A Ciudad Juárez lo quieren convertir en paraíso del cinismo.
Quienes son investigados por hechos de corrupción pretenden convertirse en víctimas y hasta tienen el descaro de recriminar, culpar o acusar a los demás, cuando han sido sus propias conductas y acciones reiteradas, sistemáticas, orquestadas y en muchos casos evidentes, las que los han colocado en una situación crítica, tanto jurídica como políticamente.
De acuerdo con la Real Academia Española, el cinismo se define como la “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”.
Otra acepción es la de la “impudencia, obscenidad descarada”. Tiene sinónimos como el descaro, la desvergüenza, la desfachatez y el impudor.
Imposible no remitirse al concepto, frente a la defensa pública y la estrategia que adoptaron los dos personajes involucrados con el escándalo de la casa de El Campestre, la mansión donde residía el alcalde con licencia, Cruz Pérez Cuéllar, hasta que fue asegurada por la Fiscalía Anticorrupción el pasado martes 23 de abril.
Cuando se explayó en su posicionamiento del miércoles 24 de abril, Pérez Cuéllar, aseguró que no se esperaba esa “sorpresota”, respecto del operativo de la FACH, sus formas y alcances.
“Es una sorpresota, yo francamente hubiera dicho que no eran capaces de hacer una fregadera así”, expresó el hoy candidato para la reelección por Morena.
Pensar en que simplemente nada pasaría por mudarse a una mansión que llegó a ofertarse por 27 millones de pesos (aunque no sea suya y diga que nomás paga renta), sin contar con fortuna previa o actividad empresarial conocida, se entiende únicamente cuando se apuesta por el pacto de impunidad que suele cobijar a la clase política.
Más todavía, si consideramos que el alcalde no podía ignorar o desatender la evolución patrimonial de su casero, Daniel Pando Morales, a quien conoce perfectamente bien, porque fue su colaborador de confianza en la Dirección de Regulación Comercial, área sensible y candente por su histórico y entendible riesgo de corrupción.
Si Pérez Cuéllar no tenía fortuna visible antes regresar al servicio público activo, menos Pando Morales, de quien se sabe que previo a su ingreso a la administración de Armando Cabada en el 2016 (donde fungió como director administrativo de Seguridad Vial y director de Servicios Públicos Municipales), obtenía recursos de la venta de frijol a almacenes y tiendas. Manejaba una empresa familiar “comercializadora de granos y agroindustrial”.
Pando declaró oficialmente que ganaba como funcionario crucista 31 mil pesos al mes y fue en ese tiempo en que adquirió las dos casas de El Campestre que fueron aseguradas la semana pasada. No declaró sus ingresos fuera del servicio público y hay documentación sobre contratos por más de 23 millones de pesos por las dos propiedades.
Esos antecedentes, sus propias declaraciones patrimoniales y distinta información pública, llevaron a los legisladores por el PAN a presentar la denuncia por enriquecimiento ilícito contra Pérez Cuéllar y Pando Morales, desde el 30 de noviembre del 2023.
Después de su ratificación, la denuncia se convirtió en carpeta de investigación que sigue su curso y dentro de esta se pidió el aseguramiento de las dos propiedades a un juez de Control. Está pendiente que se concrete la judicialización del caso, es decir, que se hagan las imputaciones penales ante el juez, quizá únicamente en contra del propietario formal, es decir, Pando Morales.
Literalmente, el alcalde sabía bien qué terreno pisaba y a qué casa llevaba a su familia, por lo que también son cuestionables sus lamentaciones respecto a la experiencia que debieron vivir sus integrantes durante el operativo de aseguramiento.
“Más allá de las acusaciones y las acciones legales en curso, no podemos tolerar el abuso ni la violencia, mucho menos contra personas inocentes como son mis hijos, ver cómo la mezquindad y lo más ruin de la política se cuela en los espacios más íntimos de nuestras vidas, me llena de impotencia y tristeza”, señaló Pérez Cuéllar.
¿No será acaso que la mezquindad y la ruindad política están más identificados en el uso de la familia como escudo o como puntal para una estrategia de victimización frente a las acusaciones de fondo en materia de corrupción durante su mandato?
“Fueron muy soberbios, muy prepotentes, quisieron mostrar mucho abuso de poder”, dijo también Pérez Cuéllar sobre la forma en que se llevó a cabo el operativo. Mostró fotografías y videos de agentes fuertemente armados, uno de ellos incluso arriba de una azotea.
Sin embargo, en su momento, no le pareció abusivo el uso de la fuerza de la Policía Municipal, cuando fue desalojado de las inmediaciones de la vivienda, un grupo de activistas que denunciaban precisamente los actos de corrupción y protestaban por la inminente postulación de Pérez Cuéllar para un segundo periodo.
Ahí quedó en video, documentado el uso excesivo de fuerza, en contra de varias personas de la tercera edad que fueron arrestadas, esposadas, subidas a las patrullas y encerradas en los separos municipales, por protestar en una calle de acceso restringido, pero pública al fin, no privada.
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En la ciudad que quieren convertir en paraíso del cinismo, también se vive, de pronto, el mundo al revés. O los patos les tiran a las escopetas.
Así se puede describir el posicionamiento público que realizó como articulista en un medio impreso y digital, el propio Daniel Simón Pando Morales.
