tienen de avanzar con un ciclo escolar que prácticamente va a la mitad de lo que debería estar a estas alturas.
Por otra parte, también querían que ese nivel, el más numeroso en cuanto a alumnos y mentores, tuviera ya sus libros para el caso de que se llegara a presentar otro amparo promovido por algún “Llanero solitario” que por sus puras pistolas se le ocurriese acudir a un juzgado de distrito a inconformarse, tal y como lo hicieron los otros que recién se desistieron.
Lo que sigue es meter todo el acelerador, porque la orden es que no haya “San Lunes”, porque se busca terminar la distribución de los libros de preescolar, secundaria y telesecundaria a más tardar el martes de la semana próxima.
Todo sea por recuperar el tiempo de estudios perdido, y poner en manos del educando sus libros de texto, de modo que ya no haya orden judicial que les impida abrirlos.
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Algo se traen los vehículos automotores en contra del delegado del Bienestar y suspirante al Senado de la República, Juan Carlos Loera de la Rosa.
Algo anda mal entre los autos y ese activo de la política morenista, porque en lo que va de esta década lleva ya tres percances, dos de ellos accidentales, en los que ha salvado la vida, afortunadamente, pero los daños materiales han sido cuantiosos.
Primero, aquel “encontronazo” en junio de 2020, cuando el gobierno de la 4T intentaba abrir las compuertas de la presa El Granero, al noreste del estado, para pagar la cuenta que tenía pendiente con los Estados Unidos por el Tratado Internacional de Aguas firmados por ambos países.
En aquella ocasión, la multitud de productores agrícolas que se oponía a la entrega del agua le salieron al paso al ya desde entonces delegado de la Secretaría del Bienestar y le “voltearon” el auto en el que viajaba. Obviamente, el vehículo era de la dependencia.
Dos años después, en abril de 2022, volvió a sufrir un percance, aunque esta vez fue accidental, cuando viajaba con destino a Ciudad Madera.
El accidente ocurrió a la altura de la cabecera municipal de Nonoava, donde el auto quedó prácticamente a la orilla del camino, aunque la camioneta en la que viajaba quedó como para mandarla a la venta de fierro por kilo.
El propio delegado dio a conocer los detalles de su accidente y publicó en redes sociales fotos de él donde ya tiene colocado el “collarín” y donde se pueden apreciar algunas escoriaciones menores que sufrió a esa causa.
Cero y van dos, y ahora la tercera: el 18 de octubre de 2023, esta vez, en una camioneta, ¿de quién? Pues de quién más: de la Secretaría del Bienestar. ¿Dónde?, en el kilómetro 166 de la carretera en el tramo La Junta a San Pedro.
Lesionados: ninguno, al menos de consideración, aunque, ciertamente, el funcionario y ex candidato a la gubernatura debió “asistir” únicamente vía telefónica al lanzamiento del Manifiesto de la División del Norte, un acto totalmente partidista, de apoyo a la candidatura de Claudia Sheinbaum, que se celebró en Cuauhtémoc.
¡Ah! Y por si fuera poco, en aquel zipi-zape del 2020, productores oponentes a la apertura de presas quemaron dos vehículos de la misma Secretaría.
Por fortuna, el señor y sus acompañantes en turno han salido con lesiones menores y no hay pérdidas humanas qué lamentar, pero por favor, ¡ya pónganle un chofer!
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Si los comicios para elegir a las y/o los senadores por el Estado de Chihuahua se hubieran efectuado la semana pasada, el resultado hubiera quedado por demás interesante, tanto, que hasta podría haber terminado en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por lo estrecho del margen.
Según la encuestadora Massive Caller, el bloque PRIAN-PRD tenía un 39.1% de intención de voto a favor, contra un 36.4% de Morena, así, en seco, sin sumar a sus aliados.
La cifra en sí misma es prácticamente un empate, pues el margen de error que admite la propia encuestadora es de +/- 3.4%.
En un lejano tercer lugar hubiese quedado Movimiento Ciudadano, con apenas el 6.5% de las intenciones, pero es justamente donde viene “lo bueno”, pues en una barra de color negro se aglutina el concepto “Otros”, con un 3.2%.
Esos “otros” podrían ser el PT y el PVME, únicos partidos con registro nacional que no aparecen en la encuesta y que son aliados de Morena. Si fuera así, la 4T se iría arriba por milésimas. Otra vez, empate.
El otro dato a tomar en cuenta es que 14.8% aún no decide por quién votará, así que hay campo fértil donde puedan trabajar partidos y candidaturas en todo este largo tiempo que les queda de campañas, o como les quieran llamar.