Claro que todo mundo tiene derecho a defenderse de cualquier acusación, además de que debe de respetarse siempre el principio de presunción de inocencia (incluso antes de que cualquier caso se judicialice debidamente), pero cualquiera que lea sus palabras no las acepta tan fácilmente, sobre todo si conoce de cerca el actuar y los antecedentes del exfuncionario cabadista y crucista.
Desde el título de su posicionamiento “Un abuso de poder que debe ser condenado”, no faltaron comentarios hechos llegar a Norte Digital por personas que estuvieron cerca de él en la Administración municipal y señalan que siempre se caracterizó por su nivel de prepotencia.
Pando condenó el aseguramiento de la vivienda que presuntamente le renta a Pérez Cuéllar, porque fue “ejecutado con prepotencia, fuerza exagerada y una falta total de respeto por los derechos humanos de los afectados”.
También recurre a la narrativa de la victimización y señaló que “es indignante ver cómo el fiscal Valenzuela utilizó su posición en el Gobierno para, además de infundir el miedo, amedrentar y difamar a la familia del alcalde con licencia de Ciudad Juárez y a la familia de un servidor”.
El mismo personaje al que se le investiga por enriquecimiento ilícito y que acumuló además múltiples señalamientos de corrupción a su paso por Servicios Públicos Municipales y Regulación Comercial, diserta incluso sobre valores éticos y morales que según él debería seguir el fiscal que ahora lo investiga, Abelardo Valenzuela Holguín.
“¿Cómo es posible que en nombre de la ley se quiera justificar el traumatizar e involucrar a niños inocentes con una ‘operación’ tan violenta y extrema? ¿Tenían que entrar porque había un muerto dentro de la casa? Es absurda y ruin la forma en la que todo se llevó a cabo”.
De nuevo, está ahí la misma posición que destacó el alcalde con licencia y que estuvo también en el centro del mensaje que compartió Pérez Cuéllar con un video de su esposa.
“Pero lo más alarmante y preocupante de toda esta situación, es la falta de consideración hacia los derechos de los menores y las mujeres que se encontraban ese momento dentro la vivienda”, escribió el dueño, según el Registro Público, de las dos casas aseguradas en El Campestre.
De plano, a Pando no se le conocía ese perfil derechohumanista. Quién quite y luego Cruz Pérez Cuéllar lo rescate para nombrarlo titular en la Dirección de Derechos Humanos del Municipio.
Todavía hay otra perla más en su escrito. Cree que “el desalojo de la familia de Cruz Pérez Cuéllar y el daño moral en contra de mi familia, no debe quedar impune”.
Ya podemos dormir tranquilos. Tiene Ciudad Juárez, nuevo paladín de las libertades y férreo combatiente de la impunidad. Habrase visto.
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De la mano del cinismo, también está caminando la simulación. Hay montajes por donde quiera.
El último lo vimos apenas el viernes, con la telenovela que se armó para darle una salida al director de Seguridad Pública Municipal, César Omar Muñoz, y al mismo tiempo generar distractores sobre el tema central del enriquecimiento ilícito y el operativo en El Campestre.
De los montajes también habló en su posicionamiento del miércoles el alcalde con licencia, Cruz Pérez Cuéllar.
“Además, en el colmo del ridículo, pues dicen que no es contra mí, que es contra el dueño de la propiedad, todos sabemos que es un show mediático, montado para atacarnos a nosotros”, indicó el expanista, sobre el operativo y el aseguramiento de la casa.
“Yo le diría al fiscal que es un mentiroso y que es un cobarde, evidentemente este montaje fue para dañarnos electoralmente, que le tienen miedo a las preferencias que tenemos en Juárez”, agregó en referencia a las declaraciones de Valenzuela, quien pretendía desligar el operativo del momento electoral.
Desvincular una cosa de otra quizá sea realmente imposible. En lo que hemos insistido en Norte Digital, es que no cabe la inacción por el mismo motivo, porque estemos en medio de un proceso electoral.
El Estado de Derecho debe aplicarse, haya o no haya, procesos electorales en curso. Cumplir con la ley es desahogar cualquier carpeta de investigación que se tenga abierta, como en este caso.
Judicializar la carpeta, declarar el no ejercicio de la acción penal, acumular a otra carpeta o declinar la investigación, son las únicas opciones jurídicas.
Tampoco aquí puede haber cabida para la simulación o los montajes. Hago como que hago; avanzo, pero poquito; doy un golpe, pero nada más mediático.
No puede haber un combate a la corrupción de a mentiritas. La Fiscalía Anticorrupción debe de ampliar sus investigaciones, pero también concluirlas. Tiene que resolver o determinar sobre el caso en un tiempo razonable, luego de que ya lleva cinco meses con esa carpeta.
Hay además otras 10 investigaciones pendientes si hablamos nada más de las denuncias que la FACH ha recibido en contra del alcalde con licencia, sus colaboradores y exfuncionarios.
Cruz Pérez Cuéllar afirmó que lo haría durante los próximos días de campaña, pero queda abierta la pregunta, ¿en verdad podrá mirar a los ojos a los juarenses si se terminan por acreditar todos los hechos de corrupción denunciados